
Es más barato que su hermano de 300 CV –46.484 euros frente a 37.280 euros según web oficial de la marca–, pero más caro que el SEAT Ateca FR con 150 CV y cambio DSG –34.300 euros frente a 37.280 euros–. Frente al Ateca de 300 CV, la diferencia es muy grande, al igual que las prestaciones, pero si lo comparamos con el Ateca FR 1.5 TSI la diferencia no es tan grande en prestaciones…
Diseño deportivo pero con corbata
A simple vista, el Ateca 190 no grita. Te habla en voz baja, pero con una dicción impecable. Sus líneas no buscan epatar, pero tampoco pasan desapercibidas. Es un coche que parece saber cosas. Los detalles en cobre, las llantas negras y esa parrilla que parece fruncir el ceño te dejan claro que este SUV no viene a hacer amigos. Tampoco enemigos. Solo quiere que le dejes pasar. Y lo harás.
Le falta cierra garra si lo comparas con su hermano mayor de 300 CV, básicamente por la falta de esos cuatro escapes gordos en el paragolpes trasero, pero por lo demás, es un CUPRA Ateca con todo lo bueno y todo lo malo que ello conlleva, como el hecho de no haber recibido la puesta al día que si han visto el León y el Formentor –y no hay planes para que reciba el restyling… –.
Ya que se menciona a su hermano el Formentor, la comparación entre ambos es inevitable y el resultado, claro como el agua: el Ateca es más maduro, más serio, elegante; el Formentor es más juvenil, grita sin tapujos un clásico “aparta que ya he llegado” mientras el Ateca se queda detrás y mira con condescendencia tanta bravuconería. Pero esto es algo que ya vimos cuando los comparamos a los dos en el Valle de la Iruela –recomendable lugar tengas el coche que tengas, por cierto–.

Muchísimo orden en el habitáculo, una elevada calidad y mandos físicos para la climatización, ¿por qué ya no se hacen así los interiores?
Interior: ¿Por qué no pueden ser todos así?
Dentro, todo está en su sitio. Demasiado en su sitio, incluso. Hay una precisión casi germánica en cómo encajan las cosas, y un toque de rebeldía mediterránea en cómo han decidido decorar el conjunto. Asientos deportivos, detalles en Alcantara, ese color cobre que aparece por sorpresa como una carcajada elegante. Es sobrio, pero no aburrido. Como una buena copa de vino tinto en una cena donde nadie menciona criptomonedas ni lo mal que lo hace el gobierno de turno.
Es agradable, es bonito y tiene cosas que se agradecen enormemente. Por ejemplo, la pantalla está montada como deberían ir todas: integrada en el salpicadero. Tiene botones para la climatización y otras pequeñas funciones que, esperemos, no desaparezcan si a la marca le da por renovar el modelo y para rematar, no tiene piezas de plástico pintadas como si fuera aluminio, que restan sensación de calidad a todo el conjunto.
No es el interior más moderno ni tiene mil lucecitas configurables, al tiempo que tampoco tiene una superplataforma con carga inalámbrica para el teléfono móvil, aunque más que teléfono, habría que decir que se trata de un azulejo con conexión a Internet –cada día son más grandes, apenas te caben en el bolsillo del pantalón… – y es ahí donde radica todo su encanto, en lo clásico, en lo bien hecho, en lo lógico, pero sin que resulte aburrido o feo.
Motor y conducción: Educación británica, sangre caliente
El 2.0 TSI con 190 CV no es una bestia, pero tampoco es un corderito. Es más bien como un mayordomo que corre maratones: discreto, rápido y sorprendentemente competente en cualquier terreno. El cambio DSG hace su trabajo sin dramas, el sistema 4Drive mantiene todo en orden aunque decidas hacer el cafre, y la dirección te dice justo lo que necesitas saber, ni más ni menos. ¿Es deportivo? No. ¿Es ágil? Sorprendentemente. ¿Te saca una sonrisa al salir de una rotonda con más alegría de la recomendada? Sin duda. Incluso puedes salir de vez en cuando a una carretera con más curvas que tu barrio para desmelenarse un poco y no te defraudará, aunque no esperes sensaciones de coche deportivo.

Esa trasera pide a gritos los cuatro terminales de escape del Ateca de 300 CV…
Sigue siendo un SUV, no lo olvidemos. Tiene maletero, plazas traseras donde adultos pueden vivir sin resentimiento y una postura de conducción que te hace sentir que dominas la ciudad… aunque solo estés buscando sitio en un centro comercial. Consume lo justo como para que no te sientas culpable, pero lo suficiente como para recordarte que los 190 caballos no comen ensalada.
El CUPRA Ateca 190 no es el más de nada, y eso es precisamente lo que lo hace tan especial. No presume, no compite, no intenta ser el alma de la fiesta. Pero si te lo llevas a casa, descubrirás que es el tipo de coche que te hace mirar atrás al aparcarlo. No por lo bonito — que también — sino porque sabes que te entiende. Y en un mundo de coches que gritan para llamar la atención, uno que simplemente se comporta como debería… se agradece. Incluso se disfruta. Con una sonrisa. Irónica, claro.
Solo un detalle… Yo le pondría los cuatro escapes del CUPRA Ateca de 300 CV; necesito esos escapes en mi coche.
Datos técnicos
FICHA TÉCNICA | ||
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MODELO | CUPRA Ateca 190 CV | |
MOTOR | Delantero transversal. Cuatro cilindros en línea y 16 válvulas con doble árbol de levas en cabeza. 1.984 centímetros cúbicos, turbo e intercooler. | |
RENDIMIENTO | Potencia máxima | 140 kW –190 CV– entre 4.200 y 6.000 revoluciones |
Par máximo | 320 Nm entre 1.500 y 40100 rpm | |
TRANSMISIÓN | Tracción total, cambio DSG de siete relaciones | |
CHASIS | Suspensión delantera | Independiente tipo McPherson, muelles helicoidales, barra estabilizadora |
Suspensión trasera | Paralelogramo deformable, muelles helicoidales, barra estabilizadora | |
DIMENSIONES Y PESOS | Largo por ancho por alto | 4.381 x 1.841 x 1.611 mm |
Batalla | 2.630 mm | |
Peso en orden de marcha | 1.580 kg | |
DATOS PRESTACIONALES | Aceleración de 0 a 100 km/h | 7,2 segundos |
Velocidad punta | 212 km/h | |
Relación peso potencia | 8,37 kg por caballo | |
CONSUMOS | Consumo medio durante la prueba | 7,6 l /100 km |
PRECIO UNIDAD PROBADA | 37.280 euros |
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS