Coche del día: MG Montego Turbo

Coche del día: MG Montego Turbo

El MG más rápido de su tiempo


Tiempo de lectura: 3 min.

El cierre de la factoría de Abingdon en 1980, y con él el final del MGB (con permiso del MG RV8) supuso un punto y aparte en la historia de MG, que perdía sus roadsters biplaza. La marca resurgiría poco después para dar nombre a las versiones deportivas de los nuevos modelos de Austin: los Metro, Maestro y Montego.

Mientras que el MG Montego EFi se presentó en 1984 junto con las variantes Austin, habría que esperar al año siguiente para conocer el que iba a ser el MG más rápido de todos los tiempos hasta la llegada del Metro 6R4: el MG Montego Turbo.

Estamos en 1985. La elegante berlina derivada del Maestro recibía una nueva variante del motor O-Series en su configuración de dos litros, con la adición de un turbocompresor Garrett AiResearch T3 con intercooler, que elevaba su potencia hasta los 150 CV, lo que le permitía catapultar al sedán hasta unos nada desdeñables 202 km/h, alcanzando los 100 km/h desde parado en unos 7,3 segundos. La estética también sufría alteraciones con respecto al MG atmosférico, pues el Montego Turbo recibía un spoiler frontal muy atractivo,  un nuevo spoiler trasero más grande y los logotipos “Turbo” sobre el capot, las puertas delanteras y la tapa del maletero. Las manillas iban pintadas en el color de la carrocería, los espejos retrovisores eran eléctricos y calefactables, y contaba con un techo solar metálico deslizante. La dirección asistida y el cierre centralizado también formaban parte del equipamiento de serie.

Un detalle curioso con respecto al MG Montego EFi es que el Turbo utilizaba carburador en lugar de inyección. La versión sobrealimentada tampoco llegó a equipar, ni siquiera como opción, ni la instrumentación con display electrónico ni el sintetizador de voz. Sí montaba, sin embargo, una barra estabilizadora delantera más gruesa con respecto al EFi, además de otra barra estabilizadora en la parte trasera. Los frenos de disco delanteros eran ventilados (241 mm), mientras que para los traseros se recurrió a unos tambores (203 mm). La caja de cambios, de cinco velocidades, era de origen Honda. El interior presentaba detalles en rojo que le conferían un aspecto más deportivo.

El Montego, allá por los años 80, resultaba un coche con un diseño atractivo y su versión turbo, con 150 CV, muy interesante, pero la calidad de fabricación era muy mala

MG Montego Turbo

La gama Montego siguió evolucionando, y el EFi se actualizó cambiando su denominación por 2.0i, a la vez que recibía el kit estético del Turbo. El spoiler trasero de ambas versiones pasó a ir pintado en el color de la carrocería, reduciendo así sus diferencias estéticas.

En 1989 llegó la actualización de la gama Montego, perdiendo la marca “Austin” por el camino. Las versiones MG desaparecieron en España, pero no en otros mercados, donde recibieron unas nuevas llantas, la nueva calandra (el logotipo MG pasó al capot) y los pilotos traseros lisos. En Nueva Zelanda (único país donde se vendió una variante MG del Montego Estate), se vendía como MG 2.0, incluyendo la versión Turbo.

El mal endémico de los Montego, y por ende del Turbo, fue desgraciadamente la calidad. Piezas de plástico que se rajaban con facilidad, tendencia a la corrosión, y otros problemas diversos pueden explicar que, en un estudio realizado por la revista Auto Express en 2006, el Montego apareciera en el octavo lugar del triste ranking de modelos más achatarrados en los últimos treinta años.

Pero estos inconvenientes no deben hacernos olvidar que el Montego Turbo era un automóvil cómodo y divertido de conducir. Todo un gentleman con el honor de haber sido, en su época, el MG más rápido de todos los tiempos.

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Jesus Alonso

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