Qué había de especial en el GMC Typhoon 1993, el SUV vendido por 200.000 euros

Qué había de especial en el GMC Typhoon 1993, el SUV vendido por 200.000 euros

Un pionero en su tiempo por su rendimiento, pero atención a su apariencia


Tiempo de lectura: 4 min.

Un SUV fugaz y casi inmutable. Quizás sea este último el gran atributo del GMC Typhoon, comercializado entre 1992 y 1993. Sin margen para el perfeccionamiento. Sin tiempo para desarrollar y corregir, salvo puntuales mejoras que, como leerán más adelante, tienen que ver con la estética. No fue precisamente uno de esos vehículos a apuntar por los que buscan en la evolución final de un modelo la mejor expresión de éste. En los SUV norteamericanos, el equipamiento premium no era nada nuevo para el mercado nacional cuando este mediano de la General Motors se lanzó, pero su gran misión estuvo vinculada al poder de fuego.

Al sitio de Bring a Trailer siempre hay que tenerlo ahí, a un costado, para, cada tanto, revisar las novedades con las que nos podemos encontrar. Es que nunca falta esa rareza merecedora de nuestra atención y este GMC Typhoon 1993 vaya si lo merece. El valor al que fue vendido a finales de marzo es una rareza en sí misma. Se pagaron 226.000 dólares, casi que arañando los 200.000 euros al cambio actual. En la búsqueda de razones, no se puede no atribuir parte de esta cifra final a su escaso andar. Si se pagó todo eso, en parte es por tratarse de un coche de más de 30 años con 1.100 kilómetros, pero sería un completo error limitarnos a ello.

Cada factor hace su parte hacia los 200.000. Su producción de apenas casi 4.700 unidades es uno. Pero hablar del Typhoon es hablar de un pionero para los SUV norteamericanos de alto rendimiento. Investigando, di con un artículo de Car and Driver de marzo de 1992. “Hasta ahora, el mejor todoterreno para las carreras de semáforos ha sido el Cherokee de 4.0 litros de Jeep. Pregúntale a diez propietarios de Cherokee qué les gusta de su vehículo y ocho dirán: ‘Es un auténtico caballo'”, se lee en un pasaje sobre el que firmaba el 0 a 100 en 8,2 segundos. Frente al GMC, el Jeep no tenía ni para empezar en un mano a mano callejero.

GMC Typhoon (2)

Están los SUV norteamericanos y luego este GMC Typhoon 1993

Casi tres segundos de ventaja le sacaba el GMC al de las siete ranuras. Un 0 a 100 km/h en 5,3 segundos que hoy se torna esperanzador: dado sus condiciones inmaculadas, tal vez sea cuestión de una no muy compleja revisión mecánica para, tres décadas después, comprobar si todavía es capaz de registrar dicho tiempo. Por comparar con un modelo de sus días, un SUV con la aceleración de un Ferrari 348 GTB. Incluso apenas más rápido en los primeros metros al imponerse por una décima. Allí, entonces, radica una buena parte del porqué del actual valor de este ejemplar que, además, da cuenta a través de su apariencia de otra de las facetas atractivas del modelo.

El GMC se caracterizó, entre otras cosas, por su amplio repertorio de pinturas disponibles. Si al vehículo tranquilamente se lo puede considerar un vintage, su color aporta aún más a la causa. Para la tanda de 1992, salvo un puñado que se cuenta con los dedos de una mano, todas las unidades se entregaron con el color específico acompañado de unos bajos grises. Esto cambió en el ’93, cuando los paneles inferiores, además de grises, empezaron a salir con el color de la carrocería. Este ejemplar luce el Apple Red en su totalidad, es decir que es parte del 1,63 por ciento –77 unidades– que salió en ese acabado exterior del total de la producción.

Aunque GMC ofrecía colores y combinaciones cuantitativamente más exclusivas, el Rojo Manzana es una tonalidad que sin dudas elegiría. En fin, quien lo haya adquirido tiene argumentos para justificar tamaña suma invertida en este referente de los SUV norteamericanos de hace más de 30 años. Su estado en muy buenas condiciones y el hecho de conservar el V6 4.3 turbo original se suman a la lista. El veredicto es claro: este no es un SUV cualquiera y menos hoy, en tiempos de auge de modelos retro.

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Mauro Blanco

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