El diseño de los automóviles ha cambiado mucho durante su existencia. Durante los primeros años, el diseño era inexistente o heredado de los carruajes de caballos, después pasó a ser receptor de las modas y el estilo del momento, para finalmente conseguir ser creador de diseño propio y exportador a otros ámbitos. Vamos a repasar el diseño de la automoción desde sus inicios en cuatro entregas, donde hoy os traemos la primera. A la vez contaremos la historia de los diseños de Mercedes-Benz, ya que tenemos modelos desde el inicio hasta el día de hoy, de manera ininterrumpida.
Primeros años (1886-1908)
A finales del siglo XIX se habían construido varios vehículos automóviles, pero es el patentado el 29 de enero de 1886 por Karl Benz el primero en tener un motor de combustión interna. Era sencillamente un triciclo con ruedas de radios al que se le añadió un motor monocilíndrico de cuatro tiempos y 0,75 CV, colocado horizontalmente en la parte trasera. Este modelo y los demás iniciales eran curiosidades de su tiempo, incluso el primer viaje largo fue algo anecdótico.
Quizás debamos agradecer el inicio de la industria automotriz a una discusión de pareja o a una simple visita a los abuelos
Este viaje fue emprendido por Bertha, esposa de Karl, que tomó el vehículo sin su conocimiento para ir de Mannheim a Pforzheim, su lugar de nacimiento, el total del trayecto fue de 180 km. El hecho de que el conductor fuera mujer y los acompañantes dos hijos menores hizo ver que ese invento tan estrambótico realmente era útil y mostró que, en esos años, el motor de combustión era superior al de vapor y al eléctrico. En paralelo, y también en 1886, Gottlieb Daimler construyó el segundo coche con motor a explosión, esta vez de cuatro ruedas. Estos modelos eran meros carros sin caballos, no se aplicaba diseño y el estilo era de carruaje.
En 1900 apareció el automóvil deportivo Mercedes 35 PS. Fue encargado por Emil Jellinek, diseñado por Wilhelm Maybach y construido por Daimler. Jellinek encargó la producción de este vehículo para la competición, y fue la primera vez que se diseñaba una plataforma dedicada para llevar motor de combustión. Esta era más alargada y ligera, con el motor más bajo y alojado en la parte delantera, un gigantesco motor de casi 6 litros y cuatro cilindros en línea erogaba 35 CV.
Con él, nacen dos constantes de la marca hasta nuestros días: su propio nombre y el radiador frontal a la vista
Este radiador en panel de abeja, patentado por Maybach, se convierte en seña de identidad de la marca, que llega con cambios en el tiempo a nuestros días y parece que seguirá muchos años más. Como curiosidad, fue Jellinek el que puso el nombre Mercedes a este coche en honor a su hija, más tarde lo adoptaría él también como apellido. Basándose en este modelo de competición, se construyó en 1901 el Mercedes 40 CV, que sería el primer automóvil turismo “moderno” en ser vendido, Jellinek insistía en que el vehículo moderno debía más rápido y más bello que un coche a caballos, en caso contrario carece de sentido la innovación. En 1902, Maybach diseñó un nuevo coche en el que intentó que todo fuera mucho más sencillo: más sencillo de conducir, de mantener, etc. El nombre de este vehículo fue Mercedes Simplex. Este modelo sigue la línea de los 35/40 PS, con el motor lo más abajo posible y el radiador ocupando todo el frontal. Las ruedas pasan a ser de radios de madera. También fue inscrito en diversas carreras de la época.
Ahora ya podemos hablar de diseño. En primer lugar, el gran cambio es que en los nuevos automóviles se reserva un espacio para el motor de combustión y no queda un vacío aparente donde antes se encontraban los caballos de tiro. El motor forma parte del todo, no es algo que haya que ocultar o colocarlo en algún hueco; muy al contrario, era algo por lo que presumir. Otro detalle, es que se observó que, para que un automóvil sea estable a alta velocidad y en curvas, el centro de gravedad de debe ser lo más bajo posible. Cuando esto se normalizó, la manera de darle un aspecto deportivo a un vehículo fue hacerlo más bajo que una versión normal; al parecer esto se ha perdido en los últimos años, en los que los detalles hacen aparentar a un vehículo deportivo más que con sus medidas y proporciones. En cuanto al estilo del diseño, podríamos englobar a los automóviles de la época en el estilo Eduardiano. Este estilo se basa en el victoriano, al que simplifica. Los paneles con una falsa moldura interior pintada y las lámparas utilizadas lo atestiguan. ¿Qué significaba tener un automóvil durante esos años? Pues los propietarios de aquellos automóviles de las primeras series eran curiosos de la tecnología, excéntricos, aventureros o todo junto a la vez, y con una posición económica muy cómoda, todo sea dicho.
Inicio de la producción en serie (1908-1914)
En 1908 un constructor americano cambió las reglas en la producción de automóviles. En vez de un equipo construyese un vehículo desde su inicio, dividió la producción en etapas y cada equipo se especializaba en una de ellas en concreto. Esto hizo que aumentara la productividad y redujera el precio de sus automóviles, el tiempo de producción de un automóvil pasó de 12,5 h a 1,5 h. En el año 1914, Ford produjo más vehículos que el resto de fabricantes del mundo. La nueva economía de escala hizo que los automóviles pudieran ser adquiridos por más personas pues, hasta ese momento, el automóvil era un objeto de curiosidad y símbolo de estatus más que de uso práctico.
En cuanto a Daimler y Benz (aun no estaban unidos) seguían con sus producciones y con sus lemas de “lo mejor de lo bueno” y “lo mejor o nada”, que siguen hoy en día.
En el caso de Daimler, fue aumentando su productividad: en 1906 un trabajador construía 0,7 vehículos al año, en 1913 pasó a ser 10
En competición, era Daimler el que iba en cabeza, hasta que en 1909 Benz construyó el Blitzen Benz (el relámpago Benz). Estableció el récord de velocidad sobre tierra en 1911 con 228 km/h, según Benz era el vehículo más rápido del momento sobre cualquier medio, su récord perduró hasta 1919. Fue uno de los primeros coches en los que se estudió su aerodinámica.
En cuanto al diseño, el estilo era continuista con el anterior, simplificando su decoración. Poco a poco el coche se iba cerrando, estamos pasando de carros abiertos a carrozas cerradas que nos aíslan del exterior. Si bien no hay un estilo claro, sí podemos ver que se construyen vehículos cada vez más especializados, además de turismos surgieron deportivos y camiones. En cuanto a su significado, en estos años, la clase alta debía tener un automóvil que le representara. Gracias a la producción en cadena, incluso la clase media-alta también podía disponer de ellos.
Primera Guerra Mundial (1914-1918)
Durante estos años la industria automotriz sufrió una importante transformación: prácticamente toda la producción de la industria europea iba destinada al ejército, por lo que el diseño y la fabricación de turismos quedó en suspenso durante los años de la guerra.
Otro cambio fue la incorporación de la mujer a la industria, debido a la falta de mano de obra masculina por las incorporaciones al ejército
Esta guerra se llevó en cuatro años a nueve millones de vidas y cuatro imperios: alemán, ruso, otomano y austrohúngaro. Merced al tratado de Versalles, a Alemania, por ser perdedora, se le prohibió fabricar material bélico, por lo que la industria hubo de ser reconvertida de nuevo y se centró en turismos y vehículos pesados. El tratado también incluyó el pago de todos los gastos de la contienda, lo que provocó un hundimiento de la economía alemana en general.
Período entre guerras (1918-1933)
Como decíamos, la situación económica era desastrosa en Alemania, más para estas dos empresas especializadas en el segmento alto y apoyados años atrás en la industria militar. Después de un primer intento infructuoso, por fin en 1926 se unieron las empresas DMG y Benz Cie creando Daimler-Benz AG, cuya marca principal llegaría hasta hoy en día como Mercedes-Benz. Ahora la estrella de tres puntas se rodeó del nombre y laureles de Benz.
La preguerra fue dura en general y para estas empresas en particular, sin embargo, consiguieron recuperarse y construyeron nuevos modelos. Más aun, en 1927 comenzarían a competir con los llamados “elefantes blancos”. Estos vehículos eran la famosa serie S, rondaban las 2 toneladas de peso, tenían un motor de seis cilindros en línea de 6 litros y eran de color blanco, de ahí el apelativo. Nacieron ganando y pasaron de las carreras a las carreteras con la famosa serie S, SS y SSK.
Del diseño de las dos últimas (W06) se encargó un ingeniero nacido fuera de Alemania, concretamente en la región de Bohemia, actualmente República Checa, estamos hablando de Ferdinand Porsche
Este fue su último trabajo para la marca de la estrella, trabajo que quedó como un hito dentro de Mercedes-Benz y en el automovilismo en general.
En cuanto al diseño, se advierten muchos cambios en estos años. En primer lugar, los coches se van cerrando, no sólo como protección de los pasajeros frente al medio ambiente, si no creando un lugar en el que sentirse cómodo. El automóvil pasa de ser un simple medio de transporte a ser un objeto en el que se disfruta en su interior. Por otro lado, aparecen nuevos estilos. En estos años, el estilo más destacado parte de las proporciones de los vehículos de competición, en ese momento eran bólidos, esto es, tenían forma de bala. Eran vehículos alargados, de aspecto muy compacto, aunque sin elementos de decoración. A la hora de llevarlos a la carretera, había que otorgarles algo más de belleza.
La incipiente teoría aerodinámica indicaba que cuanto más suave, redondeada y progresiva sea la forma de un objeto, menos resistencia ofrecería al aire. Al principio de siglo surgió un nuevo movimiento artístico llamado Art Nouveau, cuyos rasgos más característicos fueron los motivos florales y las líneas asimétricas. Estas líneas también son conocidas como línea del látigo, que es la línea que forman los guardabarros. Este estilo lo podemos ver tanto en el SSK como en el Bugatti Tipo 41 Royale, es en vehículos largos es donde mejor se adaptan estas líneas. En estos años los coches volvieron a ser un bien escaso, por lo que volvieron a significar exclusividad.
Años nazis y Segunda Guerra Mundial (1933-1945)
En el año 1932, debido a la crisis monetaria originada en el Crash de 1929 en EEUU y al paro, se cerró el departamento de competición de Mercedes-Benz. En ese mismo año, la Association Internationale des Automobile Clubs Reconnus -institución previa a la FIA- propuso otra homologación para un nuevo campeonato. Para abaratar el presupuesto, la única restricción fue que el peso del vehículo, sin ruedas ni líquidos no deberían pasar de 750 kg. Hoy en día parece una restricción algo extraña, pero pensad que la generación anterior pesaba unas dos toneladas y apenas erogaba unos 250 CV de un motor de 6 litros.
Deberían evolucionar mucho los motores para que los nuevos vehículos fueran más rápidos que los anteriores, como al final hicieron. El vehículo construido por Daimler-Benz fue el W25 y se presentó el 3 de junio en Nürburgring, se debió presentar una semana antes, pero hubo problemas técnicos. Uno de esos problemas fue que se pasaba ligeramente de peso, como ya se había reducido todo lo posible, lo único que quedaba fue eliminar la librea blanca típica. Al ganar con estos colores fueron llamados “flechas plateadas” y ha quedado como el color típico de la casa. No fue el primer plateado de Daimler-Benz, pero fue el que originó la fama.
Tras el ascenso de Hitler al poder, se potenció toda la industria local. En concreto, se impulsó la construcción de un vehículo que pudiera comprar cualquier familia alemana, el Volkswagen. Por su parte, Mercedes-Benz construyó en 1934 una pequeña berlina todo atrás, sin contar con las ayudas del gobierno. El coche seguía la filosofía de construcción de Josef Ganz: tamaño pequeño, todo atrás, suspensión independiente y chasis tubular ligero. Si nos paramos a pensar, es justo lo contrario a un “elefante blanco”: batalla entre 2.950 y 3.400 mm, motor delantero, ejes rígidos y chasis formado por dos largueros de fundición.
Ciertamente, el MB 130 (W 23) fue el primer vehículo en venta del tipo “escarabajo”
El gran problema fue el precio del vehículo en esos años, 3.600 marcos frente a menos de 1.000 que prometía Adolf Hitler para su coche del pueblo -el Volkswagen- y finalmente no tuvo gran éxito. Daimler-Benz asegura que ese precio debió ser subvencionado, ya que ellos no podían ni acercarse a él. La prueba que adjuntan es que los modelos militares de Volkswagen -el Kübelwagen- eran adquiridos por el ejército por 3.500 marcos, y eso que era más sencillo que el turismo.
En cuanto a la producción, desde 1937 se fue centrando cada vez más en la producción de camiones y material bélico, de nuevo quedó en segundo plano la producción de turismos. Desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939, prácticamente toda la fabricación de turismos fue para las necesidades del ejército. En cuanto a tecnología, se fabrican los primeros motores de inyección de gasolina para la aviación. Se volvió a incorporar a la mujer a la línea de producción, aun así, esta mano de obra era insuficiente para las necesidades de la guerra. Para cubrirlas, se utilizó a trabajadores forzados, práctica habitual en todas las industrias alemanas de la época. Estos trabajadores eran provenientes de países del este, prisioneros de guerra o reclusos de campos de concentración, podemos decir que la esclavitud volvió a Europa en el Siglo XX.
En Daimler-Benz, de los 63.100 trabajadores en activo en 1944, casi la mitad eran trabajadores forzados
Después de la Guerra, la empresa admitió sus conexiones con el régimen nazi y participó en la iniciativa de la Fundación de la Industria Alemana “Recuerdo, Responsabilidad y Futuro”, que entre otras cosas se ocupó de la ayuda humanitaria a antiguos trabajadores forzados.
Durante estos años surgen los primeros vehículos aerodinámicos, la marca pionera fue Tatra y el primer vehículo de serie con estudios aerodinámicos fue el 77 en 1937. En ese tiempo se observó que los volúmenes cerrados con las aristas muy redondeadas son muy aerodinámicos y también se consigue dar espacio a los ocupantes. Durante esos años, el estilo artístico predominante fue el Art Dèco, que se caracteriza por utilizar formas geométricas simples (líneas rectas, cilindros, esferas, triángulos, etc.) para simplificar la producción en serie.
En el sector del automóvil predominaron las líneas horizontales, cilindros y círculos, que ayudaban a reducir la resistencia al aire y además daban sensación de ligereza y movimiento. También se heredan las formas y el estilo de las aeronaves del momento a los automóviles. Este estilo es conocido como Streamline, literalmente “líneas de corriente”, también se utilizar como “aerodinámico”, aunque como verbo también significa “optimizar”. Este estilo, con aristas redondeadas y líneas horizontales, se utilizó mucho en trenes de la época y más tarde en edificios; también dio el salto en los años 50 a otros elementos no móviles, como los jukebox, micrófonos y cafeteras.
En el caso de Mercedes-Benz podemos destacar el 540 K (W24) Streamliner, se construyó en 1938 con la base de un 540 K convertible, pero con la carrocería en aluminio y muy aerodinámica. En mayo de 2014 se midió su coeficiente aerodinámico y era de 0,36, frente a 0,57 de la versión de origen, todo un logro de la época. El vehículo quedó apartado por el inicio de la Segunda Guerra Mundial y fue restaurado en 2011. Durante esos años, el jefe del departamento de estilo -los departamentos de diseño no existían todavía- era Hermann Ahrens, que antes trabajó en Horch -más tarde cambiaría su nombre por Audi-. Fue diseñador o supervisor de grandes cupés como el que citamos, aunque quizás sus trabajos más famosos se pudieron apreciar en la época nazi, pues es responsable de los automóviles que el partido utilizaba en sus desfiles. Con la victoria de los aliados, fue retirado de su puesto en 1945 y reincorporado al diseño de automóviles y camiones en 1949.
También fueron bienes escasos los vehículos durante esos años. Realmente, dos de los dos utilitarios que revolucionarían el transporte en la posguerra fueron desarrollados durante estos años. Uno de ellos fue el Volkswagen tipo 1, del que se construyeron muy pocas unidades como turismo antes de la guerra. Cuando empezó la guerra se transformaron en vehículos militares. El otro vehículo fue el Citroën 2CV, que todavía se encontraba en nivel de prototipo. En el momento de la ocupación de Francia se destruyeron algunas unidades y las restantes unidades viajaran escondidas de granja en granja para evitar que fueran utilizadas por los nazis. Tan orgullosos estaban los franceses de su diseño, que fueron mostradas varias unidades en el desfile del fin de la guerra tras la liberación por los aliados.
Hasta aquí nuestra primera entrega, repasando la historia del diseño junto a Mercedes-Benz desde 1886 a 1945. En breve nuestra segunda entrega que abarcará desde 1945 a los años 60.
J.J. López
Portador del contagioso virus de los coches desde los once años. Ingeniero en informática, programador de robots y visión artificial que lo piensa todo en coches. Amante del arte, técnica y tecnología en movimiento, esto es, apasionado incondicional del automóvil.Articulazo de inauguración JJ. Una lectura obligada para los amantes del diseño del automóvil. Mi enhorabuena.
Muchísimas gracias, Pablo, no se merecen.