Cuando decidimos enfrentar al Renault Austral E y al Hyundai Tucson Hybrid, no esperábamos encontrar coches tan diferentes

Cuando decidimos enfrentar al Renault Austral E y al Hyundai Tucson Hybrid, no esperábamos encontrar coches tan diferentes

El Austral es el más deportivo y ágil, mientras que el Tucson es más cómodo y rutero


Tiempo de lectura: 13 min.

Cuando probamos por primera vez en Renault Austral, allá por comienzos de 2024, lo pudimos comparar con su antecesor, el Renault Kadjar, y la verdad, todo lo que nos encontramos nos sorprendió bastante. El salto de calidad que había dado Renault era espectacular, había dejado su anterior generación de productos como coches viejos de un día para otro, tanto por diseño como por equipamiento, así como por tacto de conducción, comportamiento y sensaciones. Un cambio drástico, con el que buscan afianzarse en un marcado cambiante y cada día más complejo, con productos con algo más de valor que un precio interesante y buenos consumos.

La cuestión era que, comparado con su antecesor, el Renault Austral era un coche soberbio, sorprendentemente bueno, pero… ¿Cómo quedará frente a sus rivales? Hemos tardado en buscarle un rival, había otras cosas que atender, pero finalmente nos decidimos por el Hyundai Tucson, pues si los analizas un poco, son coches claramente enfrentados. Por ejemplo, ambos tienen versiones con grupo motor híbrido potentes –200 CV para el francés y 230 CV para el surcoreano–, presentan un habitáculo supertecnológico con enormes pantallas y selectores para la transmisión de lo más peculiar –unos botones en la consola central para el Hyundai, una palabra en la caña de dirección para el Renualt– y los dos tienen un diseño con una personalidad muy marcada, así como calidades muy decentes y precios bastante parejos. El Hyundai, según web oficial, con acabado Tecno Sky, de 39.875 euros; el Renault, con el acabado Iconic Esprit Alpine, 41.515 euros. Solo hay una diferencia de 1.640 euros.

Son coches relativamente parecidos sobre el papel, pero en realidad, en la práctica no pueden ser más diferentes

Así, pues, la decisión estaba tomada y era la hora de juntar a los dos coches para una sesión de pruebas llena de sorpresas, porque son coches totalmente diferentes en todo lo que hacen y como lo hacen. Hay ocasiones en las que cuesta encontrar una diferencia clara o un rasgo que guste más en un coche que en otro, pero el Hyundai Tucson Hybrid y el Renault Austral E son coches casi contrarios; uno se nota pesado y torpón en curva, aunque tiene una estabilidad muy alta carretera, mientras que el otro es ágil y dinámico, con una dirección muy rápida. Dos mundos totalmente diferentes que, claramente, apuntan a clientes muy distintos aunque por diseño pueda parecer lo contrario –los dos coches son llamativos estéticamente, con mucha personalidad y con cierta agresividad–.

Las diferencias entre ambos coches se notan desde el mismo instante que se abre la puerta y uno se sienta al volante. En el Tucson vas más alto que en el Renault, mientras que los asientos del francés son más deportivos que los del surcoreano, incluso yo diría que más bonitos también, aunque eso es cuestión de gustos, claro. La posición de conducción también es claramente diferente, con las piernas algo más estiradas en el Renault, aunque los pedales están bien situados en los dos SUV. El volante también son mundos aparte, sobre todo porque el usado por Austral E sigue las modas impuestas por Peugeot y abandona su forma circular, para adoptar una rectangular que, todo sea dicho, no afecta a la conducción tanto como podría parecer.

El diseño de cada uno deja clara su personalidad desde el primer momento

Hyundai Tucson Hybrid vs Renault Austrla E (7)

El Tucson parece lento y torpe frente al Austral E

Desde los primeros metros empezaron a resaltar las diferencias. El Tucson da la impresión de ser un coche pesado, con una suspensión tirando a blanda y un planteamiento más confortable, incluso más todoterreno. No es un coche lento, aunque tampoco da la impresión de tener tanta potencia. Son 230 CV tirando de casi 1.700 kilos –1.639 kilos–, la relación peso-potencia es de poco más de siete kilos por caballo, debería notarse más rápido, además también se tienen 350 Nm de par, que no son pocos precisamente. La ficha técnica dice que se pone a 100 km/h en ocho segundos y su velocidad máxima es de 193 km/h, no son cifras de un coche con 230 CV, sino más con 150 o 170 CV a lo mucho.

Las suspensiones son tirando a blandas, la carrocería se mueve tanto al acelerar como al frenar y no digamos ya en curva. De hecho, ya que se menciona la frenada, cuesta un poco detener al Hyundai Tucson, siempre queda cierta inercia al final de cada frenada que te obliga a mantener el pedal pisado y provoca un pequeño tirón, un movimiento de la carrocería que con una frenada regresiva –ya sabéis, retirar el pie del pedal progresivamente– se evitaría. Es un poco incómodo, pero admisible porque en el resto de apartados, el coche es muy agradable de conducir y muy cómodo. La suavidad de la suspensión favorece una conducción relajada, que no lenta, porque la estabilidad es alta y la sensación de control también.

Aunque hay, oficialmente, 30 CV de diferencia, una vez en marcha apenas se notan

El Renault Austral se muestra totalmente contrario al Tucson. La sensación es de estar a bordo de un coche muy ágil y ligero, muy reactivo a las órdenes del volante. Curiosamente, si echas un vistazo a la ficha técnica, el Austral E, con sus 200 CV y sus 1.592 kilos, es más lento tanto en aceleración como en velocidad punta. La firma francesa anuncia 175 km/h y un 0 a 100 km/h en 8,4 segundos, todo ello con una relación peso-potencia de casi 8 kilos por caballo. Es decir, las sensaciones deberían ser diferentes, el Renault debería notarse ligeramente más lento, pero todo lo contrario, siempre se tiene la sensación de conducir un coche más ligero e infinitamente más ágil. De hecho, es mucho más rápido de reacciones y responde antes a las órdenes del volante.

La personalidad de ambos coches, apreciable a simple vista, también se nota al conducirlos y, se podría decir, que cuadran con sus imágenes exteriores. El Hyundai Tucson es un coche más serio, más correcto y sosegado, mientras que el Renault Austral es más deportivo, más agresivo e incluso más juvenil. No me imagino a un chaval de entre 25 y 30 años a los mandos de un Tucson, pero sí me lo imagino al volante de un Austral.

El Hyunda Tucson es algo más torpe de reacciones, por culpa de unas suspensiones algo blandas

Hyundai Tucson Hybrid (1)

El eje trasero direccional del Renault Austral E marca las pautas en comportamiento

Todas estas sensaciones y estas conclusiones han salido, simplemente, de usar los coches diariamente para todas las aburridas obligaciones de rutina. Básicamente, mucha circulación por el centro urbano y alguna salida a autopista, donde, por cierto, son dos coches que se mueven como pez en el agua. No presentan problemas en dichas situaciones, ni siquiera a velocidad elevada, así que cualquier usuario se encontraría la más de cómodo al volante de cualquiera de estos dos coches. Otra cuestión son los gustos de cada uno, obviamente.

Llegado el fin de semana tocaba el momento de sacar las fotos y, además, de ir un poco más allá con los dos coches; las sesiones de fotos las aprovechamos para disfrutar y para llevar los coches hasta donde nos atrevamos, pues cada coche es un mundo y no todos dan la confianza para rodar muy rápido. Una situación que nos encontramos en esta ocasión, aunque solo con un coche: el Hyundai Tucson Hybrid. Las sensaciones de coche pesado y torpe que había tenido con el modelo surcoreano se acrecentaron en la primera curva que afronté con el coche a un ritmo medio-alto. Cuando atacas una curva un poco más rápido de lo normal, el Tucson se nota lento de reacciones, da la impresión de que le cuesta entrar en la curva, aunque una vez dentro y apoyado, para lo que también requiere un poco de tiempo, la trayectoria se mantiene casi inamovible y además, con un paso por curva bastante rápido.

El Renault Austral E resulta muy ágil, gracias a su eje trasero direccional

Al Hyundai no le gusta enlazar curvas muy rápido, la carrocería se mueve de un lado a otro con cada orden que se da al volante y la confianza baja, porque el coche no se encuentra cómodo. Todo lo contrario que al Austral E, que parece ir sobre raíles, entra en curva más rápido que el Tucson, la gestiona más rápido que su rival y admite cambios de dirección constantes e incluso algo bruscos con mejores maneras. El Renault Austral E Iconic Esprit Alpine es más deportivo que el Hyundai Tucson Hybrid Tecno Sky, así al menos lo percibimos Miguel y yo, que nos fuimos cambiando de coche cada dos por tres para poder notar los contrastes y los matices de cada modelo. Cuando hay trazado abierto y se puede mantener una velocidad constante, el Tucson va como un tiro, pero cuando aparecen curvas, le cuesta seguir el ritmo del Austral.

El truco está, sin lugar a dudas, en la puesta a punto de las suspensiones de cada uno, y sobre todo, en el eje trasero direccional del Renault. Ese sistema, como hemos visto en otras ocasiones –como la comparativa entre el Mercedes GLC 330de y el Mazda CX-60 e-Skyactiv D, por ejemplo–, hace auténtica magia y elimina de un plumazo el peso del coche y cualquier otra cosa que afecte a su agilidad y a su paso por curva. De hecho, hubo en alguna ocasión que nos dio, incluso, la sensación de ser demasiado ágil, pues cambia de dirección con una facilidad notable incluso a alta velocidad. Esto no quiere decir que el Hyundai Tucson sea mal coche, simplemente, su planteamiento no es tan deportivo como el del Renault Austral E que nos dejó la marca. Hay un enorme contraste entre los dos.

Cuando la carretera tiene un trazado amplio y rapido, el Tucson se encuentra en su salsa

Renault Austrla E (8)

Oye, ¿y si vamos un poco más allá? ¿Nos metemos por caminos de tierra?

Después de un tramo interesante, hicimos una parada para calmar los ánimos y también para comentar y analizar ambos coches. También nos habíamos enfrascado en “jugar” y se nos había olvidado por completo buscar un buen sitio para las fotos, pero no tardamos mucho en encontrarlo. Conocemos algún camino de tierra por los que está permitido circular y decidimos que, por una vez, haríamos las fotos en un ambiente algo distinto. Por lo general, cuando probamos un SUV fuera de asfalto, lo hacemos con bastante cuidado, por muy todoterreno que pretenda parecer, no lo son, y no todos los SUV aceptan de buen grado transitar por donde no hay asfalto. No obstante, en esta ocasión, las suspensiones del Tucson nos hicieron pensar que, quizá, las cosas serían diferentes, y vaya si lo fueron, nos esperaban más sorpresas.

Así, pues, me sitúe en un buen sitio para cazar a Miguel cuando pasara con el primer coche. Poco a poco, pasada más rápido, y más rápido, y más rápido, a veces entraba muy pasado en la curva y otras salía derrapando como si estuviera en un rallye. Le paré para pedirle algo de calma, y lo primero que me dijo fue: tienes que probarlo. No me dejó ni hablar. Y cuando Miguel hace eso, es mejor subirse al coche y probar. Que buena idea tuvo, que rato más divertido que pasamos y, nuevamente, nos encontramos con las mismas diferencias que encontramos en asfalto. El Tucson, a poco que forzaras al entrar en curva, arrastraba el morro y abría la trazada con sus ruedas delantera escarbando como locas.Luego salía muy rápido, pero tenías que apuntar bien con el volante y no pasarte con el acelerador o, nuevamente, escarbaría con las ruedas delanteras y se iría la trazada al carajo.

El Austral E no le hace ascos a una carretera con muchas curvas, siempre que no olvides que no es un deportivo

Sin embargo, el Austral parecía diseñado para este ambiente. La entrada en curva también te deleitaba con un arrastrón de las ruedas delanteras, pero entraba más rápido y salía más rápido, incluso se podía cruzar un poco a la salida de las curvas. Intentar cruzar el Tucson era una odisea, lo único que conseguías era salir recto, como me pasó en una ocasión, que tuve que decidir entre meter el coche en una zanja o salir pasto a través; suerte que no había piedras, ni arbustos, ni tampoco agujeros de por medio. Probamos a girar antes, para que, aunque tuvieran subviraje, fuera posible acercarse al vértice y con el Renault lograbas pasar todavía más rápido y salir con el coche casi de lado, pero con el Tucson no había manera. Si adelantaba el giro del volante, el coche, aunque derrapaba de delante, entraba en el vértice y salía muy rápido, pero no podía aplastar el acelerador a fondo como en el Renault porque abría la trazada demasiado…

Para ser sincero, no esperaba –ni Miguel tampoco– pasármelo tan bien con estos dos coches. De todas formas, yo lo tengo claro, me compraba un Renault Austral E, pero solo porque resulta más ágil y dinámico, pues por consumos y por agrado general, en el día a día, son dos modelos que cumplirán con las expectativas de cualquier usuario.

Galería de fotos

Hyundai Tucson Hybrid Tecno Sky

Renault Austral E Iconic Esprit Alpine

0.00
7.1

Comportamiento en carretera

7.5/10

Comportamiento en ciudad

7.5/10

Confort

8.0/10

Consumo

7.5/10

Habitabilidad

7.5/10

Infoentretenimiento

7.0/10

Prestaciones

6.5/10

Relación valor/precio

7.5/10

Seguridad

8.0/10

espíritu RACER

3.5/10

A favor

  • Renault Austral E: Diseño, agrado de conducción, agilidad
  • Hyundai Tucson: Diseño del frontal, sensación de calidad general, agrado de conducción

En contra

  • Renault Austral E: Posición del selector del cambio, falta de carácter, dirección muy asistida
  • Hyundai Tucson: Las prestaciones no se corresponden con su potencia, suspensiones blandas, diseño general un poco recargado
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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.

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