Hay una historia en Nissan bastante interesante, que gira en torno al Qashqai la cual, asegura que el exitoso SUV japonés nació tras un cambio de rumbo del proyecto que debería haber dado luz a un compacto. Se dieron cuenta, según parece, que no podían ofrecer algo que fuera capaz de hacer sombra al Volkswagen Golf por un precio módico y competitivo, y decidieron modificar el proyecto y desarrollar otro tipo de vehículo.
Los resultados les dan la razón sobre su decisión, el Qashqai fue el SUV más vendido de su categoría durante cerca de 15 años seguidos, un auténtico logro que, guste o no, han escrito el nombre del modelo nipón en los libros de historia. Sin embargo, tras el éxito logrado con el SUV, parece ser que se vieron con fuerzas y volvieron a la carga en el segmento de los compactos y pusieron en liza el Nissan Pulsar.
El nombre de Pulsar se empleó en el catálogo de Nissan entre 1978 y 2000 para el reemplazo del Bluebird Sylphy, y también entre 2000 y 2005 en Australia, Nueza y Nueva Zelanda, para las ventas del Sylphy en aquellos países. Sin embargo, en esta ocasión, en 2014, se introdujo la denominación en Europa como reemplazo del Nissan Almera, o mejor dicho, del Nissan Tiida, que estuvo a la venta después del Almera y poca gente se acuerda de ese coche.
Tampoco es extraño que nadie se acuerde del Tiida, como también ocurre con el Nissan Pulsar, pues el primero no fue un coche que destacara por nada en especial, ni siquiera tenía un diseño llamativo o atractivo, mientras que en el caso del segundo es una cuestión algo diferente. El Nissan Pulsar llegó en pleno éxito del Qashqai, en pleno auge de los SUV y en un momento en el cual, el Volkswagen Golf seguía con su férreo dominio del mercado de los compactos, seguido del SEAT León y del Ford Focus.
No obstante, es justo reconocer que, aunque el Nissan Pulsar no era mala opción, como el Tiida, tampoco destacaba realmente por nada. Era un coche que cumplía con todos los requisitos del segmento de los compactos a rajatabla, desde el primero hasta el último punto, pero también era un coche poco emocionante y llamativo. Solo destacaba por un habitáculo especialmente amplio, gracias a una distancia entre ejes de 2,70 metros –las medidas completas eran 4,38 metros de largo, 1,76 de ancho y 1,52 metros de alto–. Presumía de un espacio para las plazas traseras de 692 milímetros, así como de un maletero de 380 litros, que hoy se quedan un poco en el límite de lo aceptable en un compacto, pero que en 2014 era una cifra interesante.
Para el desarrollo del Nissan Pulsar se partió de la plataforma del Juke, modelo con el que también compartía motores, y eso, en parte, también afectó a sus ventas. De entrada se ofreció con un motor gasolina y otro diésel, para luego sumar otra opción de gasolina a la oferta. El primero era el 1.2 DIG-T de 115 CV, mientras que el diésel era el 1.5 dCi con 110 CV. La tercera opción, y más interesante, era el bloque 1.6 turbo de 190 CV. Los tres propulsores procedían igualmente de la gama mecánica del Nissan Juke.
La producción del Nissan Pulsar se llevaba a cabo en la Zona Franca de Barcelona, y se detuvo en 2018, es decir, tan solo cuatro años después de su puesta en circulación. Nissan, tras el éxito del Qashqai –que salvó a la firma de su desaparición– y después del Juke, provocó que la marca se centrará exclusivamente en los SUV y no había lugar para coches como el Pulsar en el catálogo.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Si no hubiera sido por la cantidad de motores defectuosos del 1.2 gasolina fabricado en la planta de Valladolid de Renault….otro gallo hubiera cantado…más la gran cantidad de fallos…en fin….