Por su diseño, el Ferrari 408 4RM siempre resultará a la vista una suerte de ironía interna. Por su mecánica, una especie de provocación, también interna dada la controversia que generó en Maranello desarrollar un deportivo con tracción a las cuatro ruedas y el desencanto consecuente de Enzo. Un tema que sigue dando que hablar a pesar de que hayan pasado casi 40 años de su materialización.
Pero no estoy aquí para ponerme a recordarlo, pues ya lo hemos hecho con lujo de detalles. Hay coches que se ven más a menudo que otros. Imaginando una pirámide invertida, los generalistas van arriba y, a medida que vamos descendiendo hacia la punta, los modelos que aparecen son los que rara vez encontramos por las circunstancias. Digamos que el 408 4RM es digno de ocupar la punta.
Las excepciones, es decir, las apariciones, son entonces para destacar, más todavía cuando se trata de registros lo más actuales posibles, pues, para las imágenes de archivo, la marca. Un vídeo que verán a continuación fue publicado en diciembre del 2024, pero me consta que la toma data del segundo semestre del 2023. Dentro de los márgenes de lo considerado actual para este caso.
El Ferrari 408 4RM 1987, al descubierto
Así como digo que es uno de esos que se ven muy de vez en cuando –no está de más recordar que solamente se construyeron dos unidades–, el Ferrari 408 4RM tiene algo más que da cuenta de su singularidad: es de esos a los que, por lo general, es mejor exhibirlos con las cubiertas levantadas. Su fama la ha forjado en base a su tracción, de manera que tiene su lógica dejar al descubierto ante el público su mecánica.
Así, como se ve en el short de Youtube subido por Happy Antevasin, se muestra el Ferrari 408 4RM en el museo del fabricante italiano. Rodeado de coches de carrera de los primeros años de la Scuderia, de monoplaza de la época dorada, de clásicos de los sesenta, los setenta y los ochenta e incluso de uno que, por su tracción, tiene sentido que esté ubicado a pocos metros, casi enfrentándolo, a pesar de la distancia temporal: el Ferrari Purosangue.
A la vista su motor de ocho cilindros en V de cuatro litros montado a 90 grados longitudinalmente y anteponiéndose al eje trasero, la suspensión push rod con muelles helicoidales, partes de su chasis monocasco de acero inoxidable, su interior espartano y el amarillo que históricamente lo ha caracterizado. A pesar de los años, más allá de tenga en aquel contexto de auge del Campeonato Mundial de Rally una posible excusa con la cual justificar su figura, no hay manera de entrarle por los ojos. Pero fue un experimento llevado a cabo bajo la premisa de la tracción 4×4, sin destino de producción, y hay que tomarlo como tal.
Mauro Blanco
COMENTARIOS