Cuando se presentó el nuevo Ford Capri no se tardó mucho en ver como los aficionados criticaron el modelo hasta la saciedad, mientras que Ford intentaba justificar mediantes publicaciones en redes sociales la existencia del modelo y su “transformación” en un SUV eléctrico. De hecho, nosotros mismos también criticamos el modelo, pero no solo por llamarse Capri, sino porque no ofrece nada nuevo y tampoco es especialmente interesante o atractivo, tiene, digamos, una personalidad un tanto difusa y su diseño es bastante convencional. No es que sea feo, pero tampoco es un coche que podamos definir como llamativo o como bonito.
Ahora, apenas unas semanas después de comenzar con la producción, han tenido que reducir el número de unidades que salen de la línea de montaje porque la demanda, como le ocurre también al Ford Explorer, es muy baja. Ambos modelos, el Explorer y el nuevo Ford Capri, se fabrican en la misma factoría donde se daba vida al Ford Fiesta, el cual, abandonó el mercado porque no era rentable y para dejar sitio para poder fabricar los dos SUV eléctricos, dos coches que, según parece, apenas tienen demanda.
La noticia nos llega desde el periódico Kölner Stadt-Anzeiger, un medio alemán, quienes afirman que los trabajadores de Ford en Colonia han recibido la orden de trabajar menos horas, ya que Ford ha solicitado al gobierno alemán la aprobación de trasladar temporalmente a su personal a puestos de tiempo parcial. El objetivo es eliminar tres semanas de producción de aquí a final de año, con unos empleados que trabajarán semanas alternas.
“Podemos confirmar que Ford solicitará una reducción de jornada a la Agencia Federal de Empleo debido al rápido deterioro de las condiciones del mercado de vehículos eléctricos”, dijo una portavoz de Ford al periódico alemán. “La demanda de vehículos eléctricos, significativamente menor de lo esperado, especialmente en Alemania, requiere un ajuste temporal de los volúmenes de producción”.
Es evidente que algo ocurre con el mercado de los coches eléctricos. En Europa siguen dispuestos a prohibir los motores de combustión a toda costa e implantar vehículos “cero emisiones”, una forma de camuflar la idea vender solo coches eléctricos, que, en teoría, son menos contaminantes. No vamos a ser nosotros quienes digamos lo contrario, es evidente que los coches eléctricos contaminan menos que un vehículo con motor de combustión, aunque sea solo durante su uso –su producción, al menos actualmente, contamina tanto como con un coche convencional y habrá que ver qué ocurre con el reciclaje de ciertos componentes y la durabilidad de los vehículos–, pero no tienen la demanda esperada ni de lejos.
Hay varios problemas en torno a este tema. Por un lado, falta de información y conocimientos, por otro, un elevadísimo precio de compra y las costumbres de los usuarios, muy definidas después de muchas décadas con una tecnología concreta, no podemos olvidar la infraestructura, todavía limitada, así como la autonomía de los coches actualmente disponibles. La eliminación de los subsidios a la compra de coches eléctricos también han provocado una caída de las ventas de estos coches. Son cosas que no se pueden cambiar de la noche a la mañana, se requiere tiempo, más tiempo del que nos quieren dar desde Europa y las prisas nunca son buenas.
Obviamente, el debate sobre la posible derogación de la prohibición de motores de combustión para 2035 también ha afectado a las ventas y los usuarios apuestan más por los híbridos, que han demostrado que ofrecen una buena alternativa actualmente. De hecho, la propia Ford anunció que se han descartado unos SUV eléctricos que se tenían planeados y que en su lugar pondrán en circulación modelos híbridos, que por cierto, Ford los tiene bastante dominados, con buenas prestaciones, buenos consumos y un tacto general realmente conseguido.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS