Les ha costado 58 años, una retirada y un regreso para sacar lo mejor de su potencial para alzarse finalmente con la victoria. Así ha sido el largo y duro proyecto de Ferrari, en un momento donde han conseguido el triunfo en las prestigiosas 24 Horas de Le Mans, donde hicieron todo lo posible para seguir ampliando su historia en el mundo de la competición y en especial en el de la competencia.
El histórico circuito de La Sarthe ha impresionado a todos con lo que puede pasar en sus más de 13 kilómetros de recorrido. En ese sentido, todos han sido protagonistas, incluso en la noche, donde la lluvia ha estado en un primer plano, imponiéndose finalmente la bandera amarilla y los coches de seguridad. Tanto es así, que hasta el propio coche de seguridad ha tenido su espacio y es que en plena madrugada tuvo que salir durante cuatro horas por la pésima y nula visibilidad que existía en el circuito. Por si esto fuese poco, tuvo que salir el otro coche de seguridad para recuperar el primer coche de neutralización que se había quedado sin gasolina, vamos, que Le Mans sigue siendo Le Mans y testean hasta la resistencia de los coches de seguridad.
Como viene siendo habitual, la cita francesa ha puesto contra las cuerdas a todos los fabricantes, aunque a falta de una hora eran cuatro marcas las claras favoritas para el triunfo, entre los que se encontraban Toyota, Ferrari, Cadillac y Porsche y esto se debía especialmente al problema que tuvieron anteriormente la firma italiana y la japonesa en los boxes en su último cambio. En ese instante, el Toyota #8 tuvo un accidente con el Ferrari #51, que no pudo evitarlo y chocó bruscamente, tirando todas las opciones que tenía por la borda.
Con el desgaste físico y mental llegaban los últimos minutos y se comprobaba como las capacidades de los pilotos más experimentados aparecían. En ese sentido, el Toyota de Pechito López sufría un trompo y empezaba una guerra de trincheras en la que finalmente el fabricante japonés solo pudo tirar la toalla en el último instante al recibir la petición de que dejase de presionar y que era suficiente con volver a boxes sin daños y ver la bandera a cuadros.
Este movimiento le daba finalmente el triunfo al Ferrari de Miguel Molina, Antonio Fuoco y Nicklas Nielsen, que fueron capaces de gestionar con mano de hierro esa situación y lo hicieron dándole una segunda oportunidad al piloto de Girona. Después de quedarse en las puertas del triunfo en 2023, donde sufrió una avería en su coche, ahora le han dado una reválida para alzarse con un triunfo más que merecido y luchado. En ese sentido, pudo disfrutar del pilotaje de un hypercar que reinó en la jungla de la resistencia, llegando a disfrutar de una carrera que siempre se recordará.
Un día para recordar
La cita francesa será recordada para siempre por parte de Miguel Molina, que ha podido seguir escribiendo su nombre en los libros de historia y seguir el testigo de Fernando Alonso o Marc Gené. El piloto catalán ha cumplido un sueño, consiguiendo con su estilo de pilotaje y de gestión de la carrera sea recordada, y no es para menos. Con problemas de última hora, y arriesgando para ir a una parada menos, el de Girona volvió a hacer una cita épica.
Al finalizar la prueba, el español ha apuntado a la prensa que con este resultado podría colgar ya el mono y el casco al alcanzar su objetivo: “Piensas mucho en el sufrimiento que llevas desde hace muchos años. Sacrificamos muchas cosas para momentos así y al formar parte de esta historia, el tercer piloto español que gana las 24 Horas de Le Mans, después de Marc y Fernando, puedo decir que ahora ya me podría retirar tranquilo, pero espero tener alguna oportunidad más”.
Lo sucedido en 2023 supuso un punto de inflexión en su manera de prepararse la prueba, pero eso no le hizo más que mantener la calma para esta edición: “Es algo que llevaba buscando desde hace mucho tiempo, el año pasado nos quedamos muy cerca. Sabíamos que habíamos perdido una oportunidad, pero que podíamos tener otra y este lo hemos conseguido. Hemos hecho casi todo bien, todas las decisiones de estrategia, el ritmo era muy bueno. Hemos tenido el problema de la puerta, pero nos ha ido bien, incluso no teníamos que parar una vez más. Hoy era el día”, comentaba un Molina emocionado.
Con este triunfo, el palmarés español sigue creciendo, confirmando el buen estado de forma de toda la alineación española en la cita más importante del mundo de la resistencia, como son las 24 horas de Le Mans. Ahora, Miguel Molina se marcha a casa a celebrar un resultado que se recordará siempre, especialmente por todo el sacrificio y esfuerzo que ha hecho anteriormente. De la mano de Ferrari ha podido subir al cajón más alto del podio, cerrando un ciclo profesional que puede hacer que gracias a su hito se le abran más puertas en el mundo de la competición.
Grandes triunfadores
En la categoría LMP2 el gran protagonista fue el Oreca #22 del United Autosports de Oliver Jarvis, Bijoy Garg y Nolan Siegel, que consiguieron el liderato a falta de 2 horas para el final. En ese sentido, el segundo clasificado fue el InterEuropol, vencedor de la pasada edición, con los pilotos Clemen Novalak, Jakub Smieschowski y Vladislav Lomko.
En cuanto a la categoría LMGT3, fue la estructura Manthey EMA con un Porsche 911 GT3 R el que se hizo con el primer puesto después de imponer un ritmo realmente extraordinario. En este caso, fue el #91 pilotado por Richard Lietz, Yasser Shahin y Morris Schuring el que venció tras mantener un fuerte cuerpo a cuerpo con el equipo belga Team WRT sobre un BMW M4 GT3 pilotado por Sean Gelael, Darren Leung y Augusto Farfus, que fue finalmente segundo.
Alejandro Delgado
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