En General Motors están cansados de que un sudafricano venido a más -Elon Musk- esté cambiando la definición de lo que es la esencia del coche americano. Pues no, en Detroit tienen claro que hay que coger las riendas de la situación y por eso va a presentar en Los Ángeles el coche eléctrico perfecto según el ideal americano, de forma que le guste hasta a la gente que aborrece los coches eléctricos. Sabemos que tendrá el escudo Chevrolet, el nombre está por determinar.
En primer lugar se recurre a un estilo totalmente clásico e intemporal, el típico boxy de finales de los 70, de eficiencia aerodinámica totalmente nula, para así diferenciarse de los Tesla Model S. Un coche americano tiene que ser ineficiente y consumir mucho, si no, es un sucedáneo en el que han metido las manos europeos o asiáticos. En segundo lugar, en vez de baterías que hay que cargar y te dejan tirado, recurren a una pila de combustible de hidrógeno. Esta proporcionará energía para un motor eléctrico con volquetes de torque.
GM cerrará acuerdos con las principales petroleras para que sea posible repostar hidrógeno a lo largo de Estados Unidos, para que así el conductor no renuncie a la gratificante experiencia de ir a repostar a una gasolinera, ver cómo se mueven los numeritos en el surtidor y pagar tras ver que han entrado un montón de galones. En la pila de combustible el hidrógeno se convierte en electricidad y vapor de agua. De esta forma, el conductor americano medio verá con satisfacción cómo sale algo del tubo de escape, aunque sea inocuo en su composición. Superará sin problemas todas las normas EPA y del CARB californiano.
La idea no es nueva, se ha rescatado del baúl de los recuerdos, pues hace 40 años ya hubo un intento de comercialización de este modelo. El mismísimo Jack Nicholson participó en una prueba ante periodistas. El prototipo también funcionaba con hidrógeno, se pueden apreciar las enormes bombonas en el maletero. Menos mal que no participaron en el diseño los mismos ingenieros que dieron vida al Ford Pinto, de lo contrario habría costado un poco más homologarlo.
El conductor puede echar lo que quiera en los depósitos: gasolina, sus propias micciones, Jack Daniel’s… Así tendrá que pasar por taller de vez en cuando, que los mecánicos han de vivir de algo
Los especialistas de producto de Detroit han considerado que el salto hacia el coche eléctrico es más sencillo si el conductor no cambia sus hábitos y hace lo de siempre. El futuro Chevrolet de hidrógeno tendrá una autonomía similar a un V6/V8 tragón, costará más o menos lo mismo repostarlo -nada de invitar a los clientes a hidrógeno, se lo pagarán ellos- y echará humo por el tubo de escape. Además, contará con las características de conducción tan apreciadas en aquel país, como suspensión ultrablanda y limitación de velocidad a 70 millas por hora.
Está todo pensado. Para no echar de menos el ruido del motor, un sintetizador con altavoces de Boston Accoustics producirá el sonido deseado por el cliente. Una lista de coches americanos emblemáticos se podrán elegir, como Ford Model T, Dodge Charger sin tunear, Chevrolet Impala con un millón de millas, Pontiac GTO o Shitty Shitty Gangbang. Para los clientes afroamericanos, en su defecto, se ha previsto una suscripción a Spotify sin anuncios con todos los éxitos del R&B desde el “Rapper’s Delight” del 79 y logotipos “Madafaca Special Edition”.
R.P. McMurphy, ingeniero jefe del proyecto, ha declarado: “De esta forma alcanzaremos a Tesla sin necesidad de gigafactorías ni chorradas, y sin que haya que ir colocando puntos de recarga. No queremos dar la imagen de que nuestro coche será ecológico, queremos que parezca anquilosado en el pasado, ineficiente y como una barca. Tampoco queremos que conduzca solo, nuestros clientes se matarán exclusivamente por su propia responsabilidad, que para algo somos liberales. Además, no nos da miedo volver a quebrar, con Donald Trump en la presidencia seguro que nos vuelven a rescatar, America First!”
NOTA: lo que acabas de leer es una noticia ficticia, total o parcialmente, únicamente con propósitos humorísticos. espíritu RACER se ampara en la figura legal del animus iocandi, es simplemente humor, chanza y coña. Cualquier persona nombrada, hecho o situación que coincida con la realidad es pura coincidencia.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.FUERA DE CHISTE, CREO QUE CHEVROLET DEBERIA RESCATAR AQUEL HERMOSO SS CONCEPT DE 2003, EN CONFIGURACION ELECTRICA CREO QUE PODRIA HACRLE ALGO DE DAÑO AL MODEL S.