Quizá no te hayas dado cuenta, pero gran parte de la pasión que había en el mundo del automóvil ha desaparecido. Se ha camuflado un poco por la cantidad de superdortivos que se han lanzado y porque todavía queda algún que otro modelo puramente pasional, como el Mazda MX-5 o los Hyundai i30 N, Toyota GT86 y GR86 –curiosamente, todos orientales–, por poner unos ejemplos, pero si nos fijamos bien, estamos muy escasos. Ahora, todo se centra en la electrificación, en los SUV y en coches con salidas de escape y entradas de aire falsas, en modelos de postureo o monstruos como el BMW XM, que sí, que puede que te guste, pero de pasional tiene muy poco.
Ha sido tan paulatino, tan poco a poco, que casi ha pasado desapercibido, hasta que nos encontramos con la creación digital de Kelsonik, que se ha imaginado como podría ser un Mitsubishi Lancer EVO en la actualidad. Con las imágenes en la pantalla, te das cuenta de lo poco que queda de aquellos coches cuyo único objetivo era ser rápidos en carreteras de montaña, de ofrecer sensaciones a quien conduce, lejos de las tendencias, de las lógicas. Y lo peor de todo es la sensación general que se tiene ante el futuro de los coches, pues difícilmente volverá esa pasión, al menos durante un tiempo, por mucho que las marcas se empeñen en lo contrario.
La tecnología eléctrica, aunque no sean precisamente pocos los que piensan lo contrario, no es la culpable de la pérdida de pasión –ahí está, por ejemplo, el Hyundai Ioniq 5 N–. En realidad son muchos factores los que han ilimitado esa variable con cada nuevo lanzamiento. Solo hay que recordar como Audi nos anunció como algo espectacular, que habían desarrollado un Audi RS7 capaz de rodar en circuito de forma autónoma, sin intervención de un conductor. ¿Qué tiene eso de pasional? Como logro tecnológico, sin duda, es muy interesante, pero un coche que se conduce solo no tiene sentido de existencia. Para eso están los taxis, los VTC y cualquier otro medio de transporte público. Por suerte queda todavía mucho tiempo para que los coches autónomos rueden con regularidad por las carreteras, ahí están los diferentes problemas que causan todos los días allí donde operan.
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El Mitsubishi Lancer EVO desapareció del mercado hace unos ocho años, con una última edición, el EVO X, que ya había dejado gran parte de su esencia original por el camino. Y por supuesto, nunca más veremos un coche como este en el catálogo de Mitsubishi, al menos durante una larguísima temporada. La marca está en un momento delicado y no puede permitirse el lujo de poner en circulación nada que no sean productos que generen ingresos. Sin ir más lejos, los últimos lanzamientos de la marca, como el Mitsubishi ASX o el Mitsubishi Colt, son en realidad modelos de Renault remarcados, como todos sabéis. Aunque el Lancer Evolution se mantendrá en la mente de los fanáticos de los rallies y de los coches pasionales para siempre, de hecho, los precios en el mercado de segunda mano siguen en niveles espectaculares y solo hay un futuro para ellos: subir todavía más.
Con respecto a la creación de Kelsonic, aparecida el pasado fin de semana en redes sociales, toma como punto de partida el mencionado Evolution X, el cual, gana en agresividad gracias a un frontal totalmente nuevo, con entradas de aire más grandes y unos faros –presumiblemente LED– más delgados y por supuesto, más actuales. También vemos aletas ensanchadas, llantas más grandes y una zaga donde el alerón mantiene su posición aunque con nuevas formas, mientras los pilotos cambian por completo, ahora más delgados, pero al mismo tiempo más grandes al ocupar parte de las aletas laterales.
No cabe duda que se trata de una creación espectacular, bien podría ser el nuevo Lancer Evolution, pero nos tendremos que conformar con ver las imágenes y si te lo puedes permitir, con meter uno en el garaje. ¿Qué generación del Lancer EVO es tu preferida? Nosotros nos quedamos con los V y VI…
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS