El Cadillac Lyriq-V, la versión más potente del SUV eléctrico yankee, llega al mercado como “el modelo de Cadillac más rápido hasta la fecha”. Un eléctrico, y además SUV, se proclama el Caddy más veloz de todos los que ha fabricado la compañía norteamericana hasta la fecha. ¿Quién lo iba a decir? De todas formas, tampoco debería sorprender a nadie, los SUV dominan las ventas y los eléctricos se llevan todas las inversiones, o casi, para los nuevos modelos. Es lógico, incluso entendible, que apuesten por este tipo de coche.
Como aficionados, vivimos un momento no demasiado emocionante, no al menos como espera un fanático de los coches “de toda la vida”, los seguidores de los coches eléctricos estarán encantados con todas las novedades y los avances que se producen. Y en el fondo, aunque nos cueste reconocerlo, tienen algo de razón, ocurrió algo similar con los motores diésel y al final dominaron el mercado durante una buena temporada –más de 20 años– y acabó por ser igualmente emocionante. No obstante, los coches eléctricos tienen algo que no termina de levantar pasiones entre los más quemados y no es solo la falta de sonido, es, quizá, todo el conjunto en general, que se centra más en la tecnología que en otros apartados.
Son cosas que pasan, evolución lo llaman, y al final, todos nos tendremos que amoldar, si no lo hiciéramos, nos perderíamos muchas cosas. El Cadillac Lyriq-V, por ejemplo, es una de ellas, un mastodonte con más de 600 CV, capaz de hacer el 0 a 96 km/h –0 a 60 mph– en 3,3 segundos y un precio, en Estados Unidos, de 79.990 dólares. En Europa no hay nada similar, con ese nivel de potencia, esa capacidad de aceleración y el lujo que se presupone de un Cadillac, por un precio semejante. El Kia EV6 GT es más barato, sí, y con una aceleración casi calcada –el 0 a 100 km/h lo hace en 3,5 segundos–, pero no es, ni de lejos, igual de lujoso y no es “tan SUV”. Podríamos compararlo también con el BMW iX M60, pero es algo más lento en el 0 a 100 km/h y cuesta casi el doble.
Los coches eléctricos, como todos sabemos ya, son el hipotético futuro del automóvil, aunque no parece que vayan a cuajar de aquí a pocos años. Y no es culpa de los coches en sí, hay muchos protagonistas en esta historia y al final, los perjudicados son los de siempre. No obstante, cuando hablamos de coches como el Cadillac Lyriq, sea cual sea la versión, la situación es bien diferente. Quien se compra un Lyriq, en teoría, tiene garaje donde colocar un cargador y eso elimina gran parte del problema de los coches eléctricos. Por supuesto, el precio tampoco es un problema, lo que deja la tecnología eléctrica para los más pudientes o, bien, para los más valientes.
Pero bueno, la verdad es que, en este momento, podamos o no comprar un coche eléctrico es lo de menos, lo importante es que el Lyriq-V es el Cadillac más rápido hasta la fecha, pero el más rápido en aceleración. Parece ser que ahora, con ser muy, muy veloz en completar el sprint hasta los 100 km/h, ya te da la potestad de ser el más rápido. Eso es de lo que presumen desde Cadillac, de un 0 a 100 km/h en unos 3,5 segundos, gracias a dos motores eléctricos, uno sobre cada eje, con 459 kW de potencia entre los dos, 624 CV –en realidad, 624,24 CV– y nada menos que 800 Nm de par. Según la propia marca, es una décima de segundo más rápido que el CT5-V Blackwing, pero también tiene una autonomía limitada de 459 kilómetros. El resto de versiones del Lyriq tienen 488 y 513 kilómetros de autonomía.
Merece la pena mencionar que el Cadillac Lyriq-V pesa nada menos que 2.713 kilos… Esto del peso se nos ha ido de las manos y un coche de 2.713 kilos es excesivo, sea Cadillac, BMW o la marca que nos dé la gana. En España, a poco que se cargue el coche, se quedaría muy cerca del peso máximo que se puede manejar con el carnet B. Ejemplo: cuatro ocupantes con un peso medio de 75 kilos cada uno, darían 300 kilos a sumar al peso el coche, es decir, nos ponemos en 3.000 kilos. Ahora, mete cosas en el maletero para ir los cuatro una semana de vacaciones y nos vamos a los 3.100 kilos con facilidad. El máximo que permite el carnet B, por si alguien no se acuerda, es de 3.500 kilos…
En fin, nimiedades de pobre, porque soy pobre y no me puedo comprar un Lyriq-V, que no dejan ver lo que realmente es, un “pepino” eléctrico al que no me importaría echarle el guante, solo para fundirme la carga de la batería en aceleraciones. Probaría si la dirección es tan rápida como dicen desde Cadillac y si la suspensión adaptativa es capaz de mantener en su sitio semejante tonelaje. También probaría el sonido que, al parecer, “crea una experiencia única y de múltiples capas”, que además, se escucha tanto dentro como fuera. He de decir que, por ahora, no he escuchado un sonido de coche eléctrico que realmente me guste, son todos poco atractivos y excesivamente artificiales –si podemos considerar artificial, algo que ya es artificial, claro–.
La producción del Cadillac Lyriq-V se fabricará en Spring Hill, Tennessee, a partir del primer trimestre de 2025.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS