El Renault Captur no necesitaba una revolución para seguir funcionando en ventas. El SUV fabricado en Valladolid lleva años siendo uno de los pilares de la marca, con un equilibrio de espacio, diseño y gama que le mantiene en la parte alta de las listas. Aun así, había un detalle que chirriaba, y era el motor de acceso. El tricilíndrico de 90 CV cumplía con el expediente, pero era poco más que un castigo para quien entraba al Captur por presupuesto. Renault lo ha entendido y lo sustituirá por el nuevo TCe de 115 CV, que sin ser la panacea, soluciona el problema de raíz.
No se trata de una revolución técnica ni de un salto adelante en eficiencia, porque las cifras apenas cambian en homologación. Lo importante es que el Captur básico deja de ser un coche perezoso y se convierte en una opción perfectamente válida, incluso cargado o con cuatro adultos dentro. Sinceramente, es lo que se busca en este tipo de coche.
Tiene todo el sentido del mundo porque el Captur sigue vendiéndose como churros y no necesita ni restyling ni nada. Con darle al cliente lo que pedía, o sea, un motor de entrada como este 1.2 turbo de 115 CV, ya vale.
Que nadie espere emular a Carlos Sainz, porque el nuevo motor no pretende emocionar a nadie, sino darle al Captur una base sólida para seguir siendo el superventas que es.

Más potencia y mejores prestaciones
El viejo 1.0 de 90 CV tenía un problema de partida, porque estaba justo para un coche que ya no es un utilitario, sino un SUV con aspiraciones familiares, y sus 160 Nm de par se quedaban cortos en cuanto había que adelantar, subir un puerto o llevar el maletero lleno. El nuevo 1.2 TCe 115 sube a 190 Nm y la diferencia se nota.
El tiempo de 0 a 100 pasa de más de 14 segundos a 12,3, como digo, olvídate de emular a Max Verstappen, porque no es un dato para presumir, pero sí es suficiente para moverse con más confianza. En la práctica, significa menos obligación de reducir marchas y más tranquilidad en carretera, que es algo básico para un coche que rara vez se usa solo en ciudad.
El motor mantiene la configuración tricilíndrica, así que el sonido y las vibraciones características se quedan, pero Renault ha trabajado en la puesta a punto y ahora resulta menos áspero que antes. Al volante, lo que se gana no es emoción, sino fluidez, y en un Captur, eso es más importante.
La eficiencia mejora lo justo: una décima menos de consumo y 2 g/km menos de CO₂. Puede parecer ridículo, pero décima cuenta, y si encima se consigue mientras se gana potencia, doble acierto.

Un hueco bien cubierto en la gama
El nuevo motor no llega solo, sino que se coloca estratégicamente dentro de una gama ya muy completa. Por debajo sigue estando el ECO-G de 100 CV, que es capaz de funcionar con gasolina y GLP y pensado para quien quiera gastar lo mínimo en carburante.
Por encima, Renault ofrece el mild hybrid de 140 CV y el full hybrid de 160 CV, ambos con etiqueta ECO y orientados a quien busca algo más de eficiencia o un toque extra de prestaciones. El problema hasta ahora era que el salto entre 90 y 140 CV era demasiado grande, pero el 115 CV llena ese hueco.
Con este movimiento, Renault se asegura de que el Captur tenga opciones coherentes para todo tipo de cliente. Desde el que busca gastar poco, hasta el que quiere hibridación, pasando por el que simplemente necesita un motor decente sin complicaciones.
La clave es que ahora el acceso a la gama ya no suena a premio de consolación en la rifa. Ahora el comprador que opte por el Captur más barato no sentirá que le han vendido un coche desganado, sino un SUV con la suficiente potencia para cumplir en el día a día.

Precio y posicionamiento en el mercado
El Captur TCe 115 arranca en 22.129 euros con acabado Evolution. Si se prefiere el acabado Techno, la cifra sube a 24.360 euros. No puede pedirse con el esprit Alpine, porque ese está reservado en exclusiva para los híbridos.
El precio sigue en la media del segmento, pero ahora, frente a rivales como el Seat Arona o el Peugeot 2008, el Captur puede presumir de ofrecer un motor de entrada con más empuje.
Otra ventaja aparentemente invisible es que Renault no obliga a pasar por la electrificación. El cliente que aún quiere un motor de combustión sencillo lo tiene aquí, mientras que el que busque etiqueta ECO tiene otras alternativas en la misma gama. Esa flexibilidad es una de las razones del éxito del Captur.
El hecho de que este coche se fabrique en Valladolid añade otro matiz, porque cada mejora en la gama repercute directamente en la planta española, y eso es un punto a favor para quienes defienden los puestos de trabajo locales frente a la fabricación más allá de nuestras fronteras.

Un movimiento lógico y necesario
El TCe 115 no pasará a la historia como un motor memorable porque ni tiene un carácter especial ni pretende seducir a los más frikis de la velocidad. Su objetivo es el de dar al Captur una base más sólida y acabar con la sensación de que el motor de entrada era un parche.
En ese sentido, cumple de sobra. Más potencia, más par, mejores prestaciones y un consumo algo más bajo. Todo ello con un precio razonable y una gama que se mantiene competitiva. Lo justo para reforzar el papel del Captur como superventas de Renault.
El coche sigue sin ser emocionante, pero nunca lo ha pretendido. Lo que Renault necesitaba era un Captur básico más convincente, y con este motor lo ha conseguido.
En definitiva, se trata de un ajuste quirúrgico que demuestra que a veces no hacen falta grandes cambios para mejorar un coche. Bastaba con poner el motor adecuado en el lugar adecuado, y el Captur TCe 115 lo es.
Jose Manuel Miana
Ando loco con los coches desde que era pequeño, y desde entonces acumulo datos en la cabeza. ¿Sabías que el naufragio del Andrea Doria guarda dentro el único prototipo del Chrysler Norseman? Ese tipo de cosas me pasan por la cabeza. Aparte de eso, lo típico: Estudié mecánica y trabajé unos años en talleres especializados en deportivos prémium.COMENTARIOS