2020 podría ser el peor año en matriculaciones en España en más de 30 años

2020 podría ser el peor año en matriculaciones en España en más de 30 años

Los resultados de abril confirman la tendencia, según ANFAC: este año 700.000 unidades previstas


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Es la crónica de una muerte anunciada. ANFAC ha liberado los datos de matriculaciones de abril, y evidentemente han sido nefastos: 4.163 turismos, una caída del 96,5 % respecto a abril de 2019, y esas ventas corresponden a operaciones encargadas previamente, ya que los concesionarios no podían abrir durante el estado de alarma. Solo 823 unidades eran para particulares.

Lo mismo ha pasado con los comerciales ligeros, 1.822 unidades matriculadas, una caída del 91 %, así como los vehículos pesados (autobuses, autocares, camiones…), que han caído un 55 %. Esa es la foto más inmediata. En el acumulado anual, el mercado ha caído a casi la mitad que el primer cuatrimestre de 2019.

Antes de dar las cifras de abril en el primer día hábil de mayo, ANFAC hizo sus previsiones para todo el 2020, y lo calcularon en 700.000 unidades. Han tenido en cuenta el estado de alarma, la inactividad, la desescalada de mayo y la incertidumbre económica que hará que los clientes huyan de la compra de un coche nuevo. Solo han contado con una caída del PIB español del 5-6 %, y podría ser fácilmente del doble.

Entre ANFAC y FACONAUTO, patronales de los fabricantes y los concesionarios, estiman este año un desplome de ventas del 40-45 % en el mercado de turismos; a mediados de abril “solo” pensaban en el 35 %. Si las cifras caen de 700.000 unidades será el peor resultado en los últimos 30 años. En 1993, que hubo una crisis, las ventas casi llegaron a las 800.000 unidades. Ese fue el peor dato de los 90.

Obviamente la nota de prensa recuerda que el Gobierno tiene que activar un plan de ayudas que estimule la demanda para evitar una pérdida mastodóntica de facturación. El valor medio de un coche nuevo en España está en 18.000 euros. Las excusas son las habituales, la edad media del parque español, que los nuevos son más eficientes y contaminan menos, etc.

El año 2012, que no nos queda tan tan lejos, fue el peor del siglo en cuanto a matriculaciones, poco más de 700.000. Era la época de la prima de riesgo, de la entrada en el Gobierno del PP tras el hundimiento económico, de la subida del IVA al 21 % en septiembre, recortes a saco, el vaciado de la “hucha de las pensiones” para poder pagarlas… Las primeras fases del Plan PIVE contuvieron la sangría y evitaron caer de 700.000 unidades. En 2006 se habían matriculado más de 1,6 millones de unidades.

Los datos que maneja la patronal, aun siendo lamentables, pueden ser superados por la realidad. Los economistas nos van avisando de que ante el gasto que va a tener que hacer frente el Estado, la emergencia social inminente que ha conllevado el parón económico, y el gripado del turismo exterior, estamos bien jorobados.

El Gobierno de España se verá obligado a endeudarse de forma masiva (ya debemos más del 100 % de nuestro PIB) y subir los impuestos -a los ricos y a los demás-. El paro va a crecer a una velocidad de vértigo y la confianza de los consumidores se va a hundir, y salvo para quien tenga garantizados sus ingresos, no resulta el mejor momento para comprar un coche nuevo. Y puede haber un recorte bestial de gasto público en determinadas partidas.

Puede que el Gobierno se saque de la manga un sucesor del Plan PIVE, que fue una forma encubierta de reducir los impuestos a los coches nuevos tras el hundimiento de matriculaciones en septiembre de 2012, cuando el IVA subió 3 puntos (del 18 al 21 %). No descarto que el IVA suba en su tipo general al 23 %.

A la vista de los datos macroeconómicos, el consejo genérico sería el siguiente: los concesionarios ya están abriendo sus puertas con medidas de seguridad. El que pueda comprar, que lo haga antes de subidas impositivas que son mucho más que una simple probabilidad. El que no lo necesite, mejor que mantenga lo que tiene, porque viene una recesión de las gordas.

Menos coches nuevos implica que los usados se conviertan en el refugio de los que no pueden gastar tanto, o los que necesitan un reemplazo urgente, y para aquellos que no consigan una financiación a su medida. La edad del parque móvil seguirá aumentando sin remedio y los desguaces volverán a echar de menos la mercancía “de una pieza”. Los que busquen cosas exóticas, mejor que esperen a que se hundan los precios.

Desde la crisis de 2008 hasta su despedida en España vimos tres planes de estímulo a la venta de coches: VIVE y 2000E con el PSOE, PIVE con el PP. Mucho ha de aprenderse de aquellos planes, especialmente de las últimas fases del PIVE, que limitaban la picaresca que hubo con coches de valor inferior a 1.000 euros.

Dado que hacía falta entregar un coche para achatarrar a cambio del descuento de los concesionarios y el aporte del Estado, se dispararon las operaciones de compraventa de coches que básicamente se usaban para comprar y tirar, que en algunos casos salía a cuenta. Luego se limitó el fenómeno exigiendo la titularidad del usado durante varios meses.

Sí, el sector necesitará ayudas del Gobierno, pero también los afectados por ERTE, las familias que pierdan sus ingresos, los bares, los cineastas, las fábricas… Dentro de poco será más fácil listar los colectivos que no pidan ayudas que los que sí van a pedirlas. Todo eso es gasto público, aunque al menos las ayudas al automóvil son más fáciles de justificar.

José López-Tafall, director general de ANFAC, recordó que “por cada euro aportado [en planes de ayuda] se recaudan 1,7 euros en ingresos fiscales”, siendo indiferente que el que compra el vehículo nuevo ahorre algo o se crea que lo hace. La pregunta es ¿en qué escala de prioridades con tantos problemas quedarán los coches nuevos, con tantos millones de españoles con preocupaciones más urgentes?

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Sobre mí

Javier Costas

Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.

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