El pasado día 15 de diciembre se conmemoraron los primeros 20 años desde que abriera sus puertas el Museum Mobile de Audi, Museo Móvil en nuestra lengua. Con 23 metros de altura y con 6.000 metros cuadrados de superficie, este edificio es pieza central del Foro Audi de Ingolstadt. No debemos confundirlo con el museo del propio fundador de Audi, August Horch, que se sitúa en la ciudad de Zwickau, y se centra en la figura de este importante ingeniero germano.
En el Museum Mobile se exponen alrededor de medio centenar de vehículos y unas 30 bicicletas y motocicletas que recogen el recorrido de la compañía alemana. Audi ha anunciado cambios en la exposición permanente para conmemorar esta efeméride, colocando 34 nuevos vehículos en el museo. Entre ellos se incluyen algunos que no pertenecen a la marca de Audi como tal, como es el caso del Horch 305 de 1928.
Por ello, no está de más recordar que la Audi que hoy conocemos proviene de Auto Union AG, una empresa creada a partir de la fusión de cuatro fabricantes alemanes en 1932: Audi, Horch, DKW y Wanderer. Ese mismo año se crearía el mundialmente conocido logotipo de Audi, con los cuatro aros entrelazados representando esta alianza. Décadas después, en 1969, Auto Union se uniría a NSU, una importante compañía germana de motocicletas, bicicletas y automóviles pequeños. Por ello, podemos ver vehículos con todas estas insignias en el Museo Móvil de Audi.
También se han incluido modelos más recientes, como el Audi A2, un compacto muy adelantado a su tiempo, o el Audi A8, con el que la marca volvía a competir en el segmento de las berlinas de lujo. Aunque, sin duda, la inclusión más importante es la del Audi TT (8N), un modelo que causó un gran impacto en su lanzamiento por su diseño. Este deportivo, junto al Nissan 350Z, marcaría a muchos jóvenes entre finales de los 90 y la década de los 2000, entre los cuales me incluyo.
Uno de los elementos que destacan en el Museo Móvil es el ascensor tipo “paternóster”, en el que se muestran 14 coches en constante movimiento entre las cuatro plantas del museo. Esta estructura es en la que se ha decidido exponer los vehículos que reflejan la historia en competiciones automovilísticas de Audi, con modelos como el A4 campeón del DTM en 2007, el prototipo de LeMans R8 LMP de 2002 o el Audi Sport Quattro S1 Rally Grupo B del año 1985.
Sin embargo, esto no recoge toda la historia en el mundo del automovilismo de Audi, ya que los automóviles de carreras de Auto Union se encuentran en el tercer piso del museo. Estos, junto a los de Mercedes-Benz, dieron origen al apodo de “Flechas Plateadas”, por su gran dominio en las competiciones llevadas a cabo en la década de 1930. En su 75 aniversario, celebrado en 2009, fueron parte de una de las exposiciones temporales más destacadas del museo, cuando se juntaron por primera vez en Ingolstadt los modelos de ambas marcas, Mercedes y Auto Union.
Otras exposiciones destacadas han versado sobre las tecnologías de movilidad del futuro o sobre algunos automóviles que llevaron a cabo grandes expediciones alrededor del mundo. Una de las más llamativas fue la de 2008. Bajo el título de “Poder y Esplendor – Vehículos para Actos de Estado”, se mostraron vehículos tan interesantes que no pertenecen a la marca como el ZIL 111 G del dirigente soviético Nikita Kruschev, un Lincoln Continental que utilizó John F. Kennedy o el papamóvil construido por SEAT en 1982 con motivo de una misa de Juan Pablo II en el Camp Nou, en Barcelona.
Como todos sabemos, viajar ahora mismo no es algo muy recomendable por culpa de la COVID-19. Además, el museo está cerrado desde el 16 de diciembre y así permanecerá hasta el 11 de enero, día en el que volverá a abrir sus puertas siguiendo el horario habitual. Sin embargo, podemos ver desde la comodidad de nuestra casa los diversos tours virtuales que ofrece Audi, que sin ser lo mismo que contemplarlos en persona, pueden mantenernos entretenidos por un par de horas.
Os dejamos con una galería de distinas exposiciones que ha albergado el Museo Móvil a lo largo de estas dos décadas:
Luis Martínez
Cuando era un niño, no podía pasar una semana sin el nuevo número de mi revista de coches favorita. De adolescente, descubrí que me apasionaba escribir, divulgar y comunicar ideas. Ahora me encuentro dando mis primeros pasos en la profesión que me apasiona de la mano de la afición que ocupó buena parte de mi infancia, toda una suerte que demuestra las vueltas que puede dar la vida.COMENTARIOS