Has pasado ya más de 10 años desde que Mitsubishi presentara la última iteración del Lancer Evolution, pero todavía hay aficionados que sueñan con el modelo y por si fuera poco, todavía podemos encontrar unidades en competición, y sí, son capaces de ganar carreras. El Lancer Evolution fue uno de los “coches de homologación” más laureados y radicales de cuantos se han puesto en circulación, lo que sirvió para convertirlo en uno de los más deseados y con el tiempo, en todo un icono.
Actualmente, hay pocos coches que se puedan asemejar al Mitsubishi Lancer EVO, quizá el Toyota GR Yaris sea lo más parecido a día de hoy, y para de contar, pues la competición y las versiones deportivas ya no van de la mano. Las versiones deportivas, a no ser que hablemos de firmas de alta gama, están avocadas a desaparecer, al menos a medio plazo, veremos que ocurre cuando los coches “cero emisiones” sean la única opción.
Cuando eso ocurra, cuando los coches “cero emisiones” dominen las calles, ¿qué pasará con los coches equipados con motores de combustión? Sabemos que la Unión Europea quiere erradicar el uso de petróleo, lo que nos dejaría sin combustibles fósiles y sin alimento para los motores de combustión. Máquinas como esta especialísima unidad del Lancer EVO se convertirían en pisapapeles muy gordos y muy caros.
Iconc Auctioneers tiene en su catálogo una de las unidades más raras que se pueden encontrar del Mitsubishi Lancer Evolution. Se trata de un Lancer EVO VI Tommy Makinen “Monte Carlo”, una edición limitada a solo cinco unidades, que se crearon para celebrar la tercera victoria, sin precedentes, de Tommy Makinen en el Rallye de Montecarlo. Pero además, esta unidad es la quinta y última de esa edición, es el último EVO VI Tommy Makinen “Monte Carlo”, solo ha tenido un dueño y ha recorrido, únicamente, 3.497 millas, unos 5.628 kilómetros.Los coleccionistas no tendrán muchos problemas en caso de que desaparezcan los combustibles fósiles, incluso si el combustible sintético no llega a buen puerto y no se puede usar en coches “viejos”. Los coleccionistas no usan sus adquisiciones, las guardan en un garaje y las dejan ahí paradas durante años, así que para ellos, la desaparición del combustible fósil no será más que una anécdota, pero seguramente estaréis con nosotros que resulta una verdadera lástima no conducir un Mitsubishi Lancer Evolution VI Tommi Makinen, ¿verdad?
El Mitsubishi Lancer Evolution Tommi Makinen “Monte Carlo” no es una simple edición con pegatinas o simples detalles adicionales. El Tommi Makinen “Monte Carlo” esconde cosas muy interesantes, como un turbo de titanio, una suspensión todavía más radical, dirección más rápida, una línea de escape específica, nueva ECU, partes internas de la caja de transferencia reforzadas, un paragolpes delantero rediseñado para mejorar la refrigeración y llantas de aleación WRC Enkei con 17 pulgadas de diámetro.
Si esto parece poco, hay que sumar el paquete de rendimiento Ralliart UK Stage 1, que mejora la aceleración, la respuesta del acelerador y las capacidades dinámicas en general gracias a unos muelles Eibach y a una geometría de la suspensión revisada. La caja de cambios es de relación cerrada de competición, y el diferencial helicoidal delantero procede de un Grupo N.
Los rumores apunan a que las cifras de potencia superaban los 300 CV, lejos del famoso acuerdo de caballeros entre los fabricantes japoneses, que limitaba la potencia a 280 CV.
Se matriculó por primera vez el 11 de julio de 2001 a nombre de Ralliart UK ltd y se vendió posteriormente a su único propietario hasta ahora, el 17 de agosto de 2001. El archivo histórico contienen una copia del comunicado de prensa original del modelo y la factura original.
Es obvio que esta unidad acabará en un garaje climatizado y no volverá a salir a rodar, a excepción de algún evento o alguna ocasión especial. Es uno de esos coches condenados a pasar sus días lejos del lugar para el que nacieron y por si alguien no ha pensado en ello nunca, la inactividad provoca problemas y averías…
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS