La guerra por la producción en serie de coches eléctricos ha llegado a un punto de no retorno. Firmas como FIAT, que se quedaron estancadas en la apuesta por un único modelo como buque insignia de la marca en este nuevo momento. Esto se ha confirmado viendo los volúmenes de venta que ha tenido el nuevo Fiat 500 eléctrico, el cual ha sido una decepción mayúscula en el grupo italiano y ahora ha tenido que tomar medidas drásticas para evitar la bancarrota y el cierre de más de una línea de producción.
Los italianos ha visto como su apuesta por la electromovilidad ha quedado en un saco vacío de promesas y muchas intenciones. Los creados del Panda y del 500 vieron como el futuro de la movilidad urbana pasaba por la sostenibilidad, con coches pequeños, prácticos y que solucionaban los problemas del día a día. Por ello, en un momento de locura, quisieron erradicar cualquier vestigio de motores de combustión en el Fiat 500 y eso se ha evidenciado en un mercado que estaba muy acostumbrado al bajo precio inicial. Los nuevos Fiat 500 eléctricos no se venden, es más, la crisis que atraviesa Stellantis no les está ayudando quedándose los coches tirados en las colas de producción sin mayor movimiento.
Los bajos niveles de ventas de distintas marcas del grupo y las complicaciones que hay en Europa para adentrarse a la era de la sostenibilidad, ha hecho que más de una cabeza pensante del grupo haya tenido que plegar por la puerta de atrás y ahora están tomando medidas drásticas a la desesperada para intentar solventar esta situación económica y financiera que puede llegar a provocar el cierre temporal de la planta. Y esto es lo que ha hecho saltar todas las alarmas y es que han paralizado la línea de producción de Mirafiori hasta finales de enero por la falta de interés por parte de los clientes.
Eso sí, en las oficinas siguen trabajando a destajo para intentar llegar a un punto en común entre la sostenibilidad y la combustión. Dicho de otra manera, están trabajando en un modelo híbrido, viendo que este tipo de segmento está creciendo notoriamente su interés a nivel mundial y eso es lo que les ha llevado a replantearse la estrategia a seguir. Es una decisión complaciente principalmente para las instituciones europeas y en especial, a las nuevas regulaciones en el sector de la automoción, las cuales solicitan que tengan un modelo mixto (híbrido) para completar la transición.
El camino de rosas de Fiat se ha visto ralentizado especialmente por un cambio de planes y retrasos en este proyecto tan ambicioso y es que de los 2 o tres años iniciales ahora se ha pasado a 7 u 8 años, es decir, hasta 2033 no se comenzaría a vender y eso es una fecha que a los de Fiat les altera especialmente, si tienen en consideración que la Euro 35 entra en vigor en 2035 y eso supone la prohibición de ventas de cualquier tipo de vehículo de combustión, es decir, que tienen dos años para vender todos los modelos que existen en sus líneas de producción lo antes posible y recuperar esa inversión millonaria que han hecho.
Lo que es evidente es que la situación que está viviendo la industria de la automoción va a salpicar a todas las marcas tarde o temprano y por ahora ha empezado a salpicar a uno de los gigantes del mercado. Ahora, tocará ver cuál será la siguiente víctima de un feroz mercado que sigue sin adaptarse a los nuevos tiempos.
Alejandro Delgado
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