El Nissan Juke, la primera generación del Juke, fue un coche transgresor. Su diseño, su personalidad, sus versiones… Todo apuntaba hacia una clientela joven, con ganas de destacar y hasta un poco gamberra, pues no debemos olvidar que el Nissan Juke tenía versiones de lo más interesantes, que podían llegar hasta los 218 CV –sí, dejamos a un lado al Juke-R por motivos obvios–.
Una de esas versiones gamberras y que parece haber sido olvidad, era la que escondía bajo su capó el propulsor 1.6 turbo de 190 CV, el cual, se podía combinar con tracción delantera y cambio manual, o bien, con tracción integral y un cambio CVT. En su momento, hace más de 10 años, no había nada similar en el mercado y permitía que el pequeño SUV japonés se posicionara como una de las referencias de su categoría.
Hoy no se les ocurre, ni por asomo, añadir algo así a la gama. Lo más deportivo que tiene la segunda entrega del Juke rinde 145 CV y es híbrido. No va mal, ni mucho menos, pero está lejos de ofrecer las sensaciones y las prestaciones del 1.6 turbo, que además, hoy lo podemos considerar como un auténtico pionero en el segmento. Sin embargo, tenía un problema que también afectaba al Juke Nismo: el peso. Con más de 1.300 kilos, el Nissan Juke 1.6 DIG-T 190 CV se podía considerar gordo y las prestaciones se resentían.
No solo era rompedor en cuanto a diseño, sus versiones también se salían de la norma
No es que fuera lento, hacía el 0 a 100 km/h en ocho segundos, el kilómetro con salida parada en 28,2 segundos y superaba los 210 km/h, pero no era todo lo ágil que se esperaba y su altura también se dejaba notar cuando de afrontar curvas se trataba. De hecho, la revista británica Autocar decía que el tren de potencia era bueno y su entrega de potencia enérgica, pero su condición de SUV y las ocasionales pérdidas de tracción –sobre todo en mojado– restaban agrado de conducción.
A simple vista era imposible diferenciar el Juke 1.6 DIG-T de 190 CV de cualquier otra versión y eso, para algunos usuarios, es una pega. Cuando compras un coche potente y teóricamente deportivo, quieres que se vea, y no era el caso. De todas formas, si eres amante de los SUV y quieres un pequeño sleeper, quizá sea una opción a tener en cuenta, aunque eso sí, no intentes seguir a un Puma ST, ni siquiera al de 170 CV; no podrás.
La opción 4×4 con cambio CVT perdía la poca sensación de deportividad que pudiera haber, básicamente por la presencia del variador continuo, que elimina, de facto, cualquier sensación de empuje. Una lástima, porque la tracción total solo se podía combinar con el cambio automático.
El Nissan Juke 1.6 DIG-T se adelantó a su tiempo y solo basta mirar foros o redes sociales para darse cuenta. Por lo general, las reacciones eran de rechazo e incluso había quien afirmaba que 190 CV era muchísimos para un coche tan pequeño. Visto con la perspectiva que da el tiempo, resultan comentarios de lo más curioso.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS