Akula es una palabra de origen ruso que se traduce como “tiburón”, y puede que ahora mismo no te diga nada, pero es la denominación que allá por 2019, el fabricante británico Ginetta, escogió para un superdeportivo que prometía grandes sensaciones. Se dejó ver por primera vez en el salón de Ginebra de aquel año y después, nada se volvió a saber, hasta ahora.
Parece ser que mientras todos nos fijábamos en diversos coches eléctricos, en tecnologías híbridas y en modelos de mayor o menos calado –desde entonces, han pasado no pocas cosas–, Ginetta ha trabajado en silencio, sin prisa pero sin pausa, hasta desarrollar completamente el coche que presentaron en 2019 y poder llevarlo a producción. No obstante, dado lo exclusivo y radical del concepto, como suele ser costumbre, se harán muy pocas unidades: 20 coches en total, cada uno al precio de 275.000 libras –antes de impuestos–, unos 325.959 euros.
Lo mejor de todo es que no hay electrificación ni soluciones varias para reducir emisiones, es una máquina al gusto de los más puristas: motor grande y atmosférico, cambio manual –aunque hay un doble embrague con siete relaciones en opción–, propulsión y un diseño tan agresivo que hasta resulta un poco recargado. ¿Has visto ese frontal con tantos alerones y aberturas? Exagerado, muy exagerado. Pero una cosa es el diseño y otra, la función, y todo eso es necesario para el buen funcionamiento del Ginetta Akula, ya que su carrocería se ha formado según experiencia en competición. De hecho, la marca afirma que toda la aerodinámica deriva de Le Mans.
El Akula es tan rápido como un Maserati MC20, pero resulta mucho más espectacular. El V8 6.4, colocado delante pero muy atrás en el chasis –un monocasco de fibra de carbono–, es capaz de generar 600 CV a 7.200 revoluciones y 670 Nm de par a 5.100 evoluciones, suficientes para enviar los 1.190 kilos que pesa el coche hasta los 100 km/h en 2,9 segundos.
Gracias a la colocación tan retrasa del motor, el reparto de pesos es del 50% sobre cada eje, y de paso, ha permitido desarrollar un esquema de suspensiones puramente de competición, totalmente regulable. Al ser un coche bastante ligero, el Ginetta Akula no necesita recurrir a enormes frenos y por ello, monta discos delanteros de 3890 milímetros de diámetro, con pinzas de cuatro pistones –rotores de acero, que puede ser cerámicos con el llamado Race Pack–.
Todo es bastante radical, solo hay que echar un vistazo al volante de fibra de carbono, a la posibilidad de montar arneses de seis puntos o bien, a la opción de añadir adhesivos de competición de Ginetta y un mono de carreras completo, pero sin casco.
¡Ah!, se nos olvidaba un detalle que, al parecer, resulta de lo más popular. El Ginetta Akula tiene un maletero de 473 litros, más grande que el de cualquier compacto actual.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS