Antes de esta asociación, Laurin y Klement no sólo se dedicaban a las bicicletas. Su marca, Slavia, dio un paso adelante cuando decidieron rediseñar una moto de los hermanos Werner comprada en París. El resultado dio lugar a la primera bicicleta con motor, es decir, la primera motocicleta producida en serie: la Laurin & Klement Typ 1 o Motocyclette. En 1905 comenzaron a fabricar coches y fue en la fusión, ya con nombre Škoda, cuando se dejaron de fabricar bicicletas y motocicletas.
Aun así, este archivo contiene todo tipo de planos de vehículos y prototipos como la Typ 1, y no solo se limita a los documentos legales o históricos sobre las bases de su fábrica. El Škoda Popular de los años 30 es otro de los modelos que más lejos queda en el tiempo y que mejor se supo adaptar al mercado tras la gran depresión económica. Tras la Segunda Guerra Mundial, marcada por la ocupación y utilización de la industria por los alemanes, Škoda siguió fabricando bajo la centralización comunista.
El archivo de Škoda contiene documentos que se remontan a los inicios de la marca en 1895
Esto no impidió que sacara modelos como el Škoda 445 Octavia y el Felicia de los años 60, cuyos diseños les sirvieron para producir hasta finales de los 80. Ya en los 90, Škoda se privatizó con la transición del régimen comunista al capitalista. Había perdido todo el contenido de sus archivos y el gobierno los tenía en posesión, hasta que en 1991 Škoda pasó a formar parte del grupo Volkswagen. Con ellos recuperó la gestión y uso de todos sus documentos: desde los referidos a L&K (Laurin y Klement) hasta sindicatos y uniones socialistas del periodo anterior.
En noviembre de 2007 el archivo de Škoda se convertía oficialmente en un archivo privado. Actualmente el museo conserva el mayor de los dos archivos que existen. Allí se encuentran todas las fotos, revistas, libros, planos y folletos de ciertos productos que hay hasta los años 90, así como detalles sobre la modernización de la planta después de la guerra y los refugios que se utilizaron contra los ataques aéreos.
No solo eso: también contiene documentos de proyectos con otras empresas que llegaron a fusionarse o a trabajar con ellos. Otros son confidenciales y solo pueden tener acceso a ellos profesionales autorizados. La información más buscada tiene que ver con coches vintage: sobre la fecha de fabricación, los colores de la carrocería, de la tapicería, sobre sus motores o la fecha en la que se dejó de producir. Las figuras 3D también figuran como parte de la exposición en el archivo.
En el complejo industrial está el archivo más pequeño, donde se ubican los documentos más modernos.
El archivo en su conjunto alberga más de 750.000 dibujos técnicos y 1.800 cintas de vídeo que se ponen a disposición de las casi 4.000 consultas que se realizan de todo el mundo. Cientos de periodistas, restauradores y estudiantes son los primeros en visitar las instalaciones para obtener el conocimiento e información sobre la automoción que tiene la trayectoria de una empresa como la checa. Pero la exposición y las consultas para uso individual no son la única finalidad de estos archivos.
También se trata de un aporte necesario a la investigación científica de la historia o de otras disciplinas relacionadas con ella. La base de datos digital cuenta con 4.000 imágenes que sirven para este hecho, solo accesible desde la propia red informática interna, con el objetivo de que los archivos físicos más requeridos estén menos expuestos a la luz brillante o a la piel humana.
Para garantizar la óptima conservación del Archivo, sus instalaciones deben mantenerse a una temperatura constante de 18 ºC y una humedad del 50 %
Además, el potencial de marketing que tiene el archivo de Škoda supone un recurso esencial para mostrar su marca al mundo. La marca checa también sabe que, gracias a los datos, los diseños y la experiencia de su legado, pueden aconsejar los siguientes pasos al comité ejecutivo de la empresa o proporcionar contenido a la prensa y los medios de comunicación.
El archivo está abierto todos los días lectivos de 8:00 a 16:00. Las visitas hay que reservarlas por teléfono y se puede hacer hasta 14 días antes. Los precios varían entre las 40 coronas checas (1,46 euros) y las 250 (9,15 euros), en función del número de visitantes, las concesiones y las zonas que se vayan a visitar.
Enrique Delgado
Terminando la carrera de audiovisuales y empezando en el mundo del periodismo con el espíritu de aprender sobre motor. Siempre tengo un ojo para lo que ocurre en el mundo y otro en absorber todo el conocimiento que pueda sobre él para escribir literatura, mi hobby personal.COMENTARIOS