El Mercedes 300 CE 24 Cabrio es una de las versiones más exclusivas del W124, y lo es porque fue del que menos unidades se fabricaron y porque en su momento era de las opciones más caras dentro de la gama: 10.482.000 pesetas, 62.998 euros a comienzos de los 90. Sirva de ejemplo que un Opel Corsa Sport coetáneo, costaba 1.380.000 pesetas.
Hablar de Mercedes es hablar de calidad, de ingeniería y de vehículos tecnológicos y muy caros. Pero si hay un modelo que representa esa idea de máxima calidad es, sin duda alguna, el W124, la primera generación del Mercedes Clase E conocido como tal y, para los fanáticos del modelo, el último Mercedes fabricado sin tener en cuenta los costes. Y no les falta razón, aunque no estaría de más tener en cuenta otros contextos, como la situación del mercado o la capacidad de los rivales.
La cuestión es que a comienzos de los 90, el Mercedes 300E era uno de los coches que mejor representaban la idea de “coche premium”, aunque por entonces no se usaba esa palabra. Quien tenía un Mercedes, era porque realmente tenía poder económico para tenerlo, pues un Mercedes, en aquellos años, era más exclusivo de lo que puede ser actualmente. Y el Mercedes 300 CE 24 Cabrio es la viva prueba de ello.
El 300 CE 24 Cabrio era una de las versiones tope de la gama, animada por un motor que por entonces, era todo un portento. Se trataba de un seis cilindros en línea, 2.960 centímetros cúbicos, árbol de levas en culata –para cuatro válvulas por cilindro– e inyección electrónica, que rendía 220 CV a 6.400 revoluciones y 27 mkg a 4.600 revoluciones. Además, estaba combinado con una caja de cambios manual de cinco relaciones, con una quinta que era de puro desahogo por su llamativamente largo desarrollo – tenía 42,25 km/h a 1.000 revoluciones–. Las cajas de cambio automáticas, a comienzos de los 90, se pagaban aparte.
De imagen clásica y talante burgués, el 300 CE 24 Cabrio era uno de los descapotables de alta gama de referencia
Había algunas cosas que dejaban claro la calidad del 300 CE 24 Cabrio. Por ejemplo, aunque muchos de los elementos estampados eran idénticos a los del coupé, se realizaron con chapa de mayor grosor y calidad, que se combinaba con mayores refuerzos en el chasis para no perder rigidez frente al coupé. Además, se añadieron cuatro masas estratégicamente colocadas –sumaban casi 30 kilos–, que se encargaban de atenuar las vibraciones.
El peso oficial del conjunto era de 1.710 kilos, una cifra que podría parecer demasiado para “solo” 220 CV, pero el Mercedes 300 CE 24 Cabriolet anunciaba 230 km/h de velocidad máxima, un 0 a 100 km/h en 8,7 segundos, un 0 a 400 metros en 16 segundos y el kilómetro con salida parada en 29 segundos. No son cifras de superdeportivo, obviamente, pero para un descapotable de cuatro plazas y talante burgués, son cifras más que buenas.
De hecho, su talante burgués se notaba también en las suspensiones, con un tarado suave y penado para que los pasajeros fueran muy mimados y con la máxima comodidad. El aire acondicionado de serie también ayudaba a aumentar el bienestar de los ocupantes, al igual que la regulación del apoyo lumbar para los asientos delanteros o la regulación en altura de los cinturones de seguridad.
Como curiosidad, un par de detalles. El Mercedes 300 CE 24 Cabrio costaba más de 10 millones de pesetas, casi 140.000 euros si tenemos en cuenta el IPC, pero no tenía tapicería de cuero –costaba casi 313.000 pesetas–, las llantas de aleación eran opcionales, al igual que el climatizador, el control de tracción, la apertura remota de puertas o el airbag frontal del acompañante. También había dos cambios automáticos en opción, uno con cinco y otro con cuatro relaciones, había hasta un diferencial de deslizamiento limitado en opción…
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS