Si eres de los que aún sueñan con un Cherokee levantando polvo o con un Wrangler trepando por piedras en Utah, ya te aviso: este Compass no es para ti. Y no pasa nada. Porque Jeep lo sabe, tú lo sabes, y Stellantis lo sabe mejor que nadie. Lo que te están vendiendo aquí es otra cosa. Algo que, ojo, no está nada mal, pero que poco tiene que ver con el 4×4 de toda la vida. Este es el Jeep Compass de 2025: un SUV híbrido (y eléctrico) que apunta más al parking del centro comercial que a la pista forestal.
De Jeep tiene el nombre… y la parrilla
El diseño mantiene los siete huecos clásicos en el frontal, esa seña de identidad Jeep que ya llevan hasta los Renegade más urbanitas. Pero por lo demás, esto ya no es un coche campero, si me apuras, ni jardinero. El nuevo Compass mide 4,55 metros y ha crecido para parecerse más a un Peugeot 3008 (cosas del grupo Stellantis) que al viejo Compass de antaño. A cambio, eso sí, ganas espacio en las plazas traseras y un maletero que llega hasta los 550 litros. Nada mal para llevar la compra, el carrito del niño y algún ego desbordado por conducir un SUV “americano”.
El coeficiente aerodinámico baja de 0,30, que suena genial si pretendes reducir consumos en autovía. Pero también es otra prueba más de que esto va de eficiencia, no de aventura.
Tracción total… si pagas
¿Quieres un Jeep con tracción a las cuatro ruedas? Pues ráscate el bolsillo. Sólo las versiones eléctricas con doble motor te darán esa tracción total que antes venía casi de serie en la marca. Las variantes híbridas, incluso la enchufable, van con tracción delantera. Lo cual tiene todo el sentido si tu offroading más salvaje es el bordillo del cole.
Eso sí, todas las versiones llevan el sistema Select‑Terrain, que suena muy a “modo barro”, “modo nieve” y todo eso, pero sin transmisión trasera mecánica, no esperes milagros. ¿Vale para salir de un camino de grava o una acera alta? Sí. ¿Vale para subir una pista rota en Galicia con barro y cuestas? Prueba, pero llama antes a la grúa.
Tres formas de electrificar tu conciencia
Aquí Stellantis ha hecho los deberes y ofrece tres tipos de propulsión:
- Híbrido 48V con 145 CV: lo justo para ir al trabajo sin que se dispare el consumo. Es suave, pero ni emociona ni pretende hacerlo. El ahorro, el típico: Al salir de los semáforos.
- Híbrido enchufable de 195 CV: tracción delantera, 50 km de autonomía eléctrica, y la promesa de combinar lo mejor de los dos mundos. El problema es que sigue sin tracción total.
- Eléctrico puro con batería de 74 kWh y hasta 650 km WLTP: este es el más interesante, sobre todo si eliges la versión de dos motores (4×4). Con 280 CV y par instantáneo, es el que más se acerca a lo que un Jeep moderno debería ser, si un Jeep fuese a pilas, claro. Eso sí, prepara el monedero, porque esto no va a salir barato.

Interior: pantalla, pantalla, y más pantalla
La digitalización se ha llevado por delante las ruletas y los botones duros de toda la vida. Ahora tienes una pantalla central de 16 pulgadas (sí, dieciséis) y un cuadro digital de 10″. Todo muy bonito, muy conectado y actualizable por software, como un iPad sobre ruedas. Pero también puede acabar sacándote de quicio si solo quieres cambiar el aire sin bucear por menús.
Por suerte, los materiales han mejorado, el espacio está bien aprovechado y los asientos prometen horas de comodidad. Si viajas con niños o te toca hacer mucha carretera, eso lo vas a agradecer.
¿Y esto sigue siendo un Jeep?
A ver. Jeep ya no vive de subir montañas, sino de vender coches que parezcan que podrían subirlas. Y en ese sentido, el Compass 2025 lo clava. Tiene presencia, es práctico, está electrificado hasta las cejas, y da una imagen de aventurero sin despeinarse.
¿El problema? Que esa misma fórmula ya la han explotado marcas como Hyundai con el Tucson, Toyota con el RAV4 o Ford con el Kuga. Y por mucho que digan “Jeep”, el cliente de hoy no compra historia, compra precio, diseño y etiqueta ECO.
Veredicto
El Compass 2025 es un SUV muy razonable, bien equipado y con opciones para todos los públicos, desde el que quiere gastar poco hasta el que quiere un eléctrico molón sin pasarse al premium alemán. Pero si esperabas un coche para irte de ruta con los colegas y el GPS apagado, más te vale mirar un Wrangler… o asumir que esos tiempos ya pasaron.
Este Compass no es un Jeep de los de antes. Pero como coche del día a día, lo cierto es que tiene bastante sentido. Especialmente si no te importa que tus aventuras se limiten al atasco de la M-30. Además, hay que reconocer que estéticamente es resultón.
Jose Manuel Miana
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