El final del siglo XIX fue una época de transiciones emblemáticas. De las monarquías absolutas a los estados nación de hoy en día, o de la manufactura a la industria como forma más eficiente de producción, seguido de años y años de progreso en el campo de la ciencia o de los derechos y libertades individuales. El “automóvil” (entendido como transporte sobre ruedas) que en el siglo XV había diseñado Leonardo da Vinci también sufrió uno de los cambios más importantes en toda su historia cuando un inventor alemán, Karl Benz, creó el primer modelo de coche propulsado con gasolina.
En 1879 Benz ya tenía desarrollada una unidad con un motor de gasolina estacionario, que era impulsado por un solo cilindro de dos tiempos. Su éxito en ventas hizo que se plantease unir el chasis y el motor y crear otro modelo de dos plazas, finalmente lanzado en 1885 (ver imagen de cabecera), con un cilindro de alta velocidad y de cuatro tiempos, una estructura de acero tubular, con diferencial y potencia de 0,55 kW. En 1886 Benz patentó el vehículo y siguió trabajando en él, incorporando mejoras como el sistema de dirección de doble pivote: el Victoria de 2,2 kW en 1893.
Una vez Karl Benz ya tenía una “gama” de vehículos propulsados a gas con mejoras en su interior, finalmente se lanzó al mercado en 1894 con los primeros 1.200 coches de producción de ensamble vendidos del mundo hasta 1902. El modelo se llamó Benz Motor Velocipede (o Benz Velo para abreviar): un coche de 280 kg y caballo y medio de potencia. Uno de los precursores de lo que hoy en día se puede llamar el automóvil moderno.
Pero esto era tan solo era el principio de la explosión que iba a tener el automóvil como medio de transporte. A partir de 1900 la amplia mayoría de personas que se desplazaban era por medio de caballos y carruajes. El coche propulsado por gasolina apenas se estaba haciendo un hueco en la vida de la ciudadanía, pero a lo largo del tiempo esto trajo consigo un nuevo debate sobre la convivencia y la seguridad vial de los antuguos medios de transporte con los nuevos y su tecnología, que parecía popularizarse poco a poco.
El primer seguro
Unos años después del lanzamiento del Benz Velo, en febrero de 1898, se redactó el primer seguro de coche en Estados Unidos. Concretamente fue en Nueva York, y el tomador pagó 12,25 dólares (380,93 dólares modernos) por una cobertura de hasta 5.000 dólares (155.480,23 dólares modernos). En aquella época existían alrededor de 18 millones de transportes movidos a caballo, y unos 4.000 coches a motor en todo Estados Unidos, por lo que el seguro no cubría los siniestros contra otros turismos.
La cobertura era muy limitada. En caso de accidente solo se llegaba a mencionar los daños a terceros de los propios vehículos, ignorando los daños al mobiliario urbano o a los peatones que pudieron tener daños colaterales. La compañía que hizo este primera póliza fue Travellers Insurance, e intentó que se adaptase de su precedente más cercano: el seguro de vehículos tirados por animales de 1821, en París.
En aquel entonces el prefecto de la capital francesa creó un fondo común de todos los cocheros para las indemnizaciones en caso de accidente y daño a terceros. Otra de las medidas que tenía la misma finalidad estuvo en manos de la asociación L`Automédon, fundada en 1825.
La cobertura por accidente no lo tuvo tan fácil para implantarse en el sistema jurídico sin un debate previo. Los reticentes argumentaban que el número de accidentes se dispararía por culpa de los conductores de vehículos de gasolina, que descuidarían la seguridad de los demás y de su entorno al verse con una indemnización económica.
En 1844 el Tribunal del Sena anuló las aseguradoras y sentenció además que los seguros también podían hacer que los cocheros de caballos desatendieran su trabajo.
La sentencia se recurrió poco tiempo después y los seguros volvieron a introducirse con el Tribunal de Casación bajo un argumento: estos seguros cubrirían las responsabilidades civiles, pero en ningún caso las penales, lo que significaba que su existencia no inducía a los tomadores del seguro a cometer un delito o que constituiría una forma de distracción.
Reino Unido se adjudica el primer seguro exclusivo para automóviles en 1895, pero solo el de Estados Unidos de 1898 está registrado como el más antiguo
Evolución y regulación en España
Con el paso del tiempo, los seguros fueron desarrollándose e integrando prestaciones que asegurasen daños físicos al vehículo y a sus componentes, además de añadir la prestación de servicios públicos para resolver las incidencias.
En los seguros actuales, junto a la modalidad básica, puede encontrarse complementos como el seguro de responsabilidad civil voluntario (un plus económico en la indemnización, más allá de las cantidades obligatorias), el seguro a todo riesgo, sobre las lunas del coche, seguro de accidentes del conductor y los ocupantes (sobre sus vidas, pues pueden no estar bajo el amparo del seguro obligatorio) o el seguro de asistencia jurídica si el seguro obligatorio no atiende las necesidades básicas.
En España la legislación sobre seguros de coches no llegó hasta 1908, con una normativa sobre seguros privados, pero no entró en vigor hasta 1912. Durante los años 50 se crea OFESAUTO (Oficina de Aseguradores de Automóviles), una de las instituciones más importantes en este ámbito que estaba formada por más de 80 empresas. Su función principal era gestionar accidentes de españoles en el extranjero y de los propios extranjeros legales en España.
Aproximadamente 10 años después, en los años 60, se aprobó la Ley de Uso y Circulación de Vehículos a Motor, que fue la base sobre la que se construyó todo el marco legislativo en torno a la materia que existe en la actualidad. Tenía especificaciones ya muy avanzadas, como la de diferenciar el seguro obligatorio del voluntario.
Según datos de la FIVA, que recoge datos de todos los vehículos asegurados en España (incluyendo turismos, motocicletas, furgonetas o vehículos industriales), en 2019 la cifra de aseguraciones creció un 1,89 %, llegando hasta 31.772.953 vehículos al término del mes de septiembre. Por tanto, el parque de vehículos a motor aumentó hasta 587.907 unidades durante los últimos 12 meses. En total, 8.890.687 altas de vehículos y 8.572.766 bajas en las empresas de seguros, lo que hace un saldo positivo de 317.921 unidades.
Son cifras que hoy en día respaldan el éxito que tuvo esta herramienta legal tan necesaria. No le fue fácil conseguirlo en un contexto histórico con tantos cambios, pero finalmente los seguros obtuvieron la confianza necesaria para crear una seguridad vial de calidad en nuestras carreteras y establecer un orden que regule la convivencia.
Enrique Delgado
Terminando la carrera de audiovisuales y empezando en el mundo del periodismo con el espíritu de aprender sobre motor. Siempre tengo un ojo para lo que ocurre en el mundo y otro en absorber todo el conocimiento que pueda sobre él para escribir literatura, mi hobby personal.No pensaba que el primer seguro se hubiese redactado y firmado aún en el siglo XIX…
Y antes de la SGM el tema estaba más maduro de lo que crees. Si te interesa el tema, te recomiendo la peli que me vi ayer. Es muy antigua, pero es fácil de ver si no estás acostumbrado al cine clásico:
Perdición (1944) – https://es.wikipedia.org/wiki/Double_Indemnity
La tienes el Movistar+ en el paquete de Cine para pobres. Y si no miras el argumento, mejor.
Esa cinta está en mi interminable lista de cosas pendientes…
Como unos correos que me pasaste con cosas japonesas varias… Deberíamos ponernos al día