Volkswagen ID.Cross Concept: El SUV eléctrico que vuelve a lo clásico

Volkswagen ID.Cross Concept: El SUV eléctrico que vuelve a lo clásico

¿Puede Volkswagen recuperar su trono?


Tiempo de lectura: 6 min.

Volkswagen ha entrado en razón y ha eliminado de un plumazo los nombres tecnológicos y desconcertantes. El ID.Cross Concept no es solo un nuevo SUV eléctrico compacto; es una especie de disculpa pública de todo lo que salió mal con la submarca ID y la evidencia de que incluso los gigantes alemanes pueden equivocarse en la estrategia de marketing. Si pensabas que los ID.3, ID.4 o ID. Buzz eran la punta de lanza de una revolución eléctrica que solo iba hacia adelante, pensabas mal, porque Volkswagen ha decidido dar un paso atrás para no perder a los clientes que todavía recuerdan que un Golf es un Golf y un Polo es un Polo. Además se producirá en Pamplona y compartirá línea con el T-Cross térmico para que España siga siendo un nodo estratégico en la electrificación europea.

El ID.Cross tiene unas dimensiones que no rompen con lo que esperamos de un SUV urbano, y una batalla idéntica a la del T-Cross de combustión. Esto quiere decir que, desde fuera, parece un primo cercano del T-Cross que conocemos, pero por dentro es otro coche gracias a la plataforma MEB+ (o sea, la eléctrica), que permite un aprovechamiento del espacio que los ingenieros de Volkswagen no podían ni soñar en los primeros ID. Cuando levantas el capó, te encuentras un pequeño frunk de 25 litros, un detalle que parece una tontería hasta que te das cuenta de que tus compras o mochilas no tienen que mezlarse con el armario de IKEA que podrías llevar en el maletero trasero de 450 litros.

La caída de los ID ¿a palos se aprende?

La gama ID ha tenido más penas que alegrías, y los números no mienten: en China, por ejemplo, el ID.4 apenas vendió 1.213 unidades en mayo de 2021 frente a las expectativas iniciales de 50.000 o 60.000 unidades anuales, y en Estados Unidos la situación ha sido tal naufragio que han tenido que hacer paradas temporales en la producción por caídas de ventas del 65% en el segundo trimestre de 2025. Europa, en cambio, se salvó por los pelos porque Volkswagen logró vender más que Tesla en la primera mitad de 2025, con 119.000 unidades de la gama ID frente a las 109.000 de los americanos (no es para tanto cuando sabemos que Tesla ha mordido el polvo a base de bien). Además en Europa, los problemas de software se acumularon de mala manera, porque desde los reseteos constantes del modo de conducción hasta los fallos de conectividad de la app CarNet, la experiencia fue a menudo más frustrante que satisfactoria.

Este desastre de software no fue para nada anecdótico. El ID.3, el pionero de la gama, salió con software incompleto y tuvo que pasar por actualizaciones manuales que tomaban días en el concesionario. Los fallos persistieron años, y muchos propietarios de ID.4 de 2021 recordaban con amarga ironía que su coche pasaba más tiempo en el taller que en la carretera. La conclusión que sacó Volkswagen fue clara: los números sin alma no conectan con el consumidor, y menos aún cuando encima tu coche te da tales problemas de software que parece que hayan dejado al becario a cargo de todo el proyecto. Los directivos de VW han aceptado por fin que los nombres icónicos importan y que, más allá de las innovaciones técnicas, un ID. no puede sustituir al Polo, al Golf o al Tiguan en el corazón de los clientes.

Volkswagen ID (2)

ID.Cross: Nomenclatura tradicional y diseño “Pure Positive”

La llegada del ID.Cross no solo marca un cambio de nombre, sino un cambio de filosofía. Volkswagen anuncia que los próximos modelos eléctricos recuperarán los nombres históricos: ID.Polo, ID.Golf, ID.Tiguan, ID.Passat… y que las siglas GTI y R volverán a las versiones deportivas, dejando atrás la confusa nomenclatura GTX que es más propia de una tarjeta gráfica de Nvidia. El plan es contrarestar la desconexión emocional que provocó la submarca ID, devolver esa sensación que nos evocaba leer “GTI”, y ya de paso, barrer bajo la alfombra unas denominaciones contaminadas por todos aquellos fallos.

En cuanto al diseño, el ID.Cross estrena el lenguaje “Pure Positive”, que busca claridad y atractivo emocional sin estridencias. Las líneas se inspiran en los modelos icónicos, con unos pilares C que recuerdan al Golf, faros Matrix LED IQ.LIGHT conectados por una banda luminosa con el logo VW iluminado y la vuelta, gracias a Dios, a los controles físicos en el habitáculo, dejando atrás los criticados botones hápticos. La esencia es sencilla: mantener la ortodoxia alemana y hacer que el coche transmita seguridad y coherencia, no confusión y experimentación radical.

Comparación con el T-Cross: Parecidos razonables, diferencias irreconciliables

Lo bueno de la plataforma MEB+ es que permite integrar la batería en el suelo para optimizar el espacio interior. Esto se traduce en un maletero trasero de 450 litros más 25 litros de frunk, y 38 litros bajo los asientos traseros para que puedas guardar todo lo que te apetezca y todavía te sobre hueco.

En cuanto a motorización, hablamos de un motor eléctrico frontal de 155 kW (211 CV) con tracción delantera y una batería de 56 kWh que promete 420 km de autonomía WLTP, carga rápida de hasta 130 kW y capacidad de remolque de 1.200 kg con freno. El interior incluye doble pantalla con cuadro de instrumentos digital de 11 pulgadas y pantalla central táctil de 13 pulgadas, todo gestionado por la nueva generación de software MEB+ con Travel Assist avanzado gracias a la colaboración con Rivian. En resumidas cuentas, es un SUV urbano que no pretende destacar sino consolidar la confianza perdida con los clientes.

Estrategia y futuro de Volkswagen

El ID.Cross es uno de los mea culpa de Volkswagen que sirve como respuesta indirecta a la presión de marcas chinas que inundan Europa con modelos eléctricos simples, baratos y sin tradición.

¿Puede Volkswagen reconciliar innovación tecnológica con identidad de marca tradicional y recuperar el terreno perdido con los ID originales? La respuesta estará en Pamplona a partir de 2026, cuando los primeros ID.Cross salgan de la línea de producción. Si funciona, la casa de Wolfsburgo habrá encontrado un equilibrio entre modernidad y nostalgia, entre eficiencia eléctrica y coherencia de marca, y probará que incluso un gigante industrial puede aprender de sus propios tropiezos y salir más fuerte al otro lado.

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Sobre mí

Jose Manuel Miana

Ando loco con los coches desde que era pequeño, y desde entonces acumulo datos en la cabeza. ¿Sabías que el naufragio del Andrea Doria guarda dentro el único prototipo del Chrysler Norseman? Ese tipo de cosas me pasan por la cabeza. Aparte de eso, lo típico: Estudié mecánica y trabajé unos años en talleres especializados en deportivos prémium.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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