Tiene seis asientos y no tiene volante, acelerador o pedal de freno, ni ninguna disposición para un conductor. Este es el microbús autónomo y eléctrico Cruise Origin, un vehículo que pronto entrará en producción para las flotas de los distintos servicios de movilidad, como pueden ser Uber o Lyft. Los ejecutivos de la compañía han anunciado el producto final y 900 empleados en San Francisco, Estados Unidos, se encargarán de hacerlo realidad.

Si no estás muy puesto en el tema, Cruise es la subdivisión de General Motors (GM) encargada de los servicios de movilidad sostenibles, quien compró la start-up en 2016. Por otra parte, Honda aportó su experiencia en ingeniería e invirtió en el proyecto el año pasado. Por lo tanto, tiene sentido que el Cruise Origin, su primer vehículo, se construya en una planta de GM, cuya instalación se anunciará pronto, según se menciona el comunicado del gigante americano.

Incluso se monta en la nueva plataforma de vehículos eléctricos de GM, la que respaldará a un modelo Cadillac próximamente. Además de ser el primer vehículo dedicado para hacer viajes compartidos de Cruise, también llegará en un futuro un segundo modelo y un Chevrolet Bolt que también olvida el volante y los pedales. Y es que el CEO de la marca, Dan Ammann, espera que el Origin opere en las calles tan pronto como pueda una vez que se eliminen los obstáculos regulatorios.

El Cruise Origin no deambulará por todas las calles de la ciudad, entrará inicialmente en servicio en un área privada, casi con total seguridad en la villa olímpica de Tokio este verano

El vehículo se ve hasta divertido con su nariz y trasera chatas. Esta es la forma más eficiente en cuanto a maximización de espacio se refiere, con un piso plano que facilitan las entradas y salidas a través de las enormes puertas laterales corredizas (que parecen las del metro). En el interior hay algunas pantallas, una en cada extremo, que dan la bienvenida a los pasajeros. Estas obligan a abrocharse el cinturón antes de iniciar el camino e indican que el destino del viaje.

Ninguna de las pantallas está destinada para el entretenimiento. Después de mucho estudio y debate, el equipo de desarrollo de Cruise concluyó que la tendencia de las personas a sumergirse en sus propios dispositivos personales continuará, por lo que las distracciones externas son consideradas innecesarias. Hasta seis pasajeros se sentarán y juguetearán con sus smartphones en los asientos unos frente a otros. Unos asientos que, por cierto, parecen muy fáciles de limpiar.

La energía proviene de un motor eléctrico, mientras que la batería se encuentra debajo del compartimiento de pasajeros. No se sabe nada sobre la capacidad o la autonomía que proporcionará, pero la firma norteamericana dice que cada vehículo es capaz de conducir hasta un millón de millas (1,6 millones de kilómetros). Eso es seis veces más que el vehículo promedio y ayuda a mantener bajas las tarifas, y también es una máquina modular y actualizable.

Al igual que cualquier servicio de transporte, el Cruise Origin será convocado por una aplicación móvil. Como parte del servicio, a los clientes se les promete un espacio limpio sin problemas técnicos a todas las horas del día. La primera ciudad donde hará acto de presencia será San Francisco, California, donde también se realizó el evento de debut. La idea de la compañía es construir entre 50.000 y 100.000 ejemplares de este extraño y futurista aparato.

Sin embargo, aún no se sabe cuándo comenzará la puesta en escena del microbús ni cuánto costarán los viajes. Cruise afirma que un usuario podría ahorrar hasta 5.000 dólares al año (algo más de 4.500 euros) en comparación con la propiedad estándar de un vehículo o incluso usar otro servicio de viaje compartido. Y aunque el coche está diseñado para aportar un servicio de movilidad a escala global, a corto plazo, Estados Unidos es la prioridad número uno.

Cruise también asegura que el Origin es mucho más seguro que un coche convencional, en gran medida gracias a una serie de sensores que, supuestamente, pueden rastrear obstáculos y peatones en un espacio de 360 ​​grados alrededor del vehículo, incluso si están oscurecidos por la lluvia o la niebla. No debería haber un solo punto de falla en la red de detección del Origin, lo cual es importante porque no hay una opción para un conductor humano de respaldo.

“Nuestra misión es mejorar la seguridad eliminando al conductor humano, reducir las emisiones al ser totalmente eléctrico y minimizar los atascos al hacer que los viajes compartidos sean más convincentes al proporcionar una experiencia increíble a un costo radicalmente más bajo”, dijo Ammann. “Solo así nos moveremos realmente más allá del coche hacia el sistema de transporte que merecemos, uno más seguro, asequible y mejor para nosotros, nuestras ciudades y planeta”.