A veces un ‘no’ a tiempo es mejor que una argumentación vacía, sino que se lo digan a Rolls-Royce, que han tomado una de las decisiones más importantes que se recuerdan en su trayectoria. La conocida firma ha admitido que ahora mismo no entra en sus planes la posibilidad de fabricar un coche híbrido, aunque han querido ser totalmente sinceros y han admitido que ese tipo de modelos están en la lista negra de la marca y por el momento no tienen la intención de producirlo en un futuro.

Desde el lujo británico tienen claros los pasos que deben dar en los próximos años y aseguran que adentrarse en la era de la movilidad híbrida sería un retroceso para ellos. Según apuntan fuentes internas de la marca, adentrarse en este nuevo modelo de motorización sería contraproducente para los intereses reales de cada uno de sus usuarios. En este caso ha sido el máximo responsable de la firma, Chris Brownridge, quien ha despejado la duda sobre el futuro de la marca en los próximos años y ha asegurado que adentrarse en este sendero sería alejarse mucho de las expectativas de sus clientes potenciales.

No es de extrañar la postura de Rolls-Royce y es que si se tiene en cuenta que es una marca que se centra especialmente en potenciar la experiencia del usuario, algo que se tiene especialmente en el momento de conducir un coche de combustión, al poder gestionar la entrega de potencia desde el inicio. En cambio, si nos ponemos al volante de un coche híbrido, notaremos una sensación extraña cada vez que cambie de modo de conducción. Y para que engañarnos, la marca no va a obviar su manera de trabajar y ahora no va a cambiar las pretensiones del grupo y su propia filosofía dejando la puerta abierta a la hibridación.

Es una decisión que choca frontalmente con otras marcas que estuvieron ligadas al grupo, como Bentley, que se han adentrado en este segmento sin mayores problemas. Es más, es una medida un tanto extraña si se tiene en consideración lo que están haciendo otras marcas premium, donde inicialmente vendían su intención de electrificarse, y ahora están admitiendo que necesitarían ampliar su permanencia con el motor de combustión durante un tiempo adicional. El caso más evidente es el que ha tenido Bentley con su icónico W12, que ahora está siendo sustituido por un híbrido V8 que ya está equipado en el Continental o el Flying Spur.

Ahora, con esta declaración de intenciones por parte de Rolls-Royce se evidencia que las intenciones del grupo versan por un sendero distinto al de la mayoría y ese no es otro que el de pasar directamente a la electrificación en un momento dado. Es más, las intenciones del grupo pasan exclusivamente por comenzar a producir coches eléctricos en 2030, otra cosa es que logren vender la cantidad de modelos que ellos desean, aunque viendo la buena acogida que ha tenido el Rolls-Royce Spectre, es bastante probable que lo logren.