“¡Oh, otro híbrido! ¡Qué emocionante!”, se regocija en su sarcasmo un lector de Road & Track en los comentarios. “Ningún closet puede albergar a ese 911…”, desliza otro ocurrente que no puede evitar asociar el arcoíris que recorre toda su carrocería con los colores del Orgullo. Y aunque su apariencia lo haría un representante ideal del movimiento y un targa perfecto para marchar durante el Día Internacional, como le responde otro usuario de la revista norteamericana, “en los ochenta no tenía ese significado”.
También podríamos preguntarnos si no se trata de un pedido de uno de los coleccionistas de automóviles más grandes del mundo. El más único en cuanto a ejemplares exóticos, personalizados y, en particular, a grandes escalas. En el desierto de Abu Dabi, un museo de lo más singular recibe todos los años a turistas de todo el mundo. Es la humilde colección del Rainbow Sheikh, que adoptó el sobrenombre cuando, en 1986, encargó a Mercedes-Benz siete unidades del Clase S W126, cada una con uno de los colores del arcoíris.
Casualmente, este es un Porsche 911 Targa 1986, pero no se trata de un pedido del multimillonario árabe, sino de una interpretación de un transgresor 911 de mediados de los años setenta. Insisto, una interpretación. Aunque habría significado toda una rareza un híbrido hace casi 50 años, no es el caso. La electrificación de esta versión delata su condición de clásico alemán con mecánica modernizada, así también como la resurrección de la empresa de tuning que en sus inicios modificó a pedido un Porsche 911 Turbo Targa para que fuera portada de Road & Track y otras revistas.

En Italia, hablar de BB equivale a invocar a los Berlineta Bóxer del pasado. En el noble universo del tuning alemán, las siglas responden a uno de los preparadores. En 1976, BB-Auto aceptó la propuesta de una empresa cuya sucursal se encontraba junto a las instalaciones de esta casa de personalización en Frankfurt. Ni el Orgullo ni el Jeque Arcoíris. El Porsche 911 930 Turbo Targa Polaroid existió y fue una suerte de concepto extraoficial que exhibió los colores del logotipo de la firma de instantáneas hoy vintage.
En Los Ángeles, cual destino buscado, intencionado, Beau Boeckmann, de Galpin Motors, es hoy dueño de los derechos de BB-Auto y ahora la casa alemana ha vuelto a la vida en la costa oeste de los Estados Unidos. Un regreso simbolizado con este 911 de 1986 que lleva detrás un seis cilindros 4.0 bóxer de 400 caballos –sí, refrigerado por aire– al que combina con un motor eléctrico de 110 kW de potencia –para una combinada máxima de 550 CV que cuatro décadas atrás lo habría convertido en todo un superdeportivo–, cortesía de Vonnen, la encargada de lanzar un 911 991 híbrido antes de que la propia Porsche electrificara su deportivo por primera vez en la actual generación 992.
A este Porsche 911 Targa 1986, presentado por BB-Auto como 911 Targa Hybrid, no le falta color por fuera, pero tampoco por dentro. Ya sea abriendo sus puertas o retirando el techo, que no es de plástico como el del 911 Polaroid original, sino de cristal, te adentras en un habitáculo con un intenso tapizado en Alcantara azul para sus asientos Recaro LX, el revestimiento de las puertas y parte del tablero. Un restomod que no acepta fotografías digitales. Si lo capturas con instantánea, mucho mejor.
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS