Mitsubishi Eclipse Cross eléctrico: la apuesta electrizante de la marca del diamante

Mitsubishi Eclipse Cross eléctrico: la apuesta electrizante de la marca del diamante

El eléctrico que solamente comparte con Renault la plataforma


Tiempo de lectura: 6 min.

Mitsubishi se ha quitado por fin la venda de los ojos y ha dado el salto al eléctrico. Esta vez van en serio, y se nota en cuanto miras la ficha: batería de 87 kWh, más de 600 kilómetros de autonomía y recarga a 150 kW. Nada de medias tintas ni de pijadas.

El Eclipse Cross original ha sido durante años ese SUV que estaba ahí, pero sin más: tenías versiones gasolina, diésel, híbrida enchufable… Además, era un coche correcto para gente que no quería complicarse la vida, pero que ni fu ni fa. Ahora es eléctrico, que quiere decir que seguirá siendo aburrido, pero al menos podrás aparcar a placer.

Hay que decir que Volkswagen, Renault, Hyundai y compañía ya tienen sus eléctricos rodando por las carreteras europeas desde hace años, mientras Mitsubishi ha preferido esperar y observar. La pregunta del millón es si han aprovechado ese tiempo para aprender de los errores ajenos o si simplemente se han quedado dormidos en los laureles.

En su caso van directos a por la versión top, con la batería más grande que pueden meter y unas prestaciones que no den vergüenza ajena.

Mitsubishi Eclipse Cross EV (1)

Diseño: más que un simple refresco

Usar la plataforma CMF-EV de Renault podría haber sido la excusa perfecta para hacer un Scénic con logo de Mitsubishi y quedarse más anchos que largos. Pero no, esta vez han trabajado algo, así que la parrilla cerrada no es solo por obligación aerodinámica, sino que forma parte de un diseño que realmente parece japonés. Además, los LED diurnos tienen su propio patrón, el capó tiene nervaduras que le dan algo de carácter y el frontal transmite cierta agresividad contenida para que seas el rey del aparcamiento del cole.

Por detrás han mantenido la forma característica de las ópticas del Eclipse Cross que conocemos, pero las líneas interiores y esa banda negra que las conecta crean algo completamente nuevo. No es que vayan a ganar premios de diseño, pero al menos no da vergüenza aparcarlo de morro.

Las medidas están bien pensadas porque 4,47 metros de largo lo sitúan en el punto dulce del segmento, con presencia suficiente sin convertirse en un panzer urbano. El maletero pasa de los 404 litros anteriores a 545, que es lo mínimo que puedes esperar de un SUV familiar. Para algo tenía que servir el ahorro de espacio del motor.

Los detalles como las llantas de 19 o 20 pulgadas y el diseño del pilar C están bastante bien. En general, tiene un diseño atractivo para una Mitsubishi que hasta ahora se ha limitado a seguir a Renault.

Mitsubishi Eclipse Cross EV (4)

Interior: el salto tecnológico era necesario

Aquí es donde más ha cambiado todo, aunque es claramente un interior de Renault. Sus dos pantallas de 12,3 pulgadas no son un capricho. Una es para instrumentación y es otra vertical para multimedia, e incluye el Android Automotive de serie. Eso significa Google Maps nativo, Google Assistant, Play Store y conexión inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto sin hacer locuras con un cable USB del chino ni el adaptador este cutre que anuncian en TikTok.

Es cierto que esto a muchos nos da igual porque es “lo normal”, pero la realidad es que muchas marcas todavía la están liando con sus sistemas propios. Por ejemplo, BMW o Mercedes se han gastado fortunas desarrollando interfaces que a veces son tan fáciles de usar como saltar en bicicleta de un tejado en llamas. Mitsubishi ha sido más espabilada usando Android Automotive y centrándose en que funcione bien.

La ergonomía parece cuidada en las fotos, aunque habrá que probarlo para ver si no han caído en la trampa de las pantallas enormes imposibles de manejar mientras que conduces, que una cosa es que nos parezca impresionante en el concesionario y otra muy distinta es intentar cambiar la temperatura del aire acondicionado en marcha sin acabar en la cuneta. Sabéis a qué me refiero.

Los sistemas de seguridad están al día. Incluyen control de crucero adaptativo con parada y arranque, aviso de cambio de carril, frenado automático de emergencia y el MI-Pilot, que es conducción semiautónoma (o sea, que NO sueltes del todo el volante). No van a la vanguardia absoluta del sector, pero cubren todo lo que necesita un comprador europeo normal con una buena calidad.

Mitsubishi Eclipse Cross EV (3)

Prestaciones: potencia justa y autonomía real

218 CV y 300 Nm para un SUV familiar está perfecto. El 0-100 en 8,4 segundos no te va a hacer sentirte Colapinto, pero es más que suficiente para adelantar en autovía sin pasar miedo. La velocidad máxima de 170 km/h está bien para lo que es: un coche familiar que quiere ser eficiente, no un misil.

La batería de 87 kWh es donde realmente quieren marcar diferencias, porque los más de 600 kilómetros WLTP suenan muy bien, y deberían traducirse en unos 450-500 reales en condiciones normales. Eso significa que puedes hacerte Madrid-Valencia sin parar a cargar, que es exactamente lo que necesita mucha gente para perder el miedo al eléctrico de una vez por todas.

La carga a 150 kW no es revolucionaria, pero está bien. Lo importante es que traiga refrigeración por agua y bomba de calor de serie, porque ahí es donde muchos eléctricos de primera hornada han metido la pata como yo la metía en el cubo de fregar llegando de madrugada. Sí, me refiero a aquellas marcas que prometen autonomías y velocidades de carga que se van al carajo en cuanto bajan de 10 grados.

La versión de 60 kWh y 170 CV que vendrá después es buena entrada al modelo, pero el grueso de las ventas debería ir a la de 87 kWh, porque los europeos hemos demostrado que preferimos pagar más y tener autonomía real a ahorrar 5.000 euros y quedarnos tirados en mitad de ninguna parte.

Mitsubishi Eclipse Cross EV (5)

Estrategia comercial: timing y posicionamiento

Fabricar en Douai no es casualidad porque así aprovechan la infraestructura de Renault para la CMF-EV mientras se posicionan como producto europeo, y que las primeras unidades lleguen antes de 2026 significa que llegan a un mercado ya maduro, con compradores más experimentados que saben distinguir entre marketing y realidad.

Los acabados Kaiteki y Kaiteki+ suenan a posicionamiento premium sin llegar a competir con los alemanes de lujo. La garantía de 5 años o 100.000 km, ampliable a 8 años y 160.000 km, es lo mínimo exigible hoy en día, pero necesario para dar confianza a quien todavía tiene dudas sobre la fiabilidad de los eléctricos.

El segmento SUV compacto eléctrico es una guerra sin cuartel, pero también el que más crece. ID.4, Enyaq, Ioniq 5, Scenic… todos estos compiten por el mismo trozo de pastel. Mitsubishi llega tarde, pero si el precio es competitivo y el producto funciona, debería abrirse un hueco natural. La clave estará en no errar con la red de concesionarios y el servicio postventa.

Mitsubishi Europa lleva años siendo irrelevante, con una gama que daba pena y sin nada que te hiciera pensar en ellos a la hora de comprar, porque, al menos en mi caso, para comprar un Renault con chapa cambiada me iba al original. El Eclipse Cross eléctrico es una buena baza para volver a importar algo en un mercado que se los ha comido vivos durante la última década.

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Sobre mí

Jose Manuel Miana

Ando loco con los coches desde que era pequeño, y desde entonces acumulo datos en la cabeza. ¿Sabías que el naufragio del Andrea Doria guarda dentro el único prototipo del Chrysler Norseman? Ese tipo de cosas me pasan por la cabeza. Aparte de eso, lo típico: Estudié mecánica y trabajé unos años en talleres especializados en deportivos prémium.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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