Cuando se presentó el Ford Puma, y nos referimos al SUV, obviamente, las opiniones fueron de lo más diversas. La opinión con más voces fue lo poco que gustó el empleo del nombre de un coupé, para denominar un SUV. Es lo mismo que hizo Mitsubishi con el Eclipse Cross y recordad que aquello fue un “acabose”, ¿cómo se les ocurrió hacer eso?
Bueno, ya sabéis como van estas cosas, unos piensas que se trata de una metedura de pata enorme, mientras a otros les importa más bien poco y se compran el coche porque les gusta. Y ese es, básicamente, el quid de la cuestión, que el coche gusta y la gente se lo compra sin importar si se llama Puma, Guepardo o Gato montés, no es determinante, o al menos, en estos casos. Si a Nissan se le hubiera ocurrido traer el Moco a Europa, quizá si hubiera sido influyente.
El Ford Puma es el coche más vendido de la firma yankee en Europa
Pero no es el caso y el Ford Puma se vende como pan caliente. Ya lo dijimos en su momento aquí, si Ford lo hace bien, este coche podía ser un best seller. Y así ha pasado, que después de cuatro años como éxito de ventas, el pequeño Puma se somete al ya tradicional restyling de mitad de ciclo, para mantener ese nivel de ventas y esa competitividad que ha mantenido hasta el momento en un segmento que a día de hoy, es de los más complicados del mercado.
Y para la ocasión, el restyling de Ford Puma es de esos que esconden muchas novedades, aunque a simple vista no se pueda apreciar nada excesivo. Estéticamente, el Puma es un acierto, al menos en esta revista no tenemos una mala opinión del modelo y estéticamente poco hay que cambiar pues no ha perdido atractivo hasta el día de hoy. No obstante, si hay pequeños retoques, como la firma lumínica de los faros, se introduce un nuevo emblema de la marca, una nueva calandra para el acabado Titanium –sin cromados– y los ST-Line y ST-Line X recibe detalles específicos, como un spoiler sobre la puerta del maletero.
No hay, por tanto, muchos cambios físicos, el diseño es básicamente el mismo. No obstante, el habitáculo sí cambia y ahora es totalmente nuevo, desde el primer hasta el último tornillo y presenta unas líneas que parecen ser tendencia. Ahora, todo es recto, con una gran pantalla en el centro del salpicadero, que se ve coronada con los aireadores centrales, que son totalmente rectangulares. Da la impresión que se ha diseñado un módulo muy marcado que separa el puesto de mando del resto de plazas, aunque es solo eso, una impresión.
Los cambios en el habitáculo parecen centrarse en la introducción de tendencias, en lugar de mejorar los apartados que merecían ser mejorados, aunque esto lo decimos sin haber tocado el coche, ya veremos cuando lo podamos probar. El caso es que ahora, con las fotos delante y la info de Ford de acompañante, además de las nuevas formas y un volante que es un poco más feo que el anterior, todo gira alrededor de dos nuevas pantallas, una para instrumentación y otra para el equipo multimedia otras funciones –antes mencionada–, que provoca la desaparición de los pocos mandos físicos que quedaban.
Sí, resulta más moderno y ojalá que la nueva instrumentación sea más atractiva que la anterior, pero como viene siendo costumbre, perdemos en ergonomía, en usabilidad y aunque nadie parece pensar en ello, en seguridad. De todas formas, parece ser algo que solo nos preocupa a unos pocos, porque el Ford Puma es el modelo más vendido de la marca yankee en Europa y con un habitáculo más tecnológico y actual, las ventas no harán otra cosa que mantener el mismo ritmo de antes o, incluso, puede que mejoren.
“Los clientes del Puma nos dijeron que les encanta conducir el SUV compacto más atractivo del mercado, y que están constantemente encontrando nuevas formas para que el MegaBox les permita aprovechar el espacio del maletero como ningún otro coche pequeño puede hacerlo. También nos dijeron que un interior rompedor y una conectividad avanzada, que les permitiera controlar su día, llevaría al Puma al siguiente nivel”, ha declarado Jon Williams, director general de Ford Blue en Europa.
Con ese objetivo, el de mantener y a ser posible, aumentar las ventas, el Puma mejora su dotación tecnológica. Por ejemplo, desde Ford afirman que ahora, el control de crucero adaptativo es mucho más suave y además, incorpora sistema de centrado de carril, asistente predictivo de velocidad –incluso reconoce curvas y rotondas–. También destaca la presencia del sistema de precolisión con aviso de intersección –con reconocimiento de peatones y ciclistas y funcionamiento sin necesidad de señales e incluso de noche–. Estrena asistente de frenada marcha atrás y un sistema de cámaras 360 grados, entre otras cosas.
Al tiempo que se mejora y aumenta el equipamiento, se simplifica la gama de motores disponibles, todos ellos EcoBoost Hybrid, o dicho de otro modo, semihíbridos a 48 voltios. La base de todas las opciones es la misma, el 1.0 EcoBoost Hybrid, con diferentes configuraciones. El acceso a la gama es la variante de 125 CV, mientras que en el siguiente escalón está la versión de 155 CV. Solo habrá cambio manual para el de 125 CV, el resto de versiones, solo podrán optar el Powershift de doble embrague y siete relaciones, incluido el Puma ST, que solo estará disponible en versión Powershift, es decir, con el 1.0 EcoBoost en su variante de 170 CV y cambio automático.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS