Holly ha hecho un desagradable descubrimiento. A principios de mes compró un Lexus CT 200h, el compacto híbrido de la marca japonesa. Holly pensaba que estaba comprando un coche último modelo, lo más moderno, tecnología punta. Fue seducida por la publicidad del “nuevo Lexus CT 200h” y fue con el dinero a un concesionario de Ontario (Canadá). Lo retiró feliz, orgullosa de su compra, hasta lo colgó en Instagram.

Al poco de llevar su coche por el barrio, se dio cuenta de que uno de sus vecinos también tenía un CT 200h, pero el aspecto era un poco diferente. Holly le preguntó cuándo se lo había comprado, y el vecino le respondío: “pues creo que en 2010 o 2011, no estoy seguro”. A Holly casi le da un parraque.

Acudió con su CT 200h a la Universidad de Toronto para que fuese examinado un catedrático en Lexusología, y el académico realizó un trabajo de análisis profundo sobre el coche con la ayuda de un grupo de investigación. Después de una ardua semana de trabajo, el veredicto fue firme: “el coche es nuevo en el sentido de que no tiene uso, pero fue diseñado hace más de ocho años. Es más, habría que decir que se fabricó en 2017, y que esa unidad ha estado esperando meses a ser vendida en el concesionario.”

En un informe de más de 200 páginas, el académico y su equipo sentenciaron que aunque habían cambiado los faros, parrilla delantera, alerón posterior, tarado de suspensión, tapicerías o el tamaño de la pantalla del sistema multimedia, no era precisamente tecnología punta. La madre de la compradora compartía su decepción: “Me pasó lo mismo cuando compré el Range Rover en 1993. Creí que estaba comprando un coche nuevo, olía a nuevo y yo lo estrené, pero era un diseño de finales de los 60.”

A ambas mujeres les vendieron un restyling, no un coche nuevo en el sentido de un último modelo.

NOTA: lo que acabas de leer es una noticia ficticia, total o parcialmente, únicamente con propósitos humorísticos. espíritu RACER se ampara en la figura legal del animus iocandi, es simplemente humor, chanza y coña. Cualquier persona nombrada, hecho o situación que coincida con la realidad es pura coincidencia.