El Renault Mégane 1.9 dCi fue, en su momento, uno de los coches más vendidos de España. La combinación de un motor turbodiésel de poco más de 100 CV, un precio accesible –2.881.806 pesetas con acabado Dynamic, 17.320 euros de 1998– y un diseño acertado, permitieron que el compacto francés triunfara en nuestro país. Más de 20 años después, se pueden ver todavía unidades circulando por las calles.
A mediados de los años 90 apareció el reemplazo del Renault 19, un modelo que continuaba con la saga del ya más que mítico Renault 11 y que resultó un importante paso adelante en muchos aspectos. Era el Renault Mégane, un coche que, fabricado en Palencia –España–, llego a contar con una gama de carrocerías espectacular. De hecho, fue el modelo francés el que puso de moda esa enorme oferta que algunos rivales llegaron a copiar.
Entre las más populares estaba, como siempre solía ocurrir, la carrocería de cinco puertas; práctica, perfectamente válida como coche familiar y con un diseño interesante, fue un exitazo de ventas, tanto en su primera fase como en la segunda, que llegó a finales de los años 90. Fue entonces cuando apareció el motor 1.9 dCi, propulsor que ya adoptaba algunas soluciones presentes en diferentes rivales y que permitían unas prestaciones y unos consumos de primer nivel.
Su motor no era todo lo refinado que sí eran sus rivales, pero por prestaciones o consumos estaba entre los mejores
De hecho, fue este motor el que estrenó la inyección por raíl común en los turbodiésel de Renault. Ese raíl común, junto al turbo y al intercooler, permitían extraer de los 1.870 centímetros cúbicos 105 CV a 4.000 revoluciones y 20,8 mkg a 1.500 revoluciones –poco menos de 200 Nm–. Un motor de carrera bastante larga –80 milímetros de diámetro de pistón, por 93 milímetros de carrera–, que presumía de unos consumos por debajo de los 5,5 litros cada 100 kilómetros, pero que presentaba unas vibraciones que no tenían sus rivales, lo que afeaba un poco el agrado de conducción. También tenía un tacto un poco tosco y, mientras que a otros rivales los comparaban con sus homólogos gasolina, al dCi de Renault siempre se le definió como “muy diésel“.
En aquellos años eran cosas asumibles, sobre todo cuando la cifra de par máximo llegaba tan pronto y permitía un rango de uso muy amplio. Además, según contaban en las pruebas de la época –y no en una, sino en casi todas–, el Renault Mégane 1.9 dCi con 105 CV era un coche tremendamente rutero, fácil de llevar, con una elevada estabilidad, un gran aplomo y unas prestaciones que podían considerarse referencia entre los turbodiésel, aunque por estrecho margen. La guerra entre los turbodiésel de finales de los 90 fue atroz.
Con un depósito de 60 litros, el Mégane 1.9 dCi podía recorrer 965 kilómetros a razón de 6,2 litros cada 100 kilómetros de media, según los registros de la revista Autopista. Esta misma revista también llegó a medir 10,63 segundos en el 0 a 100 km/h, 17,43 segundos para el 0 a 400 metros o 32,32 segundos para el 0 a 1.000 metros. Los 400 metros en quinta desde 50 km/h se lograban en 33,74 segundos y el 80 a 120 km/h, también en quinta, se completaba en 14,04 segundos.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS