En cuanto a actividades de ocio se refiere, todo el mundo está acostumbrado a salir a cenar a un restaurante o comprar entradas para ver una película taquillera. La vida social fuera de casa ya está organizada para que el mayor número de personas puedan compartir estas actividades. Ahora, con una pandemia que sigue poniendo a prueba la capacidad de adaptación del ser humano, no queda más remedio que esta organización sea revisada y detallada por la salud de todos.
Esto es lo que se podría definir como la “desescalada” del confinamiento contra el COVID-19. Son las medidas necesarias en el día a día, impuestas de manera progresiva, para evitar que el contagio y los fallecimientos vuelvan a sus picos más altos. La llamada “nueva normalidad” se trata del culmen de esta desescalada, pero no solo es un periodo indefinido de rutinas cuidadosas con la distancia o la higiene. También son nuevas oportunidades de negocio. A veces, incluso viejos negocios que vuelven a encontrar utilidad en un ambiente nuevo.
Es el caso de los autocines: esos aparcamientos al aire libre con pantallas gigantescas en las que se puede disfrutar de una película en la cómoda privacidad del coche. Es innegable que este modo de consumo audiovisual fue un absoluto éxito en los 60 y los 70 de Estados Unidos, y que posteriormente se extendió por todo el mundo. Después llegaron las salas de cine y su modelo de negocio con exhibidores, distribuidores y rentas de por medio. Este era claramente más beneficioso, pues la industria ya se había masificado, y los autocines se relegaron a una forma de consumo secundaria.
A día de hoy, la cómoda privacidad del coche puede convertirse en una ventaja importante a la hora de examinar este periodo post-COVID y situarse de nuevo como negocio, pues seguramente la masificación el aforo limitado de las salas va a tener más restricciones y pérdidas que nunca. Incluso con esas previsiones conviene saber hasta qué punto el autocine podría superar a las salas de cine convencionales y convertirse en una nueva forma de compartir ocio en la “nueva normalidad” que nos espera.
Orígenes y apogeo
Los orígenes del autocine se remontan a 1932, cuando el magnate Richard M Hollingshead Jr. empezó a hacer pruebas para trasladar las proyecciones al exterior en su barrio de Nueva Jersey. En los años 30, dentro del periodo conocido como “La Edad de Oro de Hollywood”, la industria ya estaba asentada mediante un sistema de estudios que, tras algunos cambios en el sector, evolucionaría hasta ser como lo conocemos en la actualidad. Uno de estos cambios fue la intervención federal a partir de los años 40, que apartó la producción del modelo de negocio de la distribución.
El señor Hollingshead creó una pantalla utilizando los dos árboles que había en su patio, colocó una radio detrás de ellos y después puso un proyector de Kodak en el techo de su coche. Para que se escuchase bien el sonido probó a modular la radio con las ventanas abiertas y cerradas. Para que todos los coches pudiesen ver la pantalla a cierta distancia utilizó distintas elevaciones del terreno. El 6 de junio de 1933 el concepto se hizo realidad en la localidad de Pennsauken.
En la época de 1950 y 1960 el autocine consiguió su máxima popularidad, sobre todo en zonas rurales. Permitía a toda la familia ir al cine sin preocuparse por el cuidado de los hijos, pero la excesiva privacidad del coche derivó en que fueran etiquetados como “pozos de pasión”. Esto hizo que su reputación cayese en picado durante los 70, y que la oferta de películas de algunos diera un giro radical, pues pasaron a proyectar obras del género pornográfico fuera del horario familiar. Otras inmoralidades salieron a la luz, como el “contrabando” de espectadores en maleteros para no pagar entradas individuales.
Con el paso del tiempo se fueron extendiendo estos negocios por el mundo. Su éxito provocó que surgieran nuevas ideas para atraer a más clientes, como montar zoológicos de mascotas pequeñas, llevar grupos de música, celebridades de las películas para que las presentasen, servicios religiosos los domingos, bares y restaurantes. Algunos autocines todavían conservaban las “noches del dólar” de los 50 y los 60 en las que la entrada costaba un dólar por coche.
Decadencia y el autocine “Do-It-Yourself”
Llegó un momento en el que la mayoría de autocines solo abrían sus puertas en verano, en horario nocturno, pues el terreno se hizo más caro y mantener la propiedad durante todo el año se hacía inviable. Todas las mejoras relacionadas con el consumo audiovisual, como la televisión, los reproductores de vídeo doméstico (VHS y en menor medida Beta) o los alquileres de películas hicieron que la decadencia del modelo de negocio autocine fuera una realidad. Las complicaciones temporales y las cancelaciones fueron un motivo más para que se perdiese el atractivo de estos cines al aire libre.
Muchos fueron reconvertidos en lugares de almacenamiento o en mercadillos. Por ejemplo, el Spotlight 88, en Pennsylvania, después de que un tornado destruyese gran parte de la infraestructura en 1985. Otros siguen utilizándose como autocines enfocados en atraer nostálgicos, mientras intercalan su funcionamiento con otras actividades. En el caso de los Midway Drive-In que hay por todo Estados Unidos.
En 2001 el autocine volvió a reinventarse bajo el lema Do-It-Yourself (hazlo tú mismo) en los aparcamientos y zonas urbanas de California. Estos eventos se empezaron a gestionar por Internet más tarde, de tal manera que varios grupos de personas quedaban para proyectar películas en diferentes escenarios. El concepto fue apropiado por varias instituciones públicas y privadas para proyectar contenidos a un determinado público, el peatonal.
El Museo de Campanas de Historia Natural en Minneapolis, Minnesota, se dirigió a los usuarios de bicicletas con un cine llamado “bicicine”, en el que proyectaban películas y conciertos en directo. En ciudades de otros países como Ottawa o Toronto también proyectaban con asiduidad películas durante el verano, normalmente en las paredes de los edificios.
Vuelven iniciativas de autocines en la “desescalada”
Seat hizo notar su interés en este tema el 15 de mayo, co organizando la proyección de un concierto en Alemania, en el autocine de Düsseldorf. El evento en cuestión giraba en torno al artista Tim Bendzko, un cantante de pop que cantó de forma exclusiva uno de los temas del momento en Alemania, “Nur noch kurz die Welt retten” (traducido al español como “Salva el mundo por un momento”). La gente también pudo disfrutar por streaming la cancion, disco de oro en el país y de platino en Suiza. Otra empresa que dirigió la proyección fue la emisora de televisión SAT1.
Ambas lograron vender 100 entradas a través de comercios. Las 20 restantes fueron destinadas a las plazas de aparcamiento más cercanas a la pantalla, es decir, en las tres primeras filas, que fueron sorteadas por la cuenta de Instagram de SEAT Alemania. El fabricante español empezó a dirgir su estrategia publicitaria hacia la música durante los últimos años, promocionando conciertos como el Sónar o el Primavera Sound de Barcelona y Oporto. Con el periodo de confinamiento (ahora de desescalada), el objetivo de mantenerse activo entre su público no se desliga de ello.
En Alicante ya se preparan para acoger la que será la pantalla más grande de Europa en un autocine con una dimensión de 500 m2. Es el Cinemacar, una empresa que apuesta por la adaptación de eventos culturales a esta “nueva normalidad”. Tras una instalación de 15 días y, en palabras de la organización, similar en aspecto y calidad a un parque de atracciones, estará lista para abrir al público el 11 de junio. Se localizará en la zona de Rabasa y no solo contará con un espacio para vehículos.
Cinemacar también tendrá una zona de jardines en primera fila y terrazas a los costados, además de palcos Premium, escenario para eventos en directo y hasta un parque para mascotas. Junto con este proyecto, la cantidad de autocines ascendería a un total de cuatro en la Comunidad Valenciana: tres en la propia Alicante (en Denia y en Mutxamel, los que ya existen) y uno en la propia Valencia. Los restantes se ubicarían en Madrid, Vizcaya y Asturias.
Aunque el proyecto aún no se ha puesto en marcha ya hay una programación organizada para el día de apertura y para las siguientes sesiones.
En total, la infraestructura del autocine será de más de 45.000 m2. La empresa apunta a que el asfaltado facilita la desinfección con arcos y limpieza de lunas, como también con aseos “de última generación para COVID-19”
En el Autocine Madrid RACE las entradas de las primeras sesiones ya se han agotado, incluso antes de que la comunidad autónoma pase a la Fase 1. El autocine de Dènia, ya en Fase 1, está en marcha con las medidas de distanciamiento necesarias (3,5 metros de separación entre coches). Lleva 41 años funcionando sin parar y es el primer autocine de España. Teniendo en cuenta las circunstancias, ambas “salas” utilizan en sus proyecciones películas clásicas, pero tampoco han dejado de lado los estrenos durante todos los años que llevan abiertos.
El Autocine Madrid RACE abre todo el año menos los martes en invierno, 2 horas antes de la proyección entre semana, y 2 horas y media el fin de semana, con el fin de ofrecer cena (en un restaurante y tres foodtrucks) y un 2×1 en palomitas y cerveza. Si hay lluvia o mal tiempo no se suspende la película. Es más: proporcionan viseras anti-lluvia para que se siga disfrutando de la experiencia, a menos que las condiciones climatológicas sean extremas. Son 25.000 m2 al aire libre y 1.500 coches de aforo (en condiciones normales, claro).
El sonido de la pelicula llega directamente a la radio de tu coche si sintonizas la emisora del autocine por FM. Las mascotas son permitidas, los menores de tres años pueden entrar al recinto gratis y existen varios packs y rebajas por ser socio. Además, la empresa de carsharing Ubeeqo tiene un acuerdo con el autocine para poder reservar un coche e ir a ver la película con él siempre que no se disponga de uno.
Los precios suelen ser parecidos a las salas de exhibición. Los viernes, sábados y domingos son 8 euros por adulto, con carnet joven 7,20 y niños 4,50. El día del espectador (miércoles) o el día del autocine (jueves) los precios caen algo: 5,50 y 6,50 respectivamente. Además, si el coche se queda sin batería disponen de arrancadores portátiles. En algunos modelos la mayor incomodidad de un autocine es tener que mantener el motor encendido para evitar perder batería o contar con la calefacción.
Tamara Istambul, copropietaria de Madrid RACE, contó en el programa de radio matinal “Mas de Uno” que su empresa está en fase de expansión: “Es un proyecto que logísticamente y técnicamente es muy complicado de implantar. Para que sea rentable hace falta un horizonte temporal mínimo de cinco años”.
?SOLD OUT para viernes y sábado.
¡No te quedes sin tu entrada para #GREASE! Reabrimos nuestras puertas en la #Fase1.
?#AutocineMadridRACE seguramente, el lugar más seguro del mundo. en Autocine Madrid RACE https://t.co/z1wQhwKbm6— Autocine Madrid RACE (@autocinesmadrid) May 20, 2020
Según la federación de exhibidores FECE, las salas de cine han tenido pérdidas de más de 100 millones de euros desde el inicio del confinamiento, y ahora piden al Gobierno fondos de ayuda para que la supervivencia del sector, cuyas salas no estarán completamente disponibles hasta la Fase 2. Entre otras medidas de seguridad de la Fase 1, las zonas al aire libre en las que se celebren actos culturales podrán acoger un máximo de 200 personas, respecto a las 30 que acogen en sitios cerrados.
Esto les dará un margen muy importante a los autocines. Pasarán de ser esos eventos ocasionales que quedaron en manos de muy pocas personas (o incluso desaparecer) para convertirse en un fenómeno al alza que las empresas reutilizarán para mover la economía, incluyendo en esto a la automoción. El gobierno alentará estos proyectos en la medida que se pueda, y durante los siguientes meses o años el negocio de la distribución del cine estará más repartido.
No es un fenómeno español, los autocines están posicionándose como alternativas seguras en la era post-COVID en diferentes partes del mundo, incluyendo Estados Unidos
Los autocines suman puntos si lo miramos desde el prisma de la seguridad y el ocio, indudablemente, pero nunca tendrán una fuerza tan grande desde la perspectiva tecnológica. Por ejemplo, las plataformas y servicios que cualquiera puede tener desde la cómoda privacidad de su casa: desde Netflix hasta Movistar Plus, que son una evolución lógica del cine doméstico que en su día casi acabó con los autocines. En todo caso, los gustos y las tendencias de los clientes marcarán su futuro éxito al tiempo.
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Enrique Delgado
Terminando la carrera de audiovisuales y empezando en el mundo del periodismo con el espíritu de aprender sobre motor. Siempre tengo un ojo para lo que ocurre en el mundo y otro en absorber todo el conocimiento que pueda sobre él para escribir literatura, mi hobby personal.COMENTARIOS