El Shelby Cobra es un modelo mítico, un coche que tiene una enorme legión de seguidores que, en ocasiones, llegan a extremos un tanto absurdos con tal de defender sus gustos y por tener una unidad en su garaje. De hecho, hay incluso quien le pone adornos y elementos del Cobra 427 a cualquier otra versión. ¿Eso le hará más rápido, o simplemente molas más de cara al resto de personas?
La cuestión es que la leyenda del Cobra dura décadas y todavía hoy, más de 50 años después, se mantiene intacta. ¿Cuál es el secreto de este coche para levantar tal pasión a su alrededor? Pues, además de un diseño casi atemporal –que no es cosa de Shelby, sino de la británica AC Cars–, la combinación de motor V8 americano y chasis inglés, pequeño y ligero, tienen gran parte de culpa. Eso y que en competición se ganó una gran fama gracias a sus victorias, obviamente.
También es verdad que, por lo general, se tiende a exagerar las cosas con el paso de los años. La fama crece de forma exponencial y no siempre con relación a lo obtenido con el coche en cuestión y el Shelby Cobra es una clara muestra de ello. Su imagen se ha idealizado de tal manera, que incluso las réplicas que se pueden encontrar por el mundo alcanzan un precio astronómico.
La fama también condena al Cobra a ser siempre igual, a no cambiar ni un ápice. Por un lado, que no cambie nada de nada es de agradecer, sobre todo después de ver lo que hacen algunas marcas con sus modelos históricos, pero por otro, los problemas crecen cuando se pretende evolucionar el modelo. Y si no te lo crees, echa un vistazo a la nueva generación del AC Cobra.
El nuevo Cobra no es noticia de ultimísima hora, en realidad ya nos lo presentaron hace tiempo –casi a comienzos de 2023–, pero es ahora cuando han iniciado las pruebas dinámicas previas a VIP e invitados –se hicieron en mayo y junio– y cuando se ha presentado el AC Cobra GT Coupé. Un momento en el que se nos permite ver ejemplares en movimiento, aunque solo sea en fotos, con la oportunidad de apreciar algunos detalles que de otra forma no siempre llaman la atención.
La primera vez que vimos el nuevo Cobra, ya nos percatamos de que la actualización no ha sido sencilla y algunos detalles habían sido adaptados con más o menos suerte. Por ejemplo, el frontal, aunque no lo parezca, es nuevo y no tiene esa imagen de “bicho gordo” como el original, culpa, sin duda, de unos faros algo más pequeños. Sin embargo, lo que no cuadra nada y parece la típica personalización cutre, es la monta de llantas de gran tamaño y diseño multirradio, de diseño demasiado moderno y tamaño excesivo, que no cuadran con el tamaño ni con las formas del coche.
Seguro que habrá más de uno pensando que no tenemos ni idea o que nuestros gustos sobre coches son pésimos pero, amigos, las llantas grandes, para todo, no siempre valen y en este caso, rompen la línea del coche. Incluso el antes mencionado GT Coupé, una nueva versión con carrocería coupé, claramente inspirada en los Cobra de competición con techo duro, muestra ese detalle: llantas muy grandes que no acaban de encajar. A falta de datos –no conocemos el tamaño de los discos de freno, por ejemplo–, las imágenes muestran unos frenos que bien podrían ser culpables del tamaño de las llantas –y sería lo más lógico–.
Frenos que son imprescindibles, ya que la nueva interpretación del Cobra, según AC Cars, es muy potente: más de 650 CV en el caso del Cobra GT Roadster, y hasta 730 CV en el caso del Cobra GT Coupé, que además, contará con una variante llamada Clusport con nada menos que 810 CV. Son cifras de potencia muy acordes con los tiempos que corren, pues ahora, si no se cuenta con muchos cientos de caballos, no se es auténticamente deportivo.
Como dato curioso, parece que ni siquiera el AC Cobra se libra del peso. El Cobra GT Coupé anuncia 1.450 kilos, ¡¡1.450 kilos!! Hablamos de un coche que mide 4,22 metros de largo y 1,98 metros de ancho… Es más grande que un Cobra original, bastante más, pero es evidente que el coche está gordo; todos los coches modernos están gordos… Y eso que el AC Cobra GT Coupé tiene una carrocería fabricada con paneles de fibra de carbono sobre un chasis de aluminio.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS