General Motors no pasa por un buen momento. Se enfrenta en casa a una huelga salvaje espoleada por el mayor sindicato de trabajadores de la automoción estadounidense, United Automobile Workers (UAW), que ha llamado a paralizar las fábricas a los 49.000 empleados del fabricante norteamericano.
Todo viene por unas negociaciones que no han llegado a buen puerto, correspondientes al nuevo convenio colectivo. El actual convenio se firmó en 2015 y terminó el pasado sábado por la noche. Desde el sindicato alegan falta de interés desde General Motors por la suerte de sus trabajadores, afirmando que la empresa ganó el año pasado más de 8.000 millones de dólares y los trabajadores no han recibido ningún tipo de gratificación.
Puede sonar un poco extraño, que unos trabajadores exijan una gratificación por hacer su trabajo, pero la cosa viene de lejos. Cuando estalló la crisis. los trabajadores de General Motors aceptaron una reducción de los beneficios sociales y un congelamiento de los salarios, con la intención de ayudar a la multinacional y así, lograr salvar el escollo todos juntos por un posible futuro mejor para todos. Ahora, después de 10 años de aquello y de un crecimiento económico, los salarios siguen congelados y los beneficios sociales limitados.
“Defendimos a General Motors cuando más nos necesitaba, ahora nos levantamos juntos con solidaridad y unidad por nuestros miembros, sus familias y las comunidades en las que trabajamos y vivimos” – Tierry Dittes, vicepresidente de UAW
Han estado dos meses de negociaciones, pero solo se ha llegado a un acuerdo en el 2 % del contenido del contrato colectivo. General Motors ha ofrecido 7.000 millones de dólares en inversiones en Estados Unidos, durante los cuatro años de duración del contrato colectivo. También han prometido la creación de más de 5.400 empleos,mejoras salariales y mayores pagos de prestaciones sanitarias.
Se trata de la primera huelga que sufren en General Motors en 12 años, y ya lleva varios días de duración. El sindicato no ha comentado cuánto durará el paro, pero han afirmado que General Motors tiene suficientes vehículos montados como para suministrar a las tiendas durante los próximos 59 días. En el mercado estadounidense se trabaja con inventarios más que con pedidos a fábrica al gusto del cliente.
La UAW pide sueldos justos, una cobertura sanitaria asequible (en EEUU la sanidad está muy ligada a los seguros médicos que ofrecen las empresas a sus empleados), una parte de los beneficios, seguridad en los empleos y posibilidades de permanencia para los trabajadores temporales. Mientras tanto, General Motors ha dejado de pagar el seguro médico para los trabajadores en huelga, que pasan a ser cubiertos por el sindicato.
“Entendemos que las huelgas son difíciles y perjudiciales para las familias. Durante la huelga, algunos beneficios pasan a ser financiados por el fondo de huelga del sindicato” – Jim Cain, portavoz de General Motors
Por otro lado, según afirma Reuters, las conversaciones se han visto ensombrecidas por una creciente investigación de corrupción de altos funcionarios sindicales. Dicha investigación ha planteado preguntas sobre el presidente de la UAW, Gary Jones, quien según una fuente, figuraba en una queja federal sobre una supuesta malversación de fondos por parte de los líderes sindicales.
Al mismo tiempo, esta huelga se ha convertido en un problema político, llegando a obligar al presidente de los Estados Unidos y otros rivales políticos a intervenir.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS