He de decir que difícilmente las mezclas me convencen, al menos en el mundo del motor, y a pesar de que me apasionan por separado, la fusión entre lo europeo y lo japonés de primeras me produce cierto rechazo. Pero esto es lo que sublima en este Mercedes SLC JDM, la reinvención de un clásico con lo mejor de dos mundos. Que no os engañe su imagen, este lobo con piel de cordero es capaz de enfrentarse a más de un deportivo moderno.
Los restomod están en pleno auge, pero hay gente que va un paso más allá y mezcla culturas con lo mejor de cada cual. En este caso, la imagen imponente del Mercedes SLC, prácticamente de serie, sirve para esconder bajo su piel el motor 2JZ del Toyota Supra Mk4, uno de los motores más icónicos de todos los tiempos. En lugar del V8 estándar de 4,5 litros, el Mercedes 450SLC de 1977 está propulsado por el famoso motor 2JZ-GTE, que ha sido mejorado para generar alrededor de 406 CV.
Algunas de esas modificaciones son la simplificación típica en este motor, convertirlo a un solo turbo Mitsubishi TE06, acompañarlo de un intercooler Z32, un escape a medida y un radiador más grande. Se acopló la transmisión de un Toyota Aristo automática de cuatro velocidades para mantener el espíritu del Mercedes SLC patente, y se configuró una ECU MoTeC independiente para que todo funcionase adecuadamente. Eso incluso se extiende al sistema de control de climatización, que se basa en la del motor del Toyota en lugar de la propietaria de Mercedes.
Sin embargo, podría decirse que la pieza más rara de Toyota jamás alcanzará a la peculiar procedencia de los frenos, que son de Ferrari, provienen del legendario F40 en la parte delantera y del respetable F430 en la parte trasera. Y como es el caso con la mayoría de rincones de este automóvil, el propietario tuvo que realizar bastantes modificaciones para que encajasen. Se esconden sobre unas llantas inspiradas en las de serie, pero en 17 pulgadas en lugar de las de 16 que suelen encontrarse en el deportivo alemán.
Para rematar la mecánica, la suspensión también se hizo a medida. Nada en el exterior lo delata más allá de las llantas y los frenos, incluso estuvo expuesto en un concesionario Mercedes, ya que conserva la tapicería de los asientos traseros y el revestimiento del techo de fábrica. Para acabar de dejarlo perfecto se repintó y los asientos delanteros se tapizaron de nuevo, pero con los estándares de Mercedes, por lo que su imagen es impoluta. Se tardaron en efectuar todas estas modificaciones más de dos años, pero el tiempo no es la barrera cuando se trata de unir tantas piezas y de tan diferentes orígenes de forma tan minuciosa y bien ejecutada.
Lo único que nos falta es escuchar al discreto Mercedes rugir, aunque sigue sin encajarme el sonido de la diverter valve, al soltar el acelerador con su “shututu” tan característico del motor japonés, en mi caso, la habría recirculado y silenciado de alguna manera para que fuese aún más discreto.
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS