La paleta de colores de cada fabricante es una de las dimensiones sobre las que estos despliegan su creatividad y que emplean para construir su relato y configurar su personalidad. Mazda, por ejemplo, trabaja últimamente con tanto empeño en su elección de pinturas como en el desarrollo de sus mecánicas híbridas, mientras que Fiat acaba de anunciar que abandona los colores grises para sus modelos. El mero hecho de mencionar tonalidades como azul estoril, gris nardó o, cómo no, rojo corsa, nos evoca directamente a un fabricante concreto, sin necesidad de visualizar siquiera su concreta manifestación visual.
Algunos de estos colores son más o menos discretos, otros, increíblemente llamativos. Porsche, por ejemplo, está siguiendo una tendencia recientemente que les lleva a pintar sus nueveonces en las tonalidades más estridentes posibles, entre ellas el color naranja. Desde el mismo país donde Anthony Burgess nos regaló su también muy estridente novela, La naranja mecánica, nos llega ahora una colección de ocho automóviles con el logo de Aston Martin, todos pintados en el color de la fruta más famosa de Valencia. Eso sí, desconocemos el nombre concreto de esta pintura.
Los ilustres miembros de esta muy pintoresca serie de vehículos de Aston Martin, caracterizada por la monotonía cromática, son todos los modelos que el fabricante del Reino Unido ofrecía a la venta en el año 2010. Un coleccionista privado se dirigió por aquel entonces directamente a la marca para solicitar este especial pedido de ocho vehículos con la misma pintura exterior, todos ellos, además, con un interior tapizado en cuero de color… ¡naranja!
Si pasamos lista, las ocho naranjas mecánicas de esta colección son: un DBS Coupe y su versión descapotable, el DBS Volante; un V8 Vantage Coupe, que también está acompañado de su variante de apellido Volante; un DB9 Coupé… y su homónimo descapotable; un V12 Vantage Coupe e, incluso, un Rapide, el sedán más reciente del fabricante británico.
Para colmo de extravagancias, los automóviles que conforman este octeto apenas han sido conducidos por su dueño original. Los odómetros de todos ellos, que no son de color naranja, por cierto, muestran kilometrajes de entre 112 y 380 kilómetros. Los motivos que llevaron a su propietario original, que permanece en el anonimato, a realizar este extravagante pedido son desconocidos, aunque sabemos que fueron fabricados con las especificaciones propias del mercado suizo.
Esta colección formada por ocho modelos será subastada por Bonhams Cars el próximo día 8 de octubre, en la ciudad belga de Knokke-Heist, famosa por sus balnearios y muy próxima a la frontera con el reino naranja, Países Bajos, donde existe otra afamada naranja mecánica. Se espera que el lote completo sea adjudicado por no menos de medio millón de euros, aunque también se admitirán pujas por cada modelo por separado. En este sentido, las dos variantes del DBS, los más caros de la colección, apuntan a precios de entre 80.000 y 120.000 euros, mientras que los DB9 se estima que podrían venderse por entre 60.000 y 90.000 euros. Para las versiones del Aston Martin Vantage con el V8 bajo su capó se baraja una horquilla entre 40.000 y 60.000 euros, al igual que para el sedán. El Aston Martin Vantage V12, con sus 5,9 litros de cubicaje y 517 CV, podría cambiar de manos por entre 50.000 y 80.000 euros.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS