Llegan nuevos tiempos a Stellantis y a la industria de la automoción tras la incertidumbre que se adueñó tras la salida de Carlos Tavares hace unos meses. Ahora, uno de los grupos automotrices más grandes del planeta ha movido ficha y ha tomado la decisión de nombrar a su nuevo CEO. El conglomerado, que tiene en su paraguas marcas como Peugeot o Jeep, ha anunciado a Antonio Filosa como el nuevo consejero delegado, siendo efectiva su entrada a dicho cargo el próximo 23 de junio de 2025.

Durante estos seis meses los pasillos de Turín, Detroit y Ámsterdam la incertidumbre fue ganando terreno y ahora el consejo de Stellantis ha tomado la decisión de que el napolitano de 51 años se convierta en el nuevo “jefe” de la corporación. La decisión del grupo ha supuesto un importante repunte en la bolsa de valores de Milán, algo lógico si se tiene en consideración que la llegada de este ingeniero que empezó en Fiat en 1999 y que ha escalado posiciones durante estos años, puede suponer esa brisa de aire fresco que tanto estaban deseando y que no terminaba de llegar.

Filosa, que cuenta con una trayectoria batallada y labrada a base de competir en los mercados más duros del planeta, sabe cómo tiene que actuar. Se estrenó en el mercado sudamericano, donde duplicó las ventas de Jeep y consiguió levantar la planta de Pernambuco, mientras que durante el COVID logró tener un margen de beneficio de más de dos dígitos y fue el responsable del debut del Avenger. Estos datos, entre muchos otros, como que es el responsable del 45% del beneficio operativo del grupo en Estados Unidos, ha hecho que sea uno de los perfiles más queridos de la empresa.

Una situación crítica

Ahora tiene un reto bastante interesante. Con una silla caliente donde se aposentaba Carlos Tavares, responsable de la fusión FCA-PSA, y cuyas cifras eran bastante vertiginosas para mal. Con pérdidas en todos los continentes, márgenes desplomados y una borrasca de demandas de accionistas por la caída en la bolsa, hereda un panorama un tanto preocupante. Eso sí, sabe en qué terreno juega, siendo uno de los hombres de confianza de Tavares durante su llegada, aunque ahora será el encargado de reescribir un plan estratégico curioso y que tendrá que intentar recuperar ese dinero que habían perdido.

En la empresa son conscientes de que el panorama da miedo, con una facturación que llegó a retroceder hasta un 17% con unos 156.900 millones de euros, y un beneficio neto que se hundió hasta el 70% con unos 5.500 millones de euros, algo que se puede comprobar en el caso de la facturación de Dodge y Ram, que pasó de tener un rendimiento del 15% al 4%, algo que ha hecho que salten las alarmas en empresas de rating y algunos analistas crean que el dividendo pueda llegar a recortarse a la mitad este mismo otoño si no se encuentra esa liquidez rápidamente.

El problema crece más todavía al otro lado del atlántico, donde la cuota de mercado llegó a caer en un 5% y las ventas de Jeep se desplomaron en un 15%. A esta crisis, hay que sumarle la crispación que hay ante los aranceles estadounidenses, algo preocupante si se tiene en consideración que es un golpe directo al grupo, que no tiene las baterías suficientes fabricadas en casa. Por si esto fuese poco, se tiene que tener en consideración que en las 14 empresas del grupo se comparten 20 plataformas distintas, lo que hace que los gastos sean todavía mayores.

Un plan de choque sin precedentes

Si por algo se caracteriza Filosa, es por escuchar a todos los miembros de la empresa, pero eso no quita que no tendrá margen para paños calientes. Según se ha filtrado, en los primeros 100 días se estima una venta parcial de Magneti Marelli, junto la reducción a cuatro plataformas globales y un adelanto en la electrificación de DS y Opel para 2028. Eso sí, no se van a quedar de brazos cruzados y van a trabajar con la IA, potenciando el proyecto STLA Brain, una arquitectura de software que hará que se pueda actualizar el coche inalámbricamente.

Por muchos cambios, no se va a olvidar del capital humano, por lo que van a escuchar sus necesidades, aunque se prevé que parte de la planta de Tychy ase a Windsor, ocupando la línea de montaje. Por delante son muchas dudas las que se le plantea, pero si consigue parar la sangría financiera y convencer a la organización de que es posible escribir juntos una historia exitosa, Stellantis tendrá todo para recuperar sus días gloriosos, en caso de que no lo consiga es bastante probable que se queden sin el combustible que le empuje hacia adelante.