Cuando uno piensa que ya lo ha visto todo, la vida siempre muestra una nueva vuelta de tuerca. En el caso que os exponemos hoy, más que la vida, se trata de un paso más en la voracidad de las empresas por conseguir más beneficios.
Se supone que hoy día tenemos los vehículos más seguros y ecológicos de todos los tiempos. Pero también los más caros. Pues a pesar de esto, los fabricantes de automóviles han encontrado su nueva “gallina de los huevos de oro” con las suscripciones. Esta decisión tiene algo dantesco en su trasfondo: los constructores de vehículos, en un movimiento propio de las economías de escala, dotan a todas las unidades fabricadas de un modelo con diferentes tecnologías, independientemente de si el cliente está interesado o no, lo cual encarece irremediablemente el producto. Y, si quieres utilizar ese extra montado en tu flamante coche nuevo, tienes que pasar por caja.
Este modus operandi reporta buenas cantidades de beneficios al fabricante, pues si antes querías, por ejemplo, la tracción total, la pagabas una vez y la podías utilizar durante el resto de la vida útil del vehículo. Ahora no: tu flamante coche nuevo la trae de fábrica, pero no la puedes utilizar salvo que contrates la consabida suscripción. Y claro, esto es un gasto periódico adicional por usar un equipamiento del que dispone el vehículo que has comprado. ¿Puedes anular la suscripción? Pues sí, pero a cambio de prescindir de este extra a partir de la cancelación. Y el coche sigue disponiendo del hardware preinstalado.
Venga, vamos a suponer que aceptamos barco como animal acuático. Pasamos por el aro de no utilizar este equipamiento, incluso tragando con el hecho de tener un botón físico que tú no pediste y que, si lo pulsas, te muestra una ventana que te recuerda que no lo has suscrito, por si lo habías olvidado. Todo un acto de empatía por parte del respectivo fabricante. Y estando así las cosas, ¿cómo pueden las casas de coches invitarte a que reconsideres tu decisión? Pues sí, poniéndote mensajes en la pantalla de tu coche nuevo acerca de la conveniencia de contratar ese servicio. Y de esto hemos tenido constancia recientemente en algunos modelos de Stellantis, concretamente de la marca Jeep, que no se caracteriza precisamente por ofrecer modelos baratos.
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Foto publicada en CarCoops
Según los relatos de varios usuarios de Reddit, que además vienen acompañados de testimonios gráficos, algunos modelos de este fabricante presentan en la pantalla una ventana que recomienda contratar la extensión de garantía, siempre bajo el pretexto de ofrecer tranquilidad. Esa misma tranquilidad que estos usuarios están perdiendo progresivamente cuando, cada vez que tienen que parar el vehículo en un semáforo en rojo, la pantalla aparece. Pero tranquilos, que existe un botón con un aspa para desactivarla… hasta el siguiente semáforo, claro, en el que irremediablemente vuelve a aparecer el susodicho mensaje, sin posibilidad de desactivarlo de forma permanente.
Según afirman algunas fuentes, se trataría de un bug presente en algunas unidades. Vamos a concederles, de forma ingenua, el beneficio de la duda. Pero la realidad es que los fabricantes han encontrado una nueva forma de influir en las decisiones del usuario. Y, a diferencia de las llamadas telefónicas comerciales (por poner uno de los muchos ejemplos de publicidad invasiva que sufrimos a diario), en las que estás hablando con otra persona y tienes al menos la posibilidad de dialogar, aquí nos encontramos con la terquedad de los programas informáticos, con los que no hay diálogo posible, tan solo respirar profundo cada vez que tengas que pulsar el aspa para que el molesto mensaje desaparezca. Mensaje que, además, ocupa toda la pantalla en un alarde de sutileza por parte de los programadores.
¿Conseguirán estos usuarios que estos mensajes dejen de aparecer? Puede ser. Pero la puerta ya está abierta, y la molesta publicidad que vivimos día a día en ordenadores y smartphones ha dado el salto al automóvil, que a fin de cuentas se está convirtiendo progresivamente en un ordenador con ruedas, para lo bueno y para lo malo.
Jesus Alonso
Soy un apasionado de los coches desde que era muy pequeño, colecciono miniaturas, catálogos, revistas y otros artículos relacionados, y ahora, además, disfruto escribiendo sobre lo que más me gusta aquí, en Espíritu RACER.COMENTARIOS