Volkswagen pisa el freno: los eléctricos clave se retrasan justo cuando más prisa tenían

Volkswagen pisa el freno: los eléctricos clave se retrasan justo cuando más prisa tenían

¿Sobrevivirá la marca?


Tiempo de lectura: 8 min.

Volkswagen ha vuelto a tropezar con la misma piedra: la de los plazos. Ahora que las marcas chinas vienen a Europa con el cuchillo entre los dientes y con coches eléctricos cada vez más redondos en diseño, precio y tecnología (¡incluso han copiado al Golf!), los alemanes han decidido retrasar el lanzamiento de sus dos eléctricos más importantes, el ID. Golf y el ID. Roc. Ojo, no hablamos de simples derivados de lo que ya hay, sino de los dos modelos que tenían que sostener el futuro de la marca en el segmento C, que es donde se vende de verdad y el que China va a atacar ya mismo.

El movimiento tiene doble lectura. Por un lado, le da un poco de aire al ID.3, que lleva ya tiempo en el mercado y aparte de no vender se estaba quedando viejo. El año que viene tendrá un restyling profundo que le permitirá estirar su raquítica vida comercial mientras llega la nueva plataforma SSP. Por otro lado, también viene a contar que Volkswagen no tiene tan controlada la transición hacia el eléctrico como se empeñan en contar. Mientras tanto, los chinos se comen el pastel que debería estar reservado para los fabricantes europeos de toda la vida.

La novena generación del Golf, que ya no será un coche térmico, sino eléctrico puro, pero tendrá que esperar hasta finales de la década, y su hermano SUV, el ID. Roc seguirá la misma suerte, así que lo que iba a ser el golpe sobre la mesa definitivo se queda en un retraso que para colmo afecta a las fábricas y a la reestructuración interna de todo el grupo. En Wolfsburgo ya han asumido que la plataforma SSP no entrará en producción cuando estaba previsto, y eso arrastra todo el calendario.

¿Es un drama? Pues depende de a quién preguntes. Para China es un regalo. Para los de dentro de Volkswagen, es una manera de ganar tiempo para pulir lo que todavía no está a punto. Y para los que nos gusta mirar todo esto como frikis del motor, es otra prueba más de que hasta los gigantes pueden perder el paso cuando la tecnología avanza más rápido de lo que dictan los PowerPoints de la directiva.

Volkswagen ID (5)

El ID.3 como parche puede salir caro

El Volkswagen ID.3 fue el primero de la saga eléctrica con cierto volumen, y eso se nota en que experimenta en cada detalle. El coche nació con buena intención, pero la realidad es que entre el software verde, la calidad justita y el diseño que no terminaba de encajar, el público lo recibió con un entusiasmo tibio.

El próximo restyling no será un lavado de cara cualquiera, y Volkswagen habla de un rediseño profundo con el nuevo lenguaje Pure Positive, que es más sobrio y con menos ribetes raros que el actual. Se acabó lo de parecer una lavadora. Por dentro se han cansado de escuchar las quejas, así que vuelven los botones de verdad en el volante y el climatizador, porque que un coche de 40.000 euros tenga menús táctiles dignos de un patinete eléctrico chino era de traca.

En la parte técnica también habrá cambios que no son menores. Habrá mejoras en prestaciones, eficiencia y tiempos de carga que podrían bajar a 20 minutos la carga del 10 al 80%. Eso sí, seguirá con 400 voltios mientras que la competencia empieza a normalizar los 800. Es un avance, pero a medio gas. La guinda será la versión GTI eléctrica, que sustituirá a la actual GTX, será más picante y frenos traseros de verdad. Sí, aunque parezca mentira, hasta ahora los ID.3 básicos se conformaban con tambores detrás, como si fueran un utilitario de los noventa.

El problema es que por mucho que mejores el coche, los rivales también se mueven, y ya los han adelantado. El MG4 se vende como churros porque ofrece un equilibrio brutal de precio, autonomía y tacto. El BYD Dolphin apunta a ser otro éxito, y en el horizonte está el Leapmotor B05. Volkswagen puede estirar al ID.3, pero lo hace sabiendo que está jugando a la defensiva. Y en este segmento, ir a rebufo es peligroso porque el cliente ya no se casa con nadie.

Volkswagen ID 3 GTX (1)

La plataforma SSP, el verdadero cuello de botella

Lo que realmente explica el retraso es la famosa plataforma SSP, la arquitectura que debía unificar todos los eléctricos de Volkswagen, Audi y Porsche en el futuro. Era la evolución natural de la MEB y la PPE, y prometía mayor flexibilidad, 800 voltios, más eficiencia y sobre todo software a medida. Pero para que todo eso sea real, hay que invertir a lo bestia en fábricas, ingeniería y desarrollo, y resulta que en Wolfsburgo tienen la billetera a rebosar de telarañas.

La adaptación de la planta para la SSP se ha retrasado unos nueve meses. Eso significa que no solo es que el ID. Golf se queda en el limbo, si no que también se retrasa el traslado del Golf de combustión a Puebla, en México. El efecto dominó afecta a toda la cadena, y al final cada movimiento implica retrasos de casi un año en proyectos que ya venían con márgenes ajustados. Mientras Tesla y BYD lanzan productos a ritmo de startup, Volkswagen parece moverse con la lentitud de una empresa estatal de los setenta.

El gran miedo está en que la plataforma SSP nazca vieja, que cuando llegue, allá por 2029, sus rivales ya llevarán años trabajando con sistemas de 800 voltios, baterías más compactas y software mucho más afinado. Volkswagen dice que lo suyo será competitivo porque lo habrán cocinado con calma, pero eso es como presentarse a una carrera de resistencia con un coche que has estado ajustando durante una década: una ridiculez.

El otro punto crítico es el software. El grupo lleva arrastrando problemas con Cariad, su división tecnológica, y cada retraso de la plataforma implica más presión para que el sistema operativo propio esté listo. No hablamos de cosas superficiales, sino de la base que va a mover los eléctricos de todas las marcas del grupo. Si ahí vuelven a fallar, el retraso puede convertirse en un lastre estructural que ni los chinos ni Tesla van a tener.

Volkswagen ID 3 GTX (5)

Europa no espera, y China menos

Mientras Volkswagen ajusta calendarios y maquilla al ID.3, los rivales avanzan. El mercado europeo ya no es un coto cerrado donde el cliente se dejaba llevar por el logo de la parrilla. Ahora la gente compara precios, autonomía, equipamiento y calidad real, y no tiene problemas en comprarse un coche chino si cumple mejor que el alemán de siempre, que para eso BYD se está haciendo con la confianza de los compradores. Eso es lo que de verdad debería preocupar a los de Wolfsburgo.

Las marcas chinas además tienen una cadena de producción verticalizada que les permite moverse con rapidez, y lo que a Volkswagen le lleva años, ellos lo resuelven en meses. Si el consumidor percibe que el coche chino funciona igual de bien, pero cuesta cinco o diez mil euros menos, la batalla está perdida antes de empezar.

El Golf eléctrico debería haber sido el arma definitiva para retener a esos clientes que quieren seguir con la tradición, pero en versión cero emisiones, y el ID. Roc tenía que ser el SUV estrella, justo en el segmento que más crece. Retrasarlos es regalar un tiempo precioso a la competencia. Si Europa no consigue acelerar, el mercado quedará en manos de quienes ya han demostrado que saben producir en masa sin necesidad de subvenciones ni paternalismo burocratil.

Lo curioso es que Volkswagen no está sola en esto, porque las otras marcas europeas también van tarde, con plataformas que se retrasan y con eléctricos que no terminan de llegar. Pero como el Golf siempre fue el coche de referencia, su parón pesa mucho más. No es un modelo cualquiera: es que es el compacto europeo por excelencia, y que ahora, en la era eléctrica, no esté listo a tiempo, manda un mensaje que no hace falta traducir.

El riesgo de vivir de las rentas

El retraso de los ID. Golf e ID. Roc demuestra que Volkswagen sigue atrapada entre la tradición y la necesidad de moverse rápido. El ID.3 maquillado puede aguantar marginalmente pero no es la solución a largo plazo (ni siquiera a medio). La plataforma SSP se convierte en la pieza clave de un puzle que lleva demasiado tiempo desordenado, y cada mes de retraso es un regalo a la competencia.

Los fans de siempre sabemos que Volkswagen tiene capacidad para remontar porque no hablamos de un fabricante pequeño que depende de un solo modelo, sino de un gigante que puede reestructurar fábricas y volcar ingeniería como pocos. Pero la realidad es que en este partido ya no vale con prometer que el siguiente coche será la bomba. Hace falta sacar coches ahora, y sacarlos bien.

Si el Golf eléctrico no llega hasta finales de la década, habrá toda una generación de clientes que ya habrá cambiado de bando, y volver a recuperarlos costará sangre, sudor y millones. La automoción no perdona retrasos, y menos en un segmento donde cada detalle cuenta. Volkswagen se juega mucho más que un par de lanzamientos porque se juega su papel de referencia en el mercado europeo.

Si el compacto por excelencia en Europa llega tarde, ya no será referencia, sino recuerdo.

 

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Sobre mí

Jose Manuel Miana

Ando loco con los coches desde que era pequeño, y desde entonces acumulo datos en la cabeza. ¿Sabías que el naufragio del Andrea Doria guarda dentro el único prototipo del Chrysler Norseman? Ese tipo de cosas me pasan por la cabeza. Aparte de eso, lo típico: Estudié mecánica y trabajé unos años en talleres especializados en deportivos prémium.

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