La movilidad urbana sigue adentrándose en el terreno de la electromovilidad y aunque parezca que algunos fabricantes van varios pasos más atrás que el resto, no es así. Porsche se ha propuesto estar en un primer plano en la transformación del mercado y no ceja en su empeño de desarrollar combustibles sintéticos, que según se han propuesto van a estar batallando para ser el referente en cuanto a la transición entre combustible fósil y los sostenibles.
No es de extrañar que empresas que tienen un elevado presupuesto en Investigación y Desarrollo prefieran indagar en este territorio. En el caso de la marca alemana, han querido unir fuerzas con HIF Global y otros socios con los que van a adentrarse en una aventura en la que esperan encontrar esas soluciones para el mercado más exigente y ponerlas en marcha en las instalaciones que tienen en Chile –que funciona con energía renovable y que actualmente produce los combustibles sintéticos que se usan en el Posche Cup y en otras aplicaciones– Este ambicioso plan de trabajo piloto tiene un claro objetivo que es demostrar que se pueden producir estos nuevos combustibles de manera neutra en cuanto a las emisiones de carbono.
Se trata de una medida un tanto arriesgada si se tiene en consideración los plazos en los que se van a mover las marcas europeas en cuanto a la aceptación de la denominada normativa Euro 35, donde se prevé que se prohíba finalmente la venta de los automóviles que sean de combustión interna fósil. Eso sí, esto no significa que no se puedan vender coches de combustión y es que, como seguramente ya sabréis, los modelos que estén alimentados por combustibles sintéticos seguirán vendiéndose tras la prohibición.

Ahora, desde Porsche han querido trabajar para conseguir que estos nuevos combustibles puedan llegar a funcionar a gran escala, todo ello con la finalidad de que las emisiones de carbono se reduzcan significativamente. Bien es cierto que todavía queda mucho por delante, pero la firma ha estado desarrollando un nuevo modelo de negocio donde los combustibles sintéticos serán esenciales para el mercado. Por ello, han querido indagar en el mundo de la competición, donde están en primera línea de batalla.
La nueva planta de e-fuel que se encuentra en Chile se ha diseñado de manera completamente sostenible y su funcionamiento se centra en energía renovable, siendo el centro neurálgico de producción del combustible sintético que ya está en la Porsche Supercup. Poco tiene que ver con las intenciones iniciales de la marca y es que su finalidad inicial era que los viejos modelos, que tenían los años contados, podrían volver a las carreteras con estos combustibles de nueva generación.
El jefe de investigación y desarrollo de Porsche, ha admitido que desde la marca alemana están contentos y motivados por esta nueva etapa en la que se están adentrando, aunque se han propuesto ser el nuevo “modelo a seguir”. Esa es la finalidad de la marca y es que se han propuesto cambiar el combustible fósil mediante la mezcla de ambos. Dicho de otra manera, se seguiría el mismo camino que se hizo con los biocombustibles, lo que supuso un cambio notorio en el porcentaje de combustible fósil que se emplea realmente.

En Porsche siguen apostando por los cambios y eso es lo que ha sucedido viendo como los vehículos eléctricos han caído en el volumen de ventas, aprovechando por ampliar la vida útil de los modelos ICE. “Todavía queda un largo camino por recorrer para que la gran rueda se ponga en marcha, pero si se pudiera impulsar eso –y queremos impulsarlo firmemente–, para finales de la década podría haber una proporción significativa de combustibles sintéticos en uso”, comentaba Michael Steiner.
Ahora, el nuevo modelo de negocio de Porsche se centra en potenciar especialmente el ciclo de vida circular de la planta. Dicho de otra manera, desde la empresa van a aprovechar la energía solar y eólica para crear este nuevo tipo de combustible sintético, que al mismo tiempo sustituye el ciclo biológico de los propios combustibles fósiles.
Desde el grupo han admitido que el objetivo principal es que para el 2030, el 80% de los modelos que estén en su catálogo sean principalmente sostenibles, ya sea con combustibles sintéticos, híbridos o bien eléctricos. Lo que es evidente es que las firmas europeas han tenido que sucumbir a los cantos de sirenas de un mercado que gira hacia la sostenibilidad, aunque son conscientes de que están arriesgándose demasiado con estos cambios de tendencia que quieren implementar en sus modelos que llegarán en los próximos años.
Alejandro Delgado
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