Coche del día: Opel Vectra (C)

Coche del día: Opel Vectra (C)

La tercera generación del sedán alemán supuso un nuevo salto en calidades y cualidades


Tiempo de lectura: 3 min.

La tercera generación del Opel Vectra apenas es recordada por nadie, pero llegó en un momento importante para la firma alemana. Su lanzamiento, entre otras cosas, tenía que hacer frente a un bache en los libros de cuentas, así como a una recuperación de imagen ante los ojos de la gente. El Vectra C tenía mucho trabajo por delante, pues tenía ante sí un camino lleno de baches, sobre todo en una época en la que había gran competitividad en el segmento de los sedanes.

Opel ha estado durante muchas décadas bajo el amparo de General Motors, era, por así decirlo, su brazo europeo, aunque muchos de sus modelos terminaban en otras regiones del mundo con uno de los logotipos que estaban en poder del conglomerado yankee. Han sido años cargados de éxitos, pero también con algún que otro tropiezo, como el que tuvieron a comienzos del Siglo XXI.

La firma alemana tenía que recuperarse, y para poder coger un nuevo impulso, nada como poner en circulación nuevos productos; una renovación del catálogo y de la propia marca. Y ahí entra el Opel Vectra C, puesto en escena en 2002. Era uno de los pasos al frente que la marca necesitaba y que se vería afianzado por otros tantos cambios en la gama de modelos. La tercera entrega del Vectra cambió en muchos aspectos, tanto en calidad de producción como en diseño de chasis, suspensiones, oferta de motores o tecnología.

Opel Vectra C (1)

De primeras, la imagen del Vectra era rotundamente diferente. Se pasó de un diseño afilado y esbelto, a una impronta rotunda, maciza, más imponente que la segunda generación del modelo; era, como se suele decir, más coche, aunque luego cueste un poco especificar que es eso de “más coche”. En el habitáculo también se dio un repaso por completo y se creó todo desde cero, sin nada en común con el Opel Vectra anterior y, aunque según la prensa de la época, todavía había que mejorar algunos detalles de acabado, la sensación era notablemente mejor comparado con la generación saliente.

Las impresiones de la prensa fueron bastante similares en todos los casos, y en general, se destacó el trabajo de la nueva suspensión, que además, estrenaba un eje trasero multibrazo de trabajo impecable. Al menos así es lo que se decía entonces, al igual que se criticó las dimensiones de las ruedas, 215/55 VR 16, para motores con 125 y 147 CV. Se decía que eran innecesariamente grandes para el tamaño y el peso del coche, así como para las prestaciones de los motores –¿qué dirían estos periodistas hoy día?–.

El Opel Vectra se presentó con tres carrocerías, exactamente igual que se había ofrecido las generaciones anteriores: sedán, cinco puertas y familiar. Cuando llegó al mercado, los rivales que tendría frente a sí no eran hermanitas de la caridad, pues tenía que hacer frente, por ejemplo, al Volkswagen Passat B5, el cual, no obstante, estaba al final de su vida comercial. La segunda generación del Renault Laguna se presentó también en 2002 y se posicionó como uno de los referentes, mientras que el Peugeot 407 hizo acto de presencia en 2004 para poner las cosas todavía más complicadas. Y no debemos olvidar, por poner otro ejemplo, que el Ford Mondeo se había renovado por completo en el año 2000.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.

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