Luxury EXport United States, de ahí vino Lexus. Una denominación que deja totalmente claro el objetivo de la marca que creó Toyota allá por 1989. Pero no surgió de la nada, sin más, llegó tras un detallado estudio que la propia compañía japonesa encargó en pos de encontrar el camino para conseguir el mejor coche de lujo del mundo.
Un estudio que marcó el camino correcto, porque tras dos años en el funcionamiento, Lexus se convirtió en la marca de importación más importante de Estados Unidos, uno de los mercados más competitivos del mundo. Y solo tenían un modelo, el Lexus LS 400, un automóvil que al que muchos llamaron “el Mercedes Clase S japonés” por la calidad del conjunto.
Pero los tiempos cambian y, como es obvio, los gustos también. Lexus se ha ido adaptando e incluso se ha atrevido a innovar en un segmento tan tradicional como es el Premium. Primero se lanzaron a ser los primeros en ofrecer únicamente opciones híbridas desechando un propulsor, el diésel, que por entonces era casi vital para las ventas. Solo tuvieron dos modelos diésel (IS 220d e IS 200d). Además, también se atrevieron a crear coches con un diseño que tenía poco de tradicional, sumando tecnología y atención al cliente.
Junto a los gustos, el criterio del lujo cambia y por ello, con el arranque de la nueva década, la marca ha querido compartir las conclusiones principales de un nuevo estudio, que se ha centrado sobre el futuro del lujo. Según explican desde Lexus en un comunicado, el objetivo es saber cuáles serán los requisitos “indispensables” del lujo dentro de 10 años. Un estudio entre más de 3.200 personas, desde la “generación Z” a los Baby Boomers, que han dado como resultado nuevos elementos necesarios en las expectativas de lujo.
La mayoría de los encuestados, concretamente el 56 %, cree que el lujo se describe como un estilo de vida en términos de experiencias y no en cuanto a posesiones. Puedes tener el mejor producto del mundo, pero debe acompañarse de algo más, no es suficiente con tener “lo mejor”, debe hacerte sentir. Además, el 73 % de los encuestados considera que la definición de lujo con la experiencia por encima de las posesiones, será más importante en la próxima década.
En la sociedad actual cada vez se le da más importancia a la experiencia que a la posesión
Por otro lado, hasta el 86 % de los encuestados esperan que las marcas de lujo ofrezcan experiencias especiales, tales como una atención inmediata a las necesidades de sus clientes, un apoyo experto y una gran atención a los detalles. Incluso cosas como conocer el nombre y las preferencias de los clientes serán cuestiones que marcarán la experiencia, que podría ir acompañada de aromas o iluminación ambiental.
Un tema importante hoy día y que los encuestados han mencionado, es la desintoxicación digital. Hoy todo está conectado, todo es digital y según el estudio llevado a cabo por Lexus, en el futuro, las personas asociarán el lujo con la oportunidad de tomarse un tiempo de “desintoxicación digital”. Poder desconectarse del mundo de Internet, ya sean redes sociales, noticias o cualquier cosa relacionada con Internet, será todo un lujo (nunca mejor dicho). La personalización también es un apartado con mucho peso, el ser especial y diferente a los demás es algo casi vital en el lujo para el 93 % de los encuestados.
El respeto por el medio ambiente y la sostenibilidad entran dentro del mundo del lujo con fuerza. El 81 % piensa que las marcas de lujo deben ejercer un papel de liderazgo en este ámbito y el 71 % opina que deben implicarse en la sostenibilidad.
Respecto a cómo debe ser el lujo dentro de 10 años, se espera que la tecnología avanzada esté al frente. Incluso hay cosas que solo se han visto en las películas más futuristas de Hollywood, como grabación de sueños, implantes cerebrales para potenciar la memoria, vehículos con capacidad aérea o dispositivos con inteligencia artificial, aunque esto no se espera antes de 2050.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS