Es una de las peores noticias que podría existir en la industria de la automoción y es que la empresa Hoonigan, propiedad del difunto Ken Block, se ha declarado en bancarrota. La icónica marca, que ha ocupado las portadas de una gran infinidad de publicaciones en los últimos años, ha anunciado una serie de medidas para intentar reflotar la estructura y poder volver a la actividad comercial con un gran impulso económico tras ellos.
La marca americana se ha acogido a la Ley de Quiebras de Delaware, especialmente al capítulo 11, y ahora se han marcado la meta de salir de la bancarrota mediante la propiedad mayoritaria de un grupo de los prestamistas actuales, todo ello con una reestructuración de las operaciones. De este modo, se espera eliminar los 1.200 millones de dólares que conforman la deuda actual y al mismo tiempo, asegurar unos 570 millones de dólares que serán de capital nuevo. Con este movimiento, desde la compañía esperan “seguir brindando productos de vanguardia y el mejor servicio a nuestros socios” en los próximos años.
La situación de Hooningan ha ido cambiando en los últimos diez años. Tanto es así, que en el 2018 fue adquirida por Clearlake Capital Group LP, mientras que tres años más tarde, en 2021, se llegó a fusionar con la compañía Wheel Pros. Esta empresa, que se fundó en el 1994, se caracteriza por ser especialista en accesorios y repuestos, especializada en neumáticos e iluminación, entre otros elementos. Todo ello vino motivado por la dramática situación que se encontraron un año más tarde de la pandemia, donde los resultados no terminaron de ser los esperados y necesitaron un apoyo extra para salir adelante.
Con este movimiento, la compañía Wheel Pros decidió comprar dos nuevas instalaciones en Estados Unidos entre el 2018 y 2020, todo ello por un valor de 12 millones de dólares más las inversiones adicionales posteriores para adecuarlas. Eso sí, lamentablemente, como se pudo ver años más tarde, desde la empresa decidieron deshacerse de algunas de estas instalaciones después de comprobar que los resultados financieros no eran los adecuados ni esperados.
El pasado mes de octubre, cambiaron su nombre de marca a Hoonigan, llegando a prestar servicio para Fuel off-road, American Racing, o Morimoto entre muchas otras. Bien es cierto que no notaron demasiado el paso de la pandemia, pasando de los 844 millones de dólares en 2019 a los 1.500 millones de dólares en el 2022, aunque bien es cierto que el pasado año no alcanzaron los ingresos marcados y empezaron a tener una importante deuda millonaria.
Ahora, con el movimiento que han realizado al pedir en el Tribunal de Quiebras de los Estados Unidos para el Distrito de Delaware, esperan mejorar su situación: “Con ello se permitirá que la empresa continúe operando en el curso normal durante la completa reestructuración sin afectar a los acreedores comerciales, empleados, vendedores o proveedores y al mismo tiempo permitirá que la empresa pueda honrar con los compromisos con sus socios estratégicos”. Con todo ello, toca esperar para ver como seguirá evolucionando la situación con estos pasos que van dando.
Alejandro Delgado
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