Parece mentira que hace cuatro días Xiaomi estuviera vendiendo móviles por 200 euros con el cargador incluido, y ahora estemos aquí, mirando con recelo un SUV eléctrico de casi cinco metros, casi 700 caballos y un interior digno de una sala VIP. Como decía Lloyd Bridges en Hot Shots 2, “Hoy estoy aquí, rogándoles que no hagan coches tan buenos”. Pues eso. Quién nos lo iba a decir.
Xiaomi ha decidido plantar cara a los grandes del coche eléctrico con su nuevo YU7, un SUV que no viene a probar suerte, sino a agarrar de la corbata al mismísimo Tesla, y lo cierto es que, al menos sobre el papel, no se han dejado nada en la recámara. Un diseño agresivo, un interior de los que enseñan músculo, un arsenal tecnológico que haría sonrojar a más de un alemán, y unas cifras de rendimiento que infunden respeto.
Ahora bien, una cosa es la ficha técnica y otra muy distinta es lo que transmite el coche cuando lo miras, lo tocas o lo conduces, y en eso hay matices. Así que vamos a meterle el debido repaso para ver si este Xiaomi YU7 está tan bien como lo pintan.
Por fuera impresiona, pero…
Lo primero que hay que decir es que el YU7 entra por los ojos. Sus casi cinco metros de largo están muy bien proporcionados, y eso se nota en esa postura agazapada que tanto gusta en este tipo de coches. No parece un SUV alto y torpe, sino un coche con actitud, de esos que aunque estén parados parecen ir rápido. Para eso sigue la misma línea que el SU7.

El capó, que es enorme (más de tres metros cuadrados) y los pilotos con diseño hueco llaman la atención, y el conjunto tiene una presencia especial en verde esmeralda. En ese sentido, Xiaomi ha apostado por un estilo propio dentro de una fórmula conocida: Gordote pero fit.
Ahora bien, todo ese envoltorio tan cuidado puede jugar en su contra y producir la sensación de que Xiaomi quiere que te fijes tanto en los detalles (el tratamiento de las luces traseras, los tiradores retráctiles, las llantas enormes) para camuflar algunas carencias.
¿Está mal? No necesariamente. La verdad es que es algo subjetivo derivado del tratamiento que otras marcas, incluyendo las europeas, han dado a sus modelos en los últimos años, con mil pijadas y baja calidad. No quiere decir nada en cuanto a la calidad de este modelo.
El interior es otro cantar
Xiaomi ha hecho los deberes. El habitáculo del YU7 no solo es amplio (muy amplio, de hecho), sino que está bien resuelto. Se nota que han querido combinar confort, estética y tecnología sin que una cosa pise a la otra.

El salpicadero es limpio, diáfano, las pantallas están bien integradas y los materiales, sin ser artesanía italiana, están por encima de lo que uno esperaría de una marca que hace móviles. Es un interior moderno, pero no frío, tecnológico, pero no alienante.
Las plazas traseras son generosas, y no de esa forma tramposa en la que te dicen que hay espacio porque han sacrificado el maletero. Aquí hay sitio para piernas, cabezas y equipaje, y eso siempre se agradece en un coche que aspira a hacer viajes largos.
Los asientos delanteros con función de masaje y gravedad cero son más que un reclamo publicitario: son cómodos de verdad. Además, el aislamiento está muy bien conseguido, aunque queda por ver cómo envejecerá el conjunto con el paso del tiempo y los kilómetros.
El despliegue tecnológico es brutal (quizá demasiado)
El Panoramic Display que proyecta la información en el parabrisas es, sin duda, uno de los puntos fuertes del YU7. La integración es ejemplar, con gráficos nítidos, buena legibilidad incluso con luz directa y una interfaz bien pensada. Eso sí, siendo un sistema tan ambicioso y dependiente de componentes ópticos y proyección, habrá que ver cómo resiste el paso del tiempo, la exposición al sol día tras día y los típicos achaques que llegan con los años y el uso diario.

También hay que decir que uno no puede evitar preguntarse si tanta pantalla y tanta personalización no acaban distrayendo más que ayudando. Que sí, que es futurista y queda muy bien en las fotos, pero a veces uno agradece un cuentarrevoluciones de aguja y un velocímetro que no cambie de color según el modo de conducción (Vale, el cuentavueltas en eléctrico no, pero igual el medidor de batería).
Eso sí, el sistema operativo va como un tiro, y aquí hay que aplaudir a Xiaomi por no escatimar en hardware. Snapdragon 8 Gen 3 para el sistema principal, el chip de NVIDIA para la conducción semiautónoma, y todo conectado a través de 5G, Wi-Fi 7 y lo que se te ocurra. Se nota que vienen del mundo de las telecos.
Es un coche que no solo está conectado: vive enchufado a la red. Ya que cada uno decida si es una bendición o un motivo para aferrarse más fuerte al viejo Seat León.
Corre, y mucho, pero también sabe comportarse
El YU7 no es solo fachada. Tiene casi 700 caballos en su versión más potente, y acelera como si le persiguiera Hacienda. El 0 a 100 en poco más de tres segundos lo coloca en la liga de los deportivos de verdad, pero con el silencio y la suavidad de un eléctrico bien hecho y en cuerpo de SUV.

El chasis está a la altura de su categoría y cuenta con suspensión neumática y un control de amortiguación que adapta el coche al tipo de carretera. En ciudad es cómodo y en carretera da confianza, aunque aquí también hay que decir que, con semejante peso y tamaño, las inercias cuentan mucho.
Los frenos Brembo cumplen con nota y el sistema de tracción total da la sensación de tener todo bajo control incluso cuando vas más rápido de lo que deberías (normal con 700 caballos). El YU7 no parece torpe, pero tampoco es ágil.
Es un coche rápido, sí, pero no te invita a jugar con él en una carretera de curvas. Es más de ir rápido en autovía que de buscar el límite en cada curva, y eso, para su cliente objetivo, seguramente sea una buena noticia.
La autonomía impresiona, la carga más
Xiaomi promete hasta 835 km de autonomía en la versión más eficiente, pero ya sabemos cómo funcionan estas cosas: en laboratorio todo es bonito. Aun así, incluso si se queda en 600 reales, sigue siendo una cifra excelente.
Lo mejor no es eso, sino la velocidad de carga. Con arquitectura de 800V y un sistema de carga rápida que permite recuperar 620 km en 15 minutos, el YU7 deja en evidencia a muchos rivales. Aquí sí que han puesto toda la carne en el asador.

Eso sí, como siempre, habrá que ver cómo se comporta esa batería con el uso real, con el frío, con el paso del tiempo. Porque una cosa es lo que aguanta nueva y otra muy distinta cómo rinde tras cien mil kilómetros y dos inviernos duros.
Xiaomi dice haber protegido la batería con materiales de escudo antimisiles. Veremos si también han protegido el rendimiento a largo plazo.
Seguridad a golpe de algoritmo y acero
El apartado de seguridad es una mezcla entre músculo y cerebro. Músculo porque la estructura del coche está reforzada con aceros de altísima resistencia, desarrollados junto a universidades y laboratorios, y con soluciones muy bien pensadas como las vigas en las puertas y la protección del suelo.
Cerebro porque lleva LiDAR, radares 4D, cámaras para aburrir y un cerebro central con más potencia que el portátil de muchos ingenieros. Todo se integra en un sistema que promete anticiparse a los errores humanos y mitigar sus consecuencias.

El conjunto funciona, y aunque no podemos juzgar sin pruebas de choque reales e independientes, sobre el papel está todo ahí: estructura rígida, asistencias activas, sensores por todas partes y capacidad de procesamiento para reaccionar antes de que tú siquiera sepas qué ha pasado.
Es uno de esos coches en los que, si te la pegas, no será porque el coche no ha hecho su parte.
En resumidas cuentas: un coche que no es perfecto, pero sí interesante
El Xiaomi YU7 no viene a ser el coche perfecto, pero ninguno lo es. Es cierto que tiene algunas decisiones discutibles, detalles que parecen más pensados para destacar que para aportar, y un despliegue tecnológico que a más de uno le va a parecer excesivo, si no innecesario.
Aun así se agradece que no intente copiar a nadie. No va disfrazado de SUV alemán, ni se empeña en parecer escandinavo, y tampoco es uno de esos coches chinos que reciclan tantos componentes que terminan siendo el mismo (gracias a Dios). Este es un coche que ha nacido en otro contexto y que se nota que ha sido pensado desde cero, con sus virtudes y sus rarezas y buscando la excelencia que debe presumir un auténtico automóvil.
¿El nuevo Xiaomi YU7 cambiará las reglas del juego en el segmento de los eléctricos?
Tiene personalidad, algo que es muy raro de ver. Se nota que detrás hay ganas de hacer algo distinto, incluso si eso implica meter la pata en algún detalle o pasarse de rosca en otros. Destaca, efectivamente, porque se atreve a ser único.
Ahora que todo el mercado se resume en “SUV gordo en color gris”, que alguien apueste por salirse del carril mínimamente ya merece que se le escuche con atención. Este Xiaomi se merece toda la nuestra.
Jose Manuel Miana
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