Hace años, muchos años, que no veo una carrera de Fórmula 1. Para ser sinceros, desde que las pusieron de pago, aunque ya empezaron a parecerme aburridas antes de que tener que pagar para poder verlas. Pero no dejé de verlas porque fueran de pago, fue porque no estaba de acuerdo con sus precios, sobre todo porque, como he dicho, empezaban a parecerme aburridas. Y debo confesar que yo he sido un fanático de la llamada “Categoría Reina”, auténtico fanático de quedarme en casa sin salir con los amigos porque la carrera era en Japón, y se corría a las cuatro de la madrugada. Es más, me compraba la revista británica F1 Racing y todos los recuerdos que tengo de aquella época son realmente especiales, lo disfrutaba muchísimo y siento cierta añoranza por aquellos tiempos.

Rara vez me perdía una carrera, veía incluso los entrenamientos y las clasificaciones, absolutamente todo y era capaz de adivinar estrategias, neumáticos que irían a usar e incluso quien ganaría según que pilotos se vieran cara a cara en pista y según la propia pista. Cosas que ahora soy incapaz de hacer, dudo incluso de que fuera capaz de verme una carrera entera. Ni siquiera me gustan las reglas actuales, con motores “congelados” y una limitación total de la evolución de los coches. ¡Qué buenos aquellos tiempos de novedades casi cada carrera!

Pero, y esto a muchos les parecerá casi una contradicción, a pesar de mi afición y mi pasión por la Fórmula 1, nunca, NUNCA, acudí a una carrera. Si he ido a ver carreras de Fórmula 1 clásicos y he visto exposiciones o cuando Fernando Alonso estuvo en el Paseo de la Castellana, en Madrid, pero nunca he asistido a un Gran Premio de Fórmula 1. De primeras, tenía –y tengo– mi residencia en Madrid y por entonces, cuando yo seguía la Fórmula 1, la única carrera que se celebraba en Barcelona, y entre los precios que tenían las entradas y los precios de alojamiento y demás, era inviable. Inviable y que no estaba dispuesto a pagar esos precios, claro. No obstante, si hubieran corrido una carrera en Madrid, es posible que sí habría estado presente en alguna ocasión.

Nunca hubo una carrera en Madrid a pesar de los rumores, y ahora, que la Fórmula 1 me importa más bien poco, anuncian una carrera en Madrid a partir de 2026 y con un contrato de nada menos que 10 años. Para colmo, será un trazado semiurbano por la zona de Parque Ferial Juan Carlos I, donde está el IFEMA, que tendrá un recorrido de 5,47 kilómetros, 20 curvas, permitirá alcanzar más de 300 km/h, un aforo de más de 110.000 personas –una de las pruebas con mayor aforo del mundial– y un detalle que deja claro como está la competición a día de hoy: cuatro zonas de adelantamiento. Es cierto que adelantar en la Categoría Reina siempre ha sido complicado, la aerodinámica es demasiado importante y la estela que dejan los coches, como los más conocedores del mundillo sabrán, afecta negativamente al coche que viene detrás. Pero mencionar las zonas de adelantamiento como algo a destacar… Se espera que el tiempo de vuelta en clasificación ronde 1 minuto 32 segundos.

La última vez que se corrió un Gran Premio de Fórmula 1 en Madrid fue en 1981, el 21 de junio, y por supuesto, se celebró en el circuito del Jarama –la séptima prueba de la temporada–, con victoria para Gilles Villeneuve a los mandos del Ferrari 126CK, un coche que, por cierto, dio numerosos problemas de fiabilidad. Yo ni siquiera había nacido, pero gracias a la magia de Internet, he podido ver aquella carrera –y vosotros la podéis ver, en el vídeo incrustado justo encima de estas líneas, aunque los comentarios son en italiano–. Ver esa carrera me ha hecho darme cuenta de lo que ha cambiado el circuito, me costó reconocerlo –y he rodado allí hasta con un Renault Espace–.

Cuando se celebra la primera prueba en el circuito semiurbano de Madrid, en 2026, habrán pasado 45 años desde aquella última carrera. Solo se han celebrado un total de nueve pruebas de la Fórmula 1 en Madrid, mientras que en Barcelona, en Montmeló, han sido nada menos que 33 grandes premios. De hecho, la presencia del Gran Premio de Montmeló está en duda. Barcelona ha estado presente en el calendario del Mundial de Fórmula 1 desde 1991 y según afirma Domenicalli, director ejecutivo de la F1, la presencia de la carrera de Madrid no significa que sea el fin del acuerdo con Montmeló.

“Para evitar dudas y aclararlo, el hecho de que estamos en Madrid no excluye el hecho de que podamos quedarnos en Barcelona en el futuro. Hay conversaciones para ver si realmente podemos ampliar nuestra colaboración con Barcelona, con quien tenemos una muy buena relación. España era un mercado que hace apenas un par de años no estaba en el centro de nuestras miradas. Ahora es muy importante. Firmamos un nuevo acuerdo con la emisora españa DAZN hasta a menos de 2026. Es un bonito problema tener varias ciudades, algunas en el mismo país, que quieran albergar un Gran Premio. Muestra el valor de nuestra propuesta, pero debemos mantenernos enfocados en la razón de nuestro éxito y asegurarnos de no ser complacientes”.

Lo que sí pierde el trazado catalán es el título de Gran Premio de España, que lo ostentará el GP de Madrid desde 2026. Pero, además, ¿qué podemos esperar de esta prueba? De primeras, según datos oficiales facilitados por los dirigentes políticos, la carrera debería dejar un impacto económico de 450 millones de euros anualmente, al tiempo que se crean 8.200 puestos de trabajo. Además, al parecer, no será un coste para las arcas del estado, no hay inversión de dinero público, según asegura el señor Martínez Almeida, alcalde de Madrid. Por trazado, ciertamente, no parece que vaya a ser una prueba especialmente emocionante y al ser semiurbano –solo habrá 1,5 kilómetros por vías públicas, aunque no es un trazado permanente–, la ausencia de grandes escapatorias seguramente limitará que los pilotos arriesguen.

Sin embargo, la prueba madrileña tendrá que convivir con la sombra del GP de Valencia, una ruina económicamente hablando para la ciudad. Convertir la ciudad de Valencia en un circuito de carreras supuso un coste de más de 270 millones de euros según Gonzalo Gobert, quien estuvo encargado de gestionar el evento. Tras el fiasco y su desaparición del campeonato, fueron imputadas hasta 15 personas, entre ellas, Francisco Camps. Vamos, que no fue, ni mucho menos, la mejor idea que se pudo tener.

Aquel suceso levanta muchas dudas sobre llevar la Fórmula 1 a Madrid, pues, aunque aseguran que no habrá repercusión en las arcas del estado, podría ser un agujero negro como ocurrió en Valencia. Además, como se ha dicho antes, por trazado y por condición de urbano, augura carreras poco emocionantes y podría suponer el adiós de Barcelona al calendario del mundial, cosas que no terminan de convencer a muchos aficionados.

Y vsotros, ¿qué opináis sobre que se celebre una prueba de Fórmula 1 en Madrid, y en un circuito semiurbano? ¿Habrá emoción? ¿Será un caso como el de Valencia? ¿Acudiréis como público?