El Toyota Avensis 2.2 D-4D, era la respuesta a la demanda de sedanes con motores diésel potentes, que se experimentó allá por inicios de los 2000. Sí, es curioso que entre el año 2000 y el 2008, los sedanes tuvieran una muy buena acogida en el mercado, sobre todo con motores turbodiésel, y más de 20 años después, ni motores diésel ni sedanes; nadie quiere ninguna de las dos cosas.
Toyota puso en circulación el Avensis con un nuevo motor turbodiésel que, según decía la marca por entonces, era el diésel más limpio del mundo y se ofrecía en dos versiones: 150 y 177 CV. Dos opciones que le hacían mucha falta al sedán japonés, pues militaba en un segmento donde los turbodiésel con potencias de, al menos, 140 o 150 CV, era muy demandados y Toyota solo ofrecía una opción de poco menos de 120 CV.
Por aquellos años, los motores diésel dominaban las ventas en casi cualquier segmento, incluso Maserati o Porsche se atrevieron a montar un turbodiésel en algunos de sus coches. Nos vendieron la tecnología como el futuro del automóvil y como el futuro para la capa de ozono, porque emitían poco CO2, pero Toyota quiso que esa afirmación fuera una realidad. La compañía japonesa lleva mucho tiempo pendiente de estas cosas.
Así, aquel propulsor turbodiésel de 2.231 centímetros cúbicos estaba fabricado íntegramente con aluminio y pesaba 25 kilos menos que su “hermano” de dos litros y 116 CV. La relación de compresión era de 16,8:1 –un poco más baja que la media del segmento–, tenía calentadores cerámicos, inyectores piezoeléctricos… Con todo, se lograba una potencia de 150 CV a 3.600 revoluciones y un par de 310 Nm entre 2.000 y 3.200 revoluciones, un consumo de 5,9 litros y unas emisiones de CO2 de 156 gramos por kilómetro.
Toyota se propuso reducir las emisiones de sus motores en todos los segmentos y al final, lo consiguió sin perder prestaciones por el camino
Eso en lo referente a la versión menos potente, el de 177 CV, iba un poco más allá en prestaciones y en reducción de emisiones, pues equipada el sistema D-CAT –Diesel Clean Advanced Technology– y un catalizador de oxidación para reducir las emisiones de CO2. SE llevaron a cabo 1.622 patentes para este sistema del que Toyota presumía mucho al afirmar que filtraba emisiones de hidrocarburos, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y partículas gracias a un catalizador de cuatro vías llamado DPNR y un quinto inyector en el escape –EPI, Exhaust Port Injector–.
Las prestaciones colocaban al Avensis 2.2 D-4D de 177 CV entre los mejores. El par llegaba a los 400 Nm entre 2.000 y 2.600 revoluciones, completaba el 0 a 100 km/h en 8,6 segundos y el consumo se cifraba en 6,1 litros cada 100 kilómetros. Es curioso que, la cifra de consumo medio, era casi un estándar. Por ejemplo, el Volkswagen Passat 2.0 TDI de 170 CV también anunciaba 6,1 litros, mientras que el Ford Mondeo 2.2 TDCi de 155 CV también prometía el mismo consumo.
No obstante, el Toyota Avensis 2.2 D-4D no solo estrenaba motor turbodiésel, también recibió algunos cambios técnicos, como la inclusión de una estabilizadora un 20% más rígida y unos amortiguadores de mayor dureza en el eje delantero. Se añadió mayor material fonoabsorbente y un nuevo parabrisas acústico.
Con todo, el Toyota Avensis con motor diésel recibió muy buenas críticas por parte de la prensa, sobre todo por el empuje del motor en cualquier de sus versiones debido al elevado par que generaban. También se decía que su habitáculo era algo pequeño para su tamaño exterior o que su diseño era algo anodino.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".¿Los diesel de Toyota de esa época no salieron malos?
Creo recordar que eran pocos fiables.
Garland, me haces dudar. Algo me quiere sonar, pero me viene a la mente la generación anterior, no esta.