¿Qué ocurre con el coche eléctrico?

¿Qué ocurre con el coche eléctrico?

Proyectos cancelados, reducción de inversiones, apuesta por la hibridación... las cosas parecen no marchar como se esperaba


Tiempo de lectura: 8 min.

La imposición de coches “cero emisiones” en Europa traerá consigo muchos cambios, algunos de ellos muy alejados de los gustos de diferentes usuarios y por lo que parece, bastante lejos de las necesidades de mucho más conductores. Y esto no lo decimos nosotros, en realidad, solo hay que echar un vistazo a todo lo que ocurre últimamente, para darse cuenta de que las cosas no marchan bien. Puede que sea por falta de conocimientos, porque la infraestructura de recarga es todavía insuficiente, quizá los tiempos de carga sean excesivos para algunos usuarios y, a lo mejor, los precios suponen un notable escollo para gran parte de los posibles clientes, pero la verdad es que los coches eléctricos, los que serían el futuro de la industria del automóvil, se han estancado por completo y los fabricantes empiezan a ponerse nerviosos.

Todos estaremos de acuerdo en que debemos reducir la contaminación, y si no estás de acuerdo, amigo, no debes ser totalmente coherente de los problemas que podremos sufrir en el futuro si continuamos por el mismo camino. Pero aunque estemos de acuerdo en una cosa, es posible que no ocurra lo mismo con la forma de llegar al objetivo, que es precisamente lo que, actualmente, ocurre con los coches eléctricos. Para muchos, un coche eléctrico es una lavadora con ruedas, y sus razones tendrán para pensar así, mientras que existen aquellos usuarios que piensan todo lo contrario y serán capaces de argumentar toda clase de ventajas de un coche eléctrico. La cuestión es que la tecnología eléctrica es una buena forma de reducir las emisiones, aunque todavía queden cosas por hacer, sobre todo lo concerniente a las baterías.

Es una cuestión que debería evolucionar con el paso del tiempo, como lo hicieron los motores diésel, por ejemplo, o como lo han hecho los asistentes electrónicos. Nada fue de un día para otro, pero claro, nada de lo mencionado se encontró con una normativa, a todas luces, creada sin un auténtico estudio. Europa se ha empeñado en que no se vuelvan a vender vehículos nuevos con motores de combustión a partir de 2035, y puede parecer lejos, pero para los tiempos que se manejan en la industria del automóvil es mañana mismo. Así, por tanto, los fabricantes se han visto obligados a una inversión especialmente elevada, para poder desarrollar una tecnología en un tiempo récord. Si de algo puede presumir la industria del automóvil, es de capacidad para cambiar, para evoluciones y para innovar, casi de un día para otro.

Sin embargo, aunque todo parecía encauzado hacia la electrificación total del automóvil, se ha sufrido un enorme tropiezo que lo ha puesto todo patas arriba y ahora, las noticias que se pueden encontrar por todas partes apuntan hacia un retroceso, hacia una reducción de la inversión en el desarrollo de coches eléctricos, al tiempo que se cambia el foco de atención hacia un camino intermedio, hacia los híbridos. De hecho, parece que todo apunta hacia el camino más lógico, que es pasar por una transición que “eduque” a los usuarios sobre las nuevas tecnologías poco a poco y no de golpe y por imposición. Un camino que los fabricantes japoneses habían visto antes que nadie, y sirve de ejemplo la reticencia de algunos para apostarlo todo por los coches eléctricos, una forma de actuar que ha sido la mejor, al menos de momento.

Coches eléctricos (2)

De hecho, para ilustrar como está el panorama como los coches eléctricos, podemos echarle un vistazo a lo que ocurre dentro de Porsche. Al parecer, los accionistas –y los distribuidores– se han puesto muy nerviosos y han comenzado a presionar para que se reduzca la inversión en tecnología eléctrica y se vuelva a redirigir capital a los motores de combustión. Y la culpa de este cambio la tienen la desaceleración de las ventas de coches eléctricos. Sin embargo, Oliver Blume, el consejero delegado de Porsche, mantiene el objetivo de que los Porsche enchufables representen más de la mitad de las ventas para 2025. Mientras tanto, las ventas del Porsche Taycan no alcanzan los objetivos esperados en Estados Unidos –uno de los mercados, en teoría, más idóneos para el modelo– y desde China, los distribuidores exigen compensaciones por vender coches eléctricos a pérdidas.

Y no son los únicos, pues General Motoros ha publicado declaraciones en las que afirman estar orgullosos de sus motores de combustión y la propia Mary Barra, la directora ejecutiva de gigante yankee, ha comentado que el uso generalizado de coches eléctricos ocurrirá en unas décadas. Es cierto que también ha dicho que intentarán vender solo eléctricos para 2035, pero por ahora, los objetivos empiezan a cambiar y desde General Motors pretenden dejar que sea el usuario quien marque el rumbo y ha dejado claro que “si no se adaptan a su estilo de vida [los coches eléctricos], tenemos un vehículo de gasolina que satisfará sus necesidades”.

Ford, por su parte, se encuentra en una situación bastante delicada. Con cada vehículo eléctrico que vende, pierde 100.000 euros, ¡¡100.000 euros por coche!! Los coches eléctricos son tan caros, que la firma norteamericana los vende con pérdidas para no tenerlos almacenados, lo que ha provocado que solo durante los tres primeros meses de 2024 hayan perdido 1.300 millones de dólares –que se deben sumar a los 4.700 millones de dólares que perdieron en 2023–. Es insostenible y Ford necesita reducir los costes de sus coches eléctricos. De hecho, la cuestión es tan delicada, que durante la celebración del “Berstein 40th Annual Strategic Decisions Conference 2024”, a comienzos de junio, Jim Farley, CEO de Ford Motor Company, afirmó que “deberíamos dejar de hablar de esto como tecnología de transición” en referencia a los híbridos, y hace pensar en un cambio de estrategia.

Mercedes, otra de las marcas que ha invertido una enorme cantidad de dinero en el desarrollo de coches eléctricos, ha cambiado la estrategia y su CEO, Ola Källenius afirmó que la paridad de costos entre coches eléctricos y coches convencionales –con motor de combustión– está lejos de hacerse realidad y lo ve como algo muy lejano.

Coches eléctricos

Si esto parece poco, hay que saber que Carlos Tavares, el mandamás de Stellantis –recordar, el conglomerado que aglutina FIAT, Alfa Romeo, Abarth, Jeep, Opel, Citroën, DS, Peugeot, Chrysler, RAM y Dodge– ha dejado claro que no se descarta dar marcha atrás a proyectos de electrificación si no hay demanda. Según afirma, hay una clara discordancia entre lo que quieren los legisladores y las necesidades y comportamiento de los consumidores. Y eso que los últimos lanzamientos se han presentado, en primera instancia, en su versión eléctrica, con el objetivo de darle un mayor protagonismo y un mayor peso en la gama. De todas formas, no debemos olvidar que ya tuvieron que dar marcha atrás con sus comerciales ligeros, que dejaron de tener motores de combustión en su catálogo, para después, volver a ofrecerlos. También está el caso del FIAT 500e, que se verá acompañado de una versión híbrida para poder recuperar ventas.

Toda esta incertidumbre no solo afecta al coche eléctrico, sino a proyectos relacionados con ellos, como son, por ejemplo, las famosas gigafactorías. GWM –Great Wall Motors–, uno de los principales fabricantes de vehículos de origen chino, ha cancelado diferentes proyectos que tenía en Europa, como una gigafactoría de baterías en Alemania o los planes de desembarcar en mercados como Austria y Suiza. A ellos les sigue Automotive Cells Company, más conocidos como ACC y por contar con la participación de marcas como Stellantis –que posee el 45%–, Mercedes –que controla el 30%– o Saft –filial de baterías de TotalEnergies, que controla el 25% de la compañía–. Según parece, han paralizado la construcción de dos plantas de producción en Alemania e Italia.

En nuestras fronteras, por añadir más leña al fuego, Stellantis ha dejado claro que no fabricarán baterías en países donde no se venden coches eléctricos, declaraciones que hacen referencia, sin lugar a dudas, a la gigafactoría a la que opta Zaragoza.

Coches eléctricos (3)

Si en estos momentos habéis pensado en Tesla, debemos decir que se trata de un caso aparte. Tesla es como Apple, quien compra un Tesla no quiere un coche eléctrico, quiere un Tesla –en un gran número de casos–. Además, Tesla se ha ganado una reputación gracias a la autonomía de sus coches y su inigualable red de recarga para sus coches. Sin ir más lejos, hay marcas que han adaptado el estándar de carga NACS, el mismo que usa Tesla, en Estados Unidos, con el objetivo de que sus usuarios puedan disfrutar de esa notable red de cargadores.

De todas formas, Tesla también ha registrado caída de ventas. Es cierto que es la primera vez en cuatro años, pero es un claro síntoma de que las cosas están cambiando. Tesla achaca esta caída de las ventas a cosas como la fase inicial de la producción del nuevo Model 3, a los retrasos logísticos por el conflicto del Mar Rojo e incluso a un incendio sufrido en la fábrica de Berlín. Pero claro, es lo que dicen desde la compañía, los motivos reales son de lo más diverso y además de la guerra de precios que ellos mismos comenzaron, está la desaceleración de las ventas de eléctricos.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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