En el marco de las importantes transformaciones que está experimentando el sector del automóvil en los últimos tiempos, cada fabricante establece sus propios cambios estratégicos para conseguir adaptarse y sobrevivir. Para Jaguar Land Rover —JLR—, esta redefinición de estrategias conlleva un nuevo enfoque para la primera, que la llevará a reposicionarse en el mercado como una marca de menor volumen y de mayor lujo, con el objetivo de establecerse como un rival de Bentley o Aston Martin.
Desde la marca de origen británico, ahora bajo el control de Tata Motors, han revelado recientemente que se producirá una reducción cuantiosa de su gama, acompañada del incremento de sus precios. De los seis modelos actuales —los Jaguar E-PACE, F-PACE, I-PACE, XF, XE y F-Type—, que en Estados Unidos se reducen a cinco —no se ofrece el Jaguar XE—, pasarán a ofrecer tan solo tres, se estima que en 2025, todos ellos eléctricos y construidos sobre una plataforma exclusiva denominada Panthera. Ninguno de ellos será el Jaguar XJ eléctrico, cuyo proyecto fue cancelado meses atrás.
En este contexto, también se hará necesaria una reestructuración de su manera de vender automóviles. Tal y como recoge Automotive News, los planes de futuro de Jaguar pasan por reducir considerablemente su red de concesionarios, especialmente en Estados Unidos, aunque este movimiento también será replicado en nuestro continente. A este respecto, ha trascendido en tiempos recientes su intención de pasar de 80 a 20 puntos de venta en Reino Unido.
Nuestro objetivo es incrementar el rendimiento económico y reforzar la sostenibilidad financiera de Jaguar y Land Rover en el futuro. Hemos abierto un periodo de consultas con nuestra red minorista para entender cómo podemos alcanzar esta meta, pero es demasiado pronto para revelar detalles, debido a su naturaleza estratégica”, comentaba el grupo en un comunicado emitido recientemente
Por lo que respecta al país norteamericano, la compañía cuenta allí con unos 395 concesionarios, que tienen expuestos modelos de ambas marcas comerciales, mientras que Bentley y Aston Martin se conforman con una cincuentena de puntos de venta. Ahora ha trascendido que JLR ha ofrecido a estos establecimientos la oportunidad de renunciar a la gama Jaguar, cuyas cifras de ventas caen en picado en estos últimos años, a cambio de incrementar su cuota de entregas de vehículos Land Rover. No está claro qué número de ellos han aceptado el trato propuesto, aunque algunas fuentes afirman que son alrededor de 40 por el momento.
Se preparan así para la notable reducción de sus ventas totales una vez que se implemente, dentro de poco más de un año, su nueva estrategia —y su nuevo catálogo—, con unos futuros modelos que al menos doblarán el precio de los actuales. Como referencia, actualmente su gama a la venta en Estados Unidos parte de los 48.000 dólares, mientras que ninguno de sus futuros modelos tendrá una tarifa inferior a los 122.000 dólares.
Planificamos transformar la manera en la que nuestros clientes estadounidenses adquieren vehículos, procurando mejorar su experiencia para que esta sea más consistente, transparente y multicanal, ofreciendo una experiencia de compra fluida basada en una infraestructura digital para dar servicio de la manera que ellos escojan. Estamos progresando en contacto con nuestra red de concesiones en el país para situar a nuestros clientes en el centro de nuestras operaciones, y construir un futuro sostenible para Jaguar Land Rover y nuestros concesionarios”, afirmó la compañía en un comunicado dirigido a Automotive News
Cabe apuntar que el director ejecutivo de la compañía entre los años 2010 y 2020, Ralph Speth, exigió a los concesionarios estadounidenses ofrecer salas de exposición dual, con espacios separados para las gamas de cada marca, un proceso que provocó una inversión total de varios millones de dólares. No parece que se vayan a tomar muy bien esta medida, por mucho que se les procure compensar ofreciéndoles un mayor acceso a los productos de Land Rover, marca que sí goza de buena salud comercial, una vez superados los problemas derivados de la crisis de suministros reciente, y que ha permitido a JLR ser de nuevo rentable.
Sea como sea, no cabe duda de que la transformación que está experimentando la manera en que se compran y venden automóviles nuevos es profunda. La venta a través de internet, sin posibilidad ver ni tocar previamente el vehículo en cuestión, está ya a la orden del día, y el aporte de valor para el cliente final de los concesionarios está claramente en entredicho. Y es que algunas marcas demuestran en estos últimos tiempos que los compradores no tienen inconveniente alguno en acudir a recoger sus vehículos directamente en las campas donde se acumulan multitud de unidades recién desembarcadas o incluso “a pie de camión”.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS