Fiat Chrysler Automobiles (FCA) cerraba el año pasado su ejercicio fiscal en recesión, su beneficio neto caía un 19 % hasta los 2.700 millones de euros, y sus ingresos se reducían un 2 %, hasta los 108 millones de euros. Todo esto después de que el Grupo FCA vendiese Magneti Marelli, histórico fabricante de componentes del grupo, al grupo japonés Calsonic Kansei por un valor de 6.200 millones de euros.
Se podría decir que a pesar de pasar por un gran saneamiento económico tras la etapa de Sergio Marchionne, Fiat quedaba atrás en otros aspectos, como el desafío de la electrificación y los problemas relacionados a las emisiones de CO2, que incluso llevaron a la compra de emisiones a Tesla para evitar multas millonarias de Bruselas.
Todos estos problemas llevaron a una propuesta de fusión entre FCA y PSA al 50 % que se materializó en diciembre. PSA se beneficiaría de la presencia de FCA en el mercado americano y su éxito en el mercado de los utilitarios, mientras que FCA se beneficiaría de toda la tecnología en electrificación e hibridación de PSA.
Se podría decir que la situación estaría más o menos controlada. Sin embargo, este viernes ya recibíamos información de la fusión PSA-FCA. Debido a la crisis del COVID-19 los grupos no repartirán dividendos por el ejercicio fiscal de 2019.
A principios de mayo recibíamos malas noticias por parte de FCA, entraban en números rojos tras perder 1.700 millones de euros en el primer trimestre del año, sus ventas caían un 21 %, su facturación un 16 %, su beneficio neto bajaba 99 millones, hasta los 471 millones de euros, y pese a disponer de 18.600 millones de liquidez a finales de marzo, a principios de abril firmaba una línea de crédito de 3.500 millones de euros con dos bancos desconocidos para luchar contra la reciente pandemia.
FCA planea pagar este préstamo emitiendo bonos a cuatro años con vencimiento en marzo de 2024. Los responsables de FCA y PSA declaraban que todos estos contratiempos no afectaban a la fusión, y que se completaría a finales del primer trimestre del próximo año fiscal.
Hoy hemos recibido peores noticias sobre Fiat, según apuntan medios especializados como Bloomberg, FCA está en conversaciones con el banco italiano Intesa Sanpaolo para obtener una línea de crédito avalada al 80 % por Sace SpA, una aseguradora de crédito comercial controlada por Cassa Depositi e Prestiti S.p.A, cuyo máximo accionista es el Ministerio de Economía y Finanzas italiano con un 83 % de las acciones.
La línea de crédito rondaría los 6.300 millones de euros, y el objetivo sería respaldar las finanzas del fabricante de automóviles contra la fuerte recesión causada por la crisis del coronavirus, la cual ha llevado al cierre temporal de plantas en Italia y Estados Unidos. FCA no tiene muchas opciones para buscar liquidez tras dilapidar casi 5.000 millones de euros en el primer trimestre del año para contrarrestar la crisis del coronavirus mientras la demanda de vehículos caía en picado.
La estrategia financiera tomada por la cúpula de la empresa italiana estaría avalada por el paquete de medidas aprobadas por el gobierno de Giuseppe Conte, que esta semana aprobó un estímulo por valor de 55.000 millones de euros. Con este paquete de medidas Conte pretende garantizar la liquidez de las empresas tras dos meses de bloqueo económico a causa de la crisis del COVID-19.
El vicepresidente de la Comisión Europea para el Pacto Verde, Frans Timmermans, se mostró a favor de las medidas citadas en La Stampa, periódico propietario de la familia Agnelli, los propietarios históricos de Fiat y mayores accionistas de FCA. El vicepresidente entiende la situación como una oportunidad única para reformar la política industrial de forma solidaria y respetuosa con el planeta, aunque también invita a no perder de vista los objetivos de recuperación económica, social, económica y ambiental. Además de esto, Timmermans sugiere compromisos que vinculen las empresas a programas sostenibles.
El préstamo a FCA por valor de 6.300 millones de euros sería el mayor préstamo económico respaldado por un gobierno a una compañía a causa de la crisis del coronavirus, solo seguido por el préstamo de 5.000 millones de euros a Renault y de 4.000 millones a Air France-KLM por parte de Francia.
Marco Buzón
Mi trabajo soñado de pequeño era ser chatarrero, conocí antes las marcas de coches que los colores y desde que aprendí a leer con revistas del motor quedé enamorado del mundo de la automoción.COMENTARIOS