Coche del día: Pontiac Firebird II

Coche del día: Pontiac Firebird II

El avión familiar con cuatro ruedas


Tiempo de lectura: 2 min.

Cuando un fabricante deja pensar sin límite a responsables de diseño e ingenieros, surgen los vehículos conceptuales. Ese es, a mi entender, su mayor encanto. Hoy recibimos en esta sección la visita de un ilustre representante de las ideas puras: el Pontiac Firebird II. Al contrario que en algunas estrategias de marca, donde se empieza por “dos”, sin existir “uno”, aquí si hubo precedente: el Firebird XP-21, rebautizado como Firebird I (1953), un vehículo cuyo principal inconveniente es que no se puede compartir con nadie; solo hay sitio para el conductor.

Alguno de los conceptos vertidos sobre el Pontiac Firebird II (1956), todavía hoy pertenecen al futuro. El ir propulsado por una turbina de gas regenerativa, es probable que no lo veamos nunca llevado a producción en serie, pero este coche ya coqueteó con el concepto de conducción autónoma casi dos décadas antes de que nacieran los creadores de Google. Para llevar esto a la práctica, pensaron en un cable que iría enterrado en determinadas autopistas, denominadas Safety Autoway, capaz de lanzar señales a un “cerebro electrónico” incorporado en el coche. El conductor podía decidir activar el sistema y disfrutar de una confortable siesta…

El Pontiac Firebird II y su antecesor son fruto de la fiebre por los aviones de caza que contagió en los cincuenta a la sociedad americana. En esta segunda generación se pensó de forma más práctica en un coche familiar (cuatro plazas), de dos puertas, con carrocería de titanio, elementos aerodinámicos como la cola de tiburón, suspensión independiente a las cuatro ruedas, nivelación automática de carga, frenos de disco, alternador, selector eléctrico de marcha y habitáculo protegido por una generosa cúpula de cristal con solo dos pilares. A propósito de las puertas, son como las vistas en el Alfa Romeo Scighera: la mitad inferior abate como puerta normal y la superior acristalada en forma de “ala de gaviota”. En cuanto a la potencia de la turbina, entregaba 200 CV. No iba tan desencaminado después de todo.

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Sobre mí

Delco

Más que la Historia, me gustan las viejas historias que huelen a asfalto, carreras y gasolina.

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JJ Lopez
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JJ Lopez

Vaya, este es más sensato que el Firebird I, la verdad es que era un avión con tracción a las ruedas. En cuanto a la Safety Autoway se hace algo así en algunos vehículos autoguiados industriales. Se puede enterrar un cable eléctrico o imanes permanentes para marcar un circuito cerrado, que sigue el vehículo.

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Invitado
Rest

Curioso y sorprendente al 50/50!!


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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.

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